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02 de October de 2010

El país está sacudido por la crisis, y la política kirchnerista la descarga brutalmente sobre el pueblo. Brotan las luchas obreras, campesinas y populares, totalmente censuradas o deformadas por los medios del sistema.

Tormentas de bronca

Hoy 1261

1. El “operativo Clarín”

Respetamos los sentimientos de hombres, mujeres y jóvenes radicales ante la muerte del Dr. Raúl Alfonsín, uno de los máximos dirigentes del centenario partido. Con muchos de ellos hemos compartido trincheras de lucha. Desde los tiempos del SMATA de Córdoba, cuando una columna de 10.000 mecánicos encabezada por René Salamanca marchó a la reunión de la “multipartidaria”, en la que entre otros dirigentes políticos estaba el ex presidente Arturo Illia, a plantear la lucha contra el golpe de Estado que se preparaba hacia 1976. O cuando la Juventud Radical compartió con los militantes de la JCR la posición antigolpista en la Plaza de Mayo el 1°/5/1974; más tarde compartimos la organización de las dos Marchas Federales contra el menemismo. Y seguimos compartiendo trincheras contra la política kirchnerista de tarifazos, hambre, y confiscación a los chacareros. Lo que pensamos del gobierno de Alfonsín lo dijimos y actuamos en consecuencia en su momento (ver Ha muerto el comunismo, Conversaciones con Otto Vargas, de Jorge Brega y Programa del PCR, en www.pcr.org.ar). Punto.Sí, vamos a discutir la operación política de los grupos que operan atrás del holding Clarín, para instrumentar los sentimientos de sectores populares, construyendo un mito “dibujado” a la medida de sus objetivos. Clarín confía en su filosofía constructivista: la realidad no existe, existe lo que publica Clarín.El país sufre una crisis brutal. El pueblo se rebela contra un gobierno que la descarga ferozmente sobre sus espaldas. Frente a esta realidad, Clarín dibuja a su antojo el mito de un Alfonsín “modelo” de político “democrático y republicano”. Para el editor de Clarín, Ricardo Kirchbaum, hay “un país demasiado crispado” y con “diagnósticos de cataclismos”, frente a los cuales la solución está en “otra forma de discutir la política” (Clarín, 3/4), encarnada en el Alfonsín de Clarín; o como dice Mariano Grondona: “más república”; o Joaquín Morales Solá: menos “mezquindad y sectarismo” (La Nación, 5/4). Hace pocos días Javier Madanes Quintanilla, el capo del monopolio del aluminio (Aluar), lo dijo más claro, reclamó “volver al primer Kirchner”. Es decir, repartir “la torta” como en la época en que el gobierno era un acuerdo de Kirchner y Duhalde, con Lavagna manejando la Economía, y marchar a una transición ordenada al “poskirchnerismo” en el 2009 y 2011.Es decir, un pacto entre los de arriba que suelde el fracturado bloque dominante, antes de que la crisis y la debilidad del gobierno actual incendien el país. A ese pacto oligárquico-imperialista le llaman “más democracia” y “más república”. Y en función de ese objetivo crean el mito clarinesco de Alfonsín. 

2. El fracaso de CK en Londres

El acuerdo del “Grupo de los 20” (G20) en Londres es un buen ejemplo de “doble discurso”. Pregona el “libre comercio”, pero 17 de los 20 países firmantes tomaron medidas proteccionistas; como Estados Unidos con el acero, o las mantienen como Estados Unidos y Europa subsidiando sus agriculturas. El “G20” critica a los “paraísos fiscales”, pero cada potencia imperialista tiene el suyo en el que lavan la “plata sucia”: Suiza, Mónaco, Uruguay, Islas Caimán, Hong Kong, Macao, etc. Los fondos con los que refuerzan el FMI, BM y otros organismos de la usura, solo irán a los países que decidan las potencias imperialistas que tienen poder de decisión en ellos. La Argentina ya fue informada que deberá cumplir con tres condiciones: cuentas transparentes –no las del Indec–, arreglar con el Club de París y con los tenedores de bonos de deuda argentina. La acreditación de 2.500 millones de dólares en DEG, que balancea el gobierno, solo estará en los papeles hasta que negocie con el Fondo.Una prueba de que las medidas anunciadas por el “G20” son gotas de agua en medio del desierto, es que a días de esa reunión, el lunes 3 se desplomaron las Bolsas, a la expectativa de la quiebra de la General Motors.

No hubo en la reunión del G20 ninguna voz que se alzara en defensa de los países oprimidos. Nadie denunció el sistema perverso de las deudas externas, ni el saqueo de los recursos naturales y el manejo de los monopolios imperialistas de los precios de las materias primas, ni denunció las guerras y las políticas colonialistas.Se reunió la cúpula de la OTAN. Los yanquis están empantanados en dos guerras: Irak y Afganistán. Obama presionó a los europeos para que se involucren más en Afganistán, y estos concedieron, a regañadientes, lo menos que pudieron. La hipocresía de los líderes de la OTAN, los llevó a acordar, en nombre de “la democracia”, más tropas para Afganistán, en el momento que el gobierno títere de ese país aprobó una ley que legitima el apaleamiento, abuso y violación de las mujeres.Las reuniones del “G20” y la OTAN, estuvieron jaqueadas por inmensas y combativas marchas de repudio a las políticas acordadas por los líderes imperialistas en ellas. Los terremotos económicos están provocando terremotos políticos: ya voltearon a los gobiernos de Bélgica, Letonia, República Checa y Hungría, y cae rápidamente la “imagen” Obama y Sarkozy. 

