El Movimiento de Naciones y Pueblos Originarios en Lucha, consideramos que fue un hecho justo, y se libró luego una guerra justa, porque la opresión al pueblo y la Nación Argentina por varios imperialismos, en sociedad con grandes terratenientes y la burguesía intermediaria, es al mismo tiempo mayor opresión para los pueblos y naciones originarias.
Que en ese momento gobernara este Estado una dictadura feroz, no nos pudo nublar el pensamiento, para no entender la justicia del hecho en primer lugar, porque Malvinas es un territorio originario, en el que tuvimos presencia centenares de años previamente a la existencia de la opresión española: hoy se ha probado arqueológicamente la presencia Selmank en Malvinas.
Desde que llegó el imperio español, en los años del 1500, nuestros hermanos lo enfrentaron. Ya Magallanes y su sucesor El Cano, en lo que hoy es San Julián, dieron cuenta de esto. El tratado de Quilín en 1643 nos dio la legalidad en el derecho internacional, publicado por el reino de España en el Consejo de Indias. Ese tratado que reconocía el territorio al sur del Bio Bio, y del Pacífico al Atlántico, y fue mantenido con 12 Tratados posteriores.
Le siguió en 1825, el tratado de Tapihue –Los Angeles, entre la Nación Mapuche y la reciente creada República de Chile. Este Tratado, también tenía como antecedentes los tratados de la Gobernación virreinal de Buenos Aires con la Confederación de Cangapol y con Capilsky. También el tratado o acuerdos de Amigorena con los