1. La Argentina, un país fecundo y rico. Difícil explicar entonces el actual estado de las cosas. Disponemos de todo lo necesario para desterrar la pobreza, garantizar una vida digna para el Pueblo y la prosperidad para la Nación. Pero la situación está en las antípodas. Resulta imprescindible encontrarle las causas a semejante divergencia.
2. Alguna vez fuimos independientes. Hoy dominados. Atrapados en el sistema de países sojuzgados por los imperialismos. Tal viaje contó con la alegre complicidad de terratenientes, grandes burgueses y sus instituciones afines. Entre otras la mediática y la judicial.
3. Unas cuantas potencias imperiales oprimen a la inmensa mayoría de la Humanidad. El Mundo está comanditado por esa ínfima minoría. EEUU, China, Japón, Alemania, Rusia, Inglaterra (la lista sigue), de acuerdo a su “personalidad”, a la caza de mercados, fuentes de materias primas y plazas estratégicas. Cada una los pretende para sí y en detrimento de las otras. Lo que explica las tensiones reinantes. Que no pocas veces, en cuerpo ajeno, dirimen a los tiros.
4. ¡Viva la Deuda! Así razona la runfla de usureros y fugadores. Según sus voceros seríamos indolentes y gastadores. Que pretendemos vivir más allá de nuestras posibilidades. Ricos pero endeudados. Para nada extraño, ya que la riqueza que generamos se queda en mínimas manos. Oligarcas y monopolios (la mayoría de ellos extranjeros) la detraen del usufructo colectivo. Fugan fortunas empobreciendo a las mayorías.
5. Transformarnos en deudores es el más pingüe negocio de los usureros. El humo prevalece sobre los fierros y los financistas (Bancos y buitres) pasaron a controlar el principal instrumento de la dominación imperialista. Los excedentes dinerarios son fastuosos. En los bolsillos del prestamista no valen nada. Es imprescindible moverlos. Por lo tanto, endeudarnos es principalmente la NECESIDAD DE ELLOS, NUNCA LA NUESTRA.
6. Ilegítima, obscena, fraudulenta, impagable, eterna. A la Deuda le caben todos estos adjetivos. Odiosa, la mayoría de las veces. Los condicionamientos que acarrea le agregan un carácter corrosivo. Desde ya es funcional a los intereses de los enemigos (internos y externos) del Pueblo y de la Patria. Para pagarla ¡a generar dólares! La Deuda deforma y determina la matriz productiva de nuestro país. Nos retrotrae a los tiempos en que mandábamos los cueros a Inglaterra y nos devolvían zapatos y cinturones.
7. En 2017 el FMI apostó US$ 57.000 millones (efectivizados US$ 45.000 millones) para alfombrar la continuidad del macrismo. Una intromisión hecha y derecha que derrotamos. Pero esa vulgar estafa (para disfrute de Bancos y amigotes) pavimentó la tierra arrasada que nos legó Macri. En camino a las negociaciones se instaló el mito de un “nuevo” FMI. Éste duró lo que un suspiro. Al igual que el “antiguo” FMI la versión Kristallina emitió su veredicto: que la Fiesta de ELLOS la paguemos nosotros.
8. ¿Cómo plantarnos frente a las exigencias del FMI? Que responda nuestra propia Historia. En 1922 (hace exactamente 100 años) Irigoyen y Mosconi enfrentaron el manoseo de la Standard Oil creando YPF. En 1946-49 Perón proclamó el monopolio estatal sobre el Comercio exterior. Institucionalizó el IAPI y las Juntas de Granos y de Carnes asestándole un tremendo golpe a las agroexportadoras. Incorporó a la Constitución del 49 las Banderas de Soberanía, Independencia económica y Justicia social. Y la propiedad estatal sobre los Recursos Naturales. ¿Porqué declinar, justo ahora, semejante tradición? ¿Será acaso que el yugo de la Dependencia se ha relajado, lo que harían innecesarias respuestas tan “audaces”? Todo lo contrario. Injusticias e irracionalidad a mansalva son las constantes de esta “convivencia” siglo XXI.