3. La crisis golpea

Los sacudones de la crisis económica estremecen a la Argentina. Las pérdidas en las cosechas de trigo, maíz y soja suman más de 15.000 millones de dólares. El área sembrada de trigo es la menor en un siglo. Se derrumba la producción de acero y automóviles, y la construcción, y caen las industrias regionales como fichas de dominó. Tal el caso de la madera, una parte de la cual se exportaba a Estados Unidos: cierran los aserraderos, o suspenden a sus obreros. La mayoría de las provincias tiene sus cuentas en rojo, el gobierno les está enviando un 30% menos que el año pasado; eso a las provincias con gobiernos “amigos”, a las otras anuncia envíos y no los concreta.El anuncio confuso de un acuerdo financiero con China, revela la decisión del gobierno kirchnerista de profundizar la dependencia con ese país imperialista, aumentando las importaciones, lo que volteará más chimeneas de la industria nacional. Esta política de “alianzas estratégicas”, en primer lugar con China, en función de las exportaciones de un puñado de monopolios y de grandes terratenientes y pooles, a la hora de la verdad, se ha demostrado que destruye la industria y la producción agraria nacionales, a las economías regionales y al mercado interno; y provoca la desocupación y el hambre de grandes masas populares. 

Piantavotos

La caja K ya no da para sostener el aparato político y social del sistema. Como los Kirchner reemplazaron la política por la billetera, que está muy flaca, crece la fuga de borocotizados. A esto se suma que el gobierno está cada vez más al desnudo en su política hambreadora, entreguista y represiva. Se ha vuelto “piantavotos”. Cada vez son más los gobernadores, caudillos e intendentes que no quieren sacarse fotos con Néstor K.En medio de esas fugas, Carlos Heller, el banquero rosado dueño de dos PC, será el “candidato K” en la Capital Federal, lo que muestra la sabiduría con la que el Che Guevara anticipó que era el banco el que manejaría a esos partidos, y no esos partidos al banco. 

4. Prepararse para las tormentas

En medio de la más repugnante censura de los medios de comunicación del sistema, hay grandes luchas obreras y populares. Lo que demuestra la hipocresía sobre la “libertad de prensa”, tanto del kirchnerismo como de sus rivales, en su disputa por la ley de radiodifusión. No hubo “libertad de prensa” para el acto de Memoria, Verdad y Justicia que llenó la Plaza de Mayo. Tampoco para los actos del 2 de abril, como el realizado en el Cenotafio, que denunciaron la política kirchnerista de sumisión nacional frente al colonialismo inglés. Los mecánicos de la Ford cortaron la Panamericana, y los obreros del Ingenio La Esperanza cortaron durante 5 días la entrada a San Pedro, pero no salieron en ningún medio nacional. Lo mismo que la mayoría de las luchas docentes que han conmovido a las provincias, como el caso de San Juan, vendida por la dirección del gremio; y también en esa provincia la marcha de los obreros rurales, y la de alrededor de 3.000 estudiantes secundarios por el boleto, o las ocupaciones de tierras para vivienda. En Misiones luchan los yerbateros, y los docentes que pasaron por encima de su dirección. En Corrientes los campesinos pobres pelean la titularidad de las tierras que ocupan; y los obreros del Astillero Corrientes por sus puestos de trabajo. Y así se puede seguir con cada provincia.Se van cumpliendo los plazos de la magra cosecha de soja. Se prepara la continuación de la lucha de agraria, confluyendo con los obreros de la agroindustria, la alimentación, etc.Con la crisis volteando chimeneas y forzando a no sembrar los campos, con un gobierno usurero, cada vez más odiado y hundido en el pantano de su política antipopular, se incuba la rebelión obrera, campesina, estudiantil, popular y federal. Al calor de la multiplicación de las multisectoriales, se van creando condiciones para un paro nacional activo nacional de esas fuerzas, con un programa que una los reclamos surgidos de las asambleas, cuerpos de delegados, y demás organizaciones de las masas populares, a la exigencia del no pago de la deuda ilícita, usuraria, fraudulenta y odiosa, y demás medidas para una política popular contra la crisis, como las que propone el PCR en sus 10 puntos.

Los votos con los que soñaba el kirchnerismo con el adelantamiento de las elecciones, en las encuestas, se le escurren como agua en la arena.Hay mucha pelea por arriba y mucha bronca crece por abajo. Hay que prepararse y preparar a las masas para cambios bruscos de situación, para grandes tormentas. El 11 Congreso del PCR, recogió las enseñanzas de la rebelión agraria para enriquecer el camino del Argentinazo, necesario para imponer un gobierno de unidad popular, patriótico y democrático, hegemonizado por la clase obrera, capaz de hacerle pagar la crisis a los que llenaron los bolsillos con el hambre del pueblo, y barrer el poder oligárquico-imperialista.