La historia de la política petrolera argentina es inseparable de la disputa entre los partidarios de un país independiente, fuertemente industrializado por un lado y los que trabajan para reforzar la estructura de un país productor de materias primas al servicio de los grandes países desarrollados. Esta última posición propia de los grandes grupos económicos y de la oligarquía terrateniente es la que se ha impuesto en nuestro país durante todo su desarrollo, salvo en algunos momentos en los que se encontraron con gobiernos que se dispusieron a enfrentarlos.
Nombrar el petróleo en el mundo es sinónimo de guerras, de rapiña y de disputa entre grandes monopolios por sus mercados y su precio. En nuestro país estos monopolios petroleros han estado detrás de todos los golpes de estado, y han manipulado a su antojo las instituciones del Estado.
El gobierno de Irigoyen
El gobierno de Irigoyen levantó las banderas de la nacionalización del petróleo, creó la Dirección General de Petróleo, y en 1922 fundó YPF en disputa por el manejo monopólico del recurso energético, en contraposición con la oligarquía que se escandalizaba con este proceso.
Entre el primer gobierno de Irigoyen, y el segundo, gobernó nuestro país Marcelo T. de Alvear. Mientras las relaciones argentinas con Washington sufrieron severas tensiones durante la presidencia de Alvear, hubo expresiones simbólicas de amistad entre Londres y Buenos Aires que subrayaron la determinación de firmes vínculos económicos.
Este presidente, que era un admirador de Gran Bretaña, un conservador, y un buen hijo de la oligarquía terrateniente argentina, fue el que nombró al General Enrique Mosconi al frente de YPF.
Mosconi era un representante de una profunda y creciente corriente patriótica que se había gestado dentro de las Fuerzas Armadas. Todo el desarrollo de YPF fue en contraposición y lucha con los monopolios petroleros, tanto de EEUU como los británicos.
La política en defensa de la soberanía petrolera, entre otros factores, fue una de las causas por las que el imperialismo yanqui, a través de su embajada, trabajó para el golpe de estado de 1930 que destituyó al Presidente Irigoyen. El general Mosconi fue destituido de YPF, se lo encarceló y se le abrió una causa judicial.
El gobierno de Perón
En 1946, el gobierno de Juan Domingo Perón crea la empresa Gas del Estado, dando otro impulso a nuestra soberanía en el marco de un proceso de industrialización nacional. Este se oponía a los dictados del régimen imperialista que ubicó siempre a nuestro país como un productor de materias primas. Para este desarrollo industrial el gas era un recurso estratégico. Asimismo, de la mano de Gas del Estado fue un recurso que llegó a millones de hogares. En gran medida, la industria se desarrolló porque este recurso básico se puso a disposición de una política de desarrollo nacional. Gas del Estado e YPF exploraron, explotaron y distribuyeron el recurso hidrocarburífero de nuestro suelo, en función del desarrollo independiente de nuestra patria. Además, se creó la Empresa Nacional de Energía (ENDE) para coordinar todos los organismos públicos de energía, en cuya órbita estaban YPF, Gas del estado, Agua y Energía Eléctrica y la división de exploración de carbón que se había localizado en Río Turbio.
Evidentemente, esto no estaba en los planes de quienes se distribuyen el mundo: los países imperialistas y sus monopolios, que extendieron sus tentáculos para ahogar en sangre el proceso de desarrollo independiente y soberano.
La dictadura fascista de 1976
Tuvo que venir el golpe más sangriento de nuestra historia, en 1976, para cimentar las bases del saqueo a nuestro pueblo y nuestra patria. Una de las medidas importantes que había tomado el Gobierno de Isabel Perón, fue con el decreto 932/74 de agosto de ese año por el que se nacionalizaron las bocas de expendio de combustibles que estaban en manos de SHELL y ESSO. Esta medida se dio en el marco de la propuesta de la CGT del proyecto de expropiación y estatización de las bocas de expendio (estaciones de servicio) y de las destilerías privadas.
El Golpe de Estado vino a poner fin a cualquier intento de autonomía y desarrollo industrial independiente, como lo denunció nuestro Partido en la lucha antigolpista, y la propia presidenta constitucional.
La dictadura endeudó a YPF, pero los principales préstamos que tomó la empresa ni siquiera ingresaron a la misma como lo demostró el fallo del Juez Ballesteros en el juicio iniciado por Alejandro Olmos. “El endeudamiento externo pasó de 640 millones U$S en 1976 a 4471 millones de U$S en 1983, que significaba el 10% de toda la deuda externa argentina”.
El gobierno de Menem
El gobierno de Carlos Menem, en el marco del consenso de Washington y traicionando el programa con el que había sido votado, impuso una profunda política de privatización con la que entregó la mayoría de las empresas estatales. Entre estas empresas estuvo Gas del Estado y la más grande del país: YPF.
A partir de la privatización, en un largo proceso, el Gobierno Nacional terminó entregando YPF a los españoles de la empresa REPSOL. Repsol adquirió (en 1999) el 97,81% de la argentina YPF SA. La compra de YPF SA convirtió a Repsol en una empresa multinacional y condujo al cambio de la denominación social por la de Repsol YPF SA. España, a través del monopolio Repsol, pudo implementar la política de garantizarse el petróleo para su propio desarrollo.
A partir de la compra de YPF, Repsol, del Estado español, tuvo un crecimiento exponencial hasta el 2012, cuando fue expropiada. Realizó acuerdos de investigación y explotación, compras e inversiones en países de América Latina y el Caribe, Norte de África, Norteamérica, Rusia y Asia Central, entre otros.
La expropiación de YPF
En el 2008 en un proceso que Néstor Kirchner llamó la “argentinización de la empresa” y con una maniobra de endeudamiento entró el grupo de Eskenazi a YPF. La compra se hizo a través de la formación de 2 empresas con sede en España, Petersen Energía SA (PESA) y Petersen Energía Inversora SA (Peisa). Sin desembolsar prácticamente ningún recurso, la familia Eskenazi se quedó con el 25% de las acciones de YPF.
El proceso de saqueo y vaciamiento de YPF, y en su conjunto toda la política de privatizaciones en el sector energético, llevó al país a tener que incrementar extraordinariamente la importación de petróleo y gas, además de un desabastecimiento que provocaba largas filas en las estaciones de servicios, y una intensificación de los cortes de luz en el verano.
El gobierno nacional fue hacia la recuperación del manejo de YPF, con la expropiación del 51% de las acciones que estaban en manos de REPSOL. La expropiación de las acciones de YPF, fue un hecho de mucha importancia en la política energética nacional.
A partir de la expropiación, el Estado argentino volvió a tener el control de la mayor empresa petrolera del país. Con la estatización del 51% de las acciones, el directorio y la política de la empresa lo empezó a definir el gobierno argentino. Este es el principal aspecto político de este hecho. La expropiación reavivó toda una corriente patriota que, desde siempre, se opuso a las privatizaciones.
A esta estatización le faltó ir a fondo en algunos aspectos y fue incompleta, pero fue un gran paso adelante en el camino de la estatización del 100% de YPF y del manejo monopólico de nuestros recursos energéticos por parte del Estado, bajo control de los trabajadores y el pueblo, de las universidades, etc.
Hoy N° 1882 22/09/2021