9. Alberto Fernández negoció con el FMI desde otra óptica. Actuó como si en el Mundo actual solo se pudiera lograr aquello que nuestros enemigos están dispuestos a darte. Desperdició argumentos sólidos que hacían a la ilegitimidad de origen del préstamo. La hipócritamente cacareada seguridad jurídica solo vale cuando te perjudica. Jamás si te beneficia. El Acuerdo resultante es decididamente MALO. Y cuando aparezca la letra chica y las cláusulas reservadas ha de ser aún PEOR.
10. Los condicionamientos del Acuerdo lo transforman en un verdadero Programa de Gobierno. Sobre llovido mojado. No nos faltarán pálidas. Ahora, a sumarnos una década de ajuste. La tarea excluyente de nuestra existencia pasaría a ser ¡¡¡pagarles!!! El macrismo chocho. En el colmo del cinismo los reaccionarios de todo pelaje completan el menú con el reclamo de Reformas estructurales. Pretenden llegar aún más lejos dado que el ataque a las conquistas laborales y previsionales están ya en curso. Precarización del empleo y miserabilización de las jubilaciones… Una realidad que duele.
11. La presencia del FMI será agobiante. Cada tres meses descerrajará su Auditoría. A tales efectos desembarcará (con cama adentro) una Fuerza de tareas de más de 100 funcionarios. No sea cosa que queramos saltearnos algún deber.
12. Una sanata en boga nos prometió que tras la Pandemia vendría un Mundo más justo. Por el contrario, los Poderes globales se dedicaron a resarcirse de cualquier quebranto que hubieran padecido. O, como en el caso de la “benemérita” industria farmacéutica, a acumular ganancias faraónicas. Al mejor estilo maltusiano decretan la inviabilidad de miles de millones de hombres y mujeres. Y regiones enteras. Y, por si las moscas hubieran quejas reflotan la promesa de un derrame a futuro. Sobradamente sabemos que jamás derrama.
13. En un universo en constante movimiento, donde la generalidad es que todo cambia, existen al menos tres fenómenos inmutables. a) Los potentados son insaciables. Su angurria nunca se satisfará. b) La resistencia a las injusticias, más temprano que tarde, siempre llega. c) Los tibios nunca faltan.
14. El Acuerdo con el FMI ha dividido a los de abajo. El posibilismo está extendido. Algunos sectores del campo popular se plantean al menos sobrevivir. Como si vivir dignamente no fuese una necesidad. Y mucho menos un derecho. Pero tantos otros no nos resignamos. Somos los que estamos peleando por cada una de nuestras urgencias (la alimentaria, la sanitaria, la laboral). Y unimos estos reclamos a la denuncia de los Acuerdo por Deuda. El actual con el FMI y el de 2021 con Black Rock. Y mantenemos el combate por la soberanía en el Paraná y el Magdalena; la defensa de la explotación e industrialización nacional del Litio. La protección del subsuelo, agua, tierra, Ambiente. ¿Si no es ahora, cuándo? Ni ahora derramará, ni mañana querrán plantarse por lo necesario. Así es el posibilismo. A unir a los de abajo y a no acomodarnos a la catarata de injusticias y postergaciones.
15. ¿Aprovechar en nuestro beneficio de las peloteras entre yanquis, rusos y chinos? ¡Por supuesto! ¿Comerciar con todo el mundo, incluyendo a yanquis, rusos y chinos? Ninguna objeción. PERO, confundir enemigos con amigos nos conducirá sin escalas a la postración. No existe imperialismo amigo. Ni mucho menos “bueno”. Ninguno propugna nuestro desarrollo independiente. Una piedra de toque para comprobar este aserto: TODAS las potencias imperialistas mencionadas, (más Japón, Inglaterra, Alemania y las demás que les corresponda el sayo) trabajan para mantenernos como proveedor de commodities y cliente de sus manufacturas. Apenas un eslabón de la cadena de la Dependencia. Postrarnos cual comparsa en la distribución internacional del trabajo que nos imponen. Depredan así la tierra, el agua, las piedras, el subsuelo, el aire, el Ambiente. Hasta dejarnos vestigios de lo que alguna vez tuvimos.
