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23 de February de 2022

Causas del desastre ambiental y productivo que vive Corrientes

Lo que quema es este modelo productivo

Escribe Martín Cabral, desde Corrientes

Las causas del desastre ambiental y productivo que vive Corrientes por los incendios, no se limita a la sequía histórica, o a la desidia y falta de prevención del gobierno provincial. La profundidad del problema radica en la creciente extensión del monocultivo forestal extractivista, subsidiado nacionalmente e impulsado provincialmente durante 20 años por Eco-JxC (primero con Colombi y ahora con Valdés). ¿Cambiará algo luego del fuego? Con las llamas en avance, Valdés ya está pidiendo fondos nacionales para “reponer la forestación perdida”.

Según el último informe oficial del INTA (16-02-2022), la superficie quemada es de 785.238 hectáreas, el 9 % del territorio provincial (entre bosques nativos, implantados, pastizales y esteros). Los Departamentos más afectados son el de Ituzaingó, con 138.100 has; San Miguel, con 93.713 has, y Santo Tomé con 81.705 hectáreas. De la Reserva Iberá, se quemaron 167.700 hectáreas (el 13 %) y del Parque Nacional Iberá, 27.894 hectáreas (un 40 %).

 

Catástrofe anunciada. La responsabilidad del gobierno de Valdés

Esta no es la primera vez que Corrientes presenta pérdidas cuantiosas debido a siniestros de esta índole. Ya entre agosto y octubre del 2020, más del 90 % de la Estación Biológica Corrientes del Parque Provincial San Cayetano se perdió debido a una seguidilla de incendios.

En junio de 2021, la Dirección de Recursos Forestales de Corrientes informó que el Índice de Peligro de Incendios era muy alto para toda la provincia. Y en octubre, hubo informes en el mismo sentido del Ministerio de Ambiente de la Nación. Por su parte, Jorge Vara (ex ministro de Producción de Corrientes en el gobierno de Valdés y actual diputado nacional por Eco-JxC) reconoció que “ya se sabía desde septiembre u octubre que podíamos tener una seca fuerte en el área y lo que podía llegar a pasar”.

El gobierno de la provincia no organizó la prevención o mitigación de posibles incendios, ni destinó  presupuesto para ello. En Corrientes quienes asisten a controlar los incendios son bomberos voluntarios que principalmente se solventan con la colaboración de la comunidad; tienen más de 40 cuarteles en toda la provincia y son quienes están en la primera línea del combate, en una labor ejemplar. En un segundo orden, están en funciones el cuerpo de bomberos de la Policía de la provincia, que solo tiene dos cuarteles en la ciudad de Corrientes y unos pocos efectivos. A pesar de la impronta de potencia forestal, Corrientes no cuenta con un Comité de Emergencia, Secretaría de Ambiente o infraestructura específica para el manejo del fuego. El Consorcio del Manejo del Fuego correntino no forma parte de la política de Estado local, sino que es una asociación civil, cuyos miembros son empresas foresto industriales, productores agrícolas y agroindustriales.

En agosto de 2020, el Senado provincial con mayoría oficialista de Eco-JxC rechazó la sanción de una Ley Nacional de Humedalespor las implicancias negativas que esos proyectos deparan hacia el sistema productivo”. El rechazo a dicha ley se escuchó también por parte de la Asociación Forestal Argentina (AFOA) y la Sociedad Rural, los mismos que piden ayuda estatal.

El pasado diciembre, hace apenas dos meses, el gobernador Valdés realizó una gira por Europa, promoviendo las bondades forestales de Corrientes, mientras ya había algunos focos de incendios. Con el mismo objetivo fue a China en 2019. La semana pasada, el gobernador alegremente les regaló a los visitantes Larreta y Santilli un libro con imágenes de los Esteros del Iberá, mientras en ese preciso momento estaban siendo acechados por las llamas. Unos días después, también alegremente, y ante el repudio generalizado de la comunidad, inauguraba los corsos de la ciudad de Corrientes, con aporte de fondos que duplican lo otorgado a los bomberos.

