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07 de July de 2021

La burguesía imperialista china disputa por la supremacía

100 años de la fundación del Partido Comunista de China

El 1 de julio, la burguesía imperialista en el poder en China, conmemoró el centenario de la fundación del Partido Comunista de China. El presidente Xi Jinping, también secretario general del Partido, realizó un discurso desde la plaza Tienanmen de Beijing, en la que reafirmó sus ambiciones expansionistas.

Como pasó en su momento con la restauración del capitalismo en la patria de Lenin, la Unión Soviética, hoy en China se usan las banderas rojas, la hoz y el martillo así como el cariño y respeto de millones por el líder de la Revolución China, Mao Tsetung, para aplicar una política que nada tiene que ver con el socialismo, ni con los fundamentos de la República Popular surgida en 1949 tras décadas de lucha revolucionaria armada.

Los días previos, China realizó una ostentosa manifestación de su poderío económico y militar, con lujosos “festejos” de luces y fuegos artificiales, así como desfiles militares.

Xi Jinping manifestó este 1 de julio toda la prepotencia de un país imperialista en ascenso, amenazando a cualquier fuerza extranjera que intente “acosar, oprimir o subyugar” a China: “si alguien lo intenta, estampará su cabeza ensangrentada contra la férrea gran muralla de carne y hueso de los más de 1.400 millones de chinos”.

También afirmó que “la gran revitalización de la nación china ha entrado en un proceso histórico irreversible”, en un discurso que puso de relieve el papel central del Partido Comunista chino en ese desarrollo capitalista, y en sus afanes expansionistas.

Los actuales jerarcas del PCCh han tratado de desterrar todo vestigio de maoísmo en China, proceso en el que vienen trabajando desde la restauración capitalista en 1978, dos años después de la muerte de Mao. Pese a esto, Xi Jinping, que suele realizar sus apariciones públicas de traje y corbata, consciente del peso de Mao entre las masas populares chinas, apareció en la plaza Tienanmen vestido de riguroso traje Mao, tratando de igualar su figura a la del líder revolucionario.

Es tal la vigencia de Mao aún hoy, que entre los festejos por los 100 años del PCCH, los jerarcas del Comité Permanente Provincial del PCCh en Hunan inauguraron una gran estatua de Mao joven en Juzizhou (Isla de Orange), para tratar de apropiarse de su legado.

En su afán de presentar al “socialismo con características chinas” con el que cubren su política capitalista como continuación del curso revolucionario, la dirigencia del Partido y del Estado, a través de Xi Jinping, busca unir en un mismo hilo conductor a Mao y a Den Xiaoping, quien llevara a cabo las reformas fundamentales para despojar del poder a los obreros y campesinas, y asegurar el control de la nueva burguesía.

Es justamente contra la derecha en el Partido que representaban dirigentes como Den Xiaoping que Mao, en 1966, lanzó la Revolución Cultural, esa gigantesca lucha por el poder bajos las condiciones de la dictadura del proletariado, por la cual se pudo detener por diez años la restauración capitalista. Miente Xi Jinping, Den Xiaoping no es continuidad de Mao ni de los revolucionarios chinos, y mucho menos lo es el actual presidente de China.

En su discurso, Xi Jinping dejó claro que China va a acrecentar su disputa con las otras potencias imperialistas, en particular con los Estados Unidos. Disputa que abarca todos los terrenos, el económico, el militar, el cultural, el ideológico, y de la que vemos nuevos capítulos todos los días, por ejemplo con la actual “guerra por las vacunas”.

El presidente chino reafirmó “el principio de una sola China”, y que tras la anexión de  “las regiones administrativas especiales de Hong Kong y Macao”, van por Taiwán. De la misma manera enfatizó “Para hacer el país fuerte hay que fortalecer el Ejército”.

Muy lejos está este Partido Comunista, a 100 años de su fundación, de aquel que fundaran en 1921 Mao Tsetung junto a otros 12 delegados, en representación de poco más de 50 militantes. Ese mismo partido que, en un complejo proceso en el que se desarrollaron las “tres armas mágicas”: el Partido, el frente único y la lucha armada, encabezó la liberación del pueblo chino del atraso y la dependencia, proclamando el triunfo revolucionario en 1949.

Nosotros, que como siempre decimos somos maoístas y no prochinos, reivindicamos aquella gloriosa fundación del PCCh, y combatimos con todas nuestras fuerzas a la burguesía imperialista china que hoy usurpa el Partido y el Estado.

 

Hoy N°1871 07/07/2021