16. Los EEUU poseen en el FMI un peso indudable. Son primeros entre pares. Pero no los únicos. Molestos con los desplantes de Trump, en 2017 la mismísima Christine Lagarde instaló (como hipótesis de trabajo) la posible mudanza del cuartel general del FMI de Washington a Shangai. Ambas Sedes eran compatibles con la sucia faena a ejecutar.
17. “No se puede”. “Sí se puede”. “Nada se puede”. “Todo se puede”. ¿Qué pasó con Vicentin? Hubo un día en que se podía expropiar ese nido de vaciadores en aras de la imprescindible soberanía alimentaria. Sobrevino la reacción de las Bolsas de Cereales, la Sociedad Rural, la patota mediática y ya no se pudo. Adiós soberanía alimentaria. El campo popular, que apoyó calurosamente dicha medida, se sintió defraudado. Un sentimiento que perdura.
18. Los defensores del status quo vierten ríos de tinta y recorren los canales sermoneándonos con la preguntita del millón: “¿de dónde van a sacar la plata para evitar el ajuste?” Nuestra respuesta es simple. “LA IREMOS A BUSCAR ADONDE ESTÁ”. Apuntaremos a la impúdica renta terrateniente. Cerraremos los grifos del contrabando estatizando los Puertos y las balanzas del Paraná. Recuperaremos la Flota de bandera. Enfrentaremos la intermediación parasitaria tanto en el comercio exterior como en el nacional. Es imposible bajar la inflación sin desacoplar los precios locales de los internacionales. Están dolarizados el pan, la leche, la carne, la nafta, los servicios, los medicamentos. Todo lo que consumimos. Sin poner en caja a oligarcas y monopolios lo que avancemos un día lo retrocederemos el siguiente. El reverso inexorable del posibilismo es el imposibilismo. Por vía de estas dos caras de la misma moneda no tendremos futuro. Por tanto no existe otra opción que hacer lo que debemos hacer.
19. La Dignidad no es un lujo superfluo. A más de tantas razones materiales la dignidad nos templa ante todo lo que está mal. ¿Naturalizaremos la instalación en nuestro país de un supra Gobierno colonial? ¿Conviviremos indefinidamente con el mal menor? ¿Conviviremos con la Constitución de 1994 a hechura del Pacto de Olivos? ¿Nos alimentaremos de sapos hasta el fin de nuestras vidas? La voluntad de transformación de una realidad adversa… Así el ejemplo grande de la gesta chubutense.
20. Valga la redundancia, en nuestro país el Poder real es poderoso. Macri fue la cara visible de una Argentina atendida por sus propios dueños. No debió ser pero fue. Pretendió quedarse pero lo echamos. Ahora pretenden volver. El gorilaje tiene lo suyo. El Pueblo también. Y el Pueblo unido mucho más. No son tiempos de contemplación sino de acción. Bienvenidos los gestos, los pronunciamientos, las Declaraciones. Nada de ello reemplaza la coordinación de tantas voluntades dispersas. Ni el tronar de la calle. La Agenda del Pueblo y de la Patria hoy nos convoca a confrontar con el FMI. La América profunda está en movimiento. Y éste va dando frutos. Vayamos entonces por lo nuestro.
Termino estas líneas con una coplita del gran Nicomedes Santa Cruz que nos dice mucho:
“El agua la manda el cielo,
la tierra la puso Dios.
Viene el amo y me la quita,
¡la p…ita que se partió!
Escribe Sebastián Ramírez