 

Consecuencias ambientales y sociales del monocultivo forestal

Hace un tiempo, Corrientes se ha convertido en la primera provincia forestal del país, con más de 550.000 hectáreas de pinos y eucaliptos cultivados, especies exóticas para la región. Cerca del 50% de la superficie forestada pertenece a 35 productores, principalmente empresas nacionales y extranjeras. En publicaciones oficiales, el gobierno provincial se planteaba alcanzar las 2 millones de has forestadas, un verdadero desierto verde sin productores. Es la política productiva acordada con las grandes empresas que integran la AFOA.

Las forestaciones se implantan directamente sobre los pastizales, destruyéndolos. De esta manera, no sólo se elimina su biodiversidad sino también sus funciones como encargados de mantener la fertilidad de los suelos y la calidad y cantidad de agua disponible. Las plantaciones forestales no son bosques, sino cultivos simplificados de madera. El monocultivo forestal genera consumo de enormes volúmenes de agua provocando su escasez, destrucción de la vegetación nativa, desplazamiento de la fauna nativa, pérdida de fertilidad y degradación de los suelos. Las forestaciones consumen más agua de la que llueve, con lo cual deben extraerla de las napas y de los cuerpos de agua aledaños. Esto se vio agravado por la histórica sequía que sufrimos, las lagunas no se llenan y las napas se hacen más profundas. El resultado es un agotamiento local del agua que ya no queda disponible para otros usos productivos. La falta de agua ha dejado una enorme acumulación de masa vegetal muerta que se volvió un inagotable tanque de combustible para el fuego. Además de exóticos, estos árboles también son muy inflamables, porque su hojarasca no tiene descomponedores naturales.

Ante estos peligros ambientales y productivos, organizaciones como la Unión Campesina de Corrientes (FNC) han planteado sus reclamos y lograron que el Instituto Correntina del Agua y el Ambiente (ICAA) dicte la Resolución 81/2014 que prohíbe la forestación dentro de las colonias rurales del Departamento San Miguel. Pero el ICAA nunca controló su cumplimiento, y además permitió que se foreste en lotes fiscales (propiedad de la provincia) dentro de colonias y parajes.

En la provincia, existen más de 20.000 lagunas, esteros y espejos de agua. Debido a los extraordinarios crecimientos que se registran en Corrientes, los pinos y eucaliptos cultivados se cosechan entre los 12 y 18 años, mientras que en los lugares originarios del hemisferio Norte (por ejemplo en Estados Unidos y Canadá) la cosecha se realiza a los 60/70 años, aproximadamente.

Cada pino o eucalipto adulto absorbe entre 300 y 500 litros de agua por día, van succionando el humedal, las lagunas, esteros y bañados. Se les permitió a grandes empresas implantar grandes superficies rodeando los Esteros del Iberá, con un total desinterés por su preservación.

Las consecuencias sociales de este modelo productivo se observaban ya en datos oficiales del 2008,

cuando la Municipalidad de Corrientes informó que producto de migraciones del interior, al menos 150 nuevas familias se formaban en la Capital de Corrientes cada mes, pasando a habitar en su mayoría asentamientos precarios. Estos datos expresan el éxodo rural que vienen denunciando las organizaciones campesinas, debido a este modelo expulsivo.

Esta producción forestal por ser a gran escala, de creciente mecanización y de bajo mantenimiento, tiene una escasa utilización de mano de obra, muchas veces en condiciones de semi-esclavitud. Si lo comparamos con otros emprendimientos, es el que menos mano de obra genera.

 

Modelo productivo para pocos

Desde hace años el Estado ha destinado miles de millones de pesos en la promoción de bosques cultivados exóticos. A través de la Ley 25.080 (del año 1999) y sus prórrogas, el Estado nacional beneficia a las empresas forestales con subsidios para las plantaciones, actualizados anualmente, y exenciones y beneficios fiscales tanto en impuestos nacionales como provinciales. Según datos del Ministerio de Agroindustria de la Nación, en el período 2000-2016 se pagaron subsidios para 204.672 has implantadas en Corrientes.

Por su parte, la provincia de Corrientes, a través de los fondos FIDECOR y FODIN, otorga créditos a tasa subsidiada a las empresas forestales. Los fondos provienen del Consejo Federal de Inversiones (CFI) de la coparticipación que le corresponde a cada provincia. En 2019 aprobaron la ley 6496, que declara de interés provincial, con carácter estratégico a la industria celulósico-papelera, y flexibilizó la Constitución Provincial para permitir que capitales extranjeros adquieran inmuebles ubicados en zonas de seguridad, en áreas protegidas o que constituyan recursos estratégicos. Otro dato destacable, es que lo recaudado por el impuesto inmobiliario rural no se gira a Rentas generales, sino va al denominado Fondo de Desarrollo Rural, destinado a obras de infraestructura que favorezcan la salida de la producción de las grandes empresas forestales y arroceras.

Según el Censo Agropecuario Nacional del 2018, en Corrientes sólo 228 propietarios concentran 2.744.975 hectáreas (el 45 % de la provincia). La sequía extrema que venían resistiendo los pequeños y medianos productores, sumado al desastre de los incendios, sólo empeorará el éxodo rural y mayor concentración en la tenencia de la tierra.

Los departamentos con mayores índices de extranjerización son los que rodean el Iberá, desde la Fundación Tompkins hasta George Soros. Según el Registro Nacional de Tierras Rurales, en 2015 el 13,86 % de la provincia de Corrientes estaba extranjerizada (2° en el país), con 7 departamentos que superan el límite del 15 % en propiedad extranjera. La Universidad de Harvard (mediante sus empresas EVAS.A. y Las Misiones S. A.), adquirieron 60 mil hectáreas. Forestadora Tapebicuá, cuenta con 21.000 has, Forestal Bosques del Plata, con 94.280 has, Forestal Argentina, con 48.000 has en Corrientes y Entre Ríos, Grupo Insud (de Hugo Sigman), con 27.000 has en Corrientes y Misiones, Grupo Garabí con 18.000 has. Un dato relevante es que el actual Ministro de Producción de la provincia es Claudio Anselmo, ingeniero agrónomo del Grupo Las Marías S.A., empresa que tiene más de 10.000 has forestadas.

 

Repensar el futuro productivo de Corrientes

En la emergencia, el gobierno nacional y el provincial deben destinar ya todos los recursos necesarios para apagar definitivamente el fuego en Corrientes. A partir de allí, se debe construir un nuevo presupuesto robustecido nacional y provincialmente, para prevenir y atacar incendios.

Quedó en evidencia el fracaso social y ambiental del actual modelo productivo. Es necesaria una ley de humedales, que no solo detenga la degradación, sino que impulse la recuperación de la biodiversidad. En ese sentido, se requiere derogar el subsidio y las exenciones fiscales a la forestación de especies exóticas, y reforestar con especies nativas donde sea necesario.

Corrientes tiene enormes posibilidades para desarrollar miles de chacras mixtas, con agricultura y ganadería, producción fruti-hortícola, industrialización de dicha producción.

Como parte de ello, se requiere apostar al arraigo rural, con plena ejecución de la ley nacional contra la extranjerización, con un sistema tributario progresivo, una nueva ley provincial de colonización con entrega de tierras fiscales para las familias que quieran trabajarlas, fomento presupuestario a la producción (maquinarias, insumos, infraestructura) y comercialización del campesinado, precio mínimo sostén y en origen a los pequeños y medianos productores agropecuarios, plan de viviendas  rurales, impulsar la recuperación del ferrocarril con traza en la provincia, y del transporte naval de bandera, con administración estatal de los puertos y de nuestro Río Paraná. Sin Soberanía, en su sentido más integral, no podrá haber vida social y ambientalmente sustentable. Hacia allí deberá ir el debate popular.

 

Hoy N° 1903 02/03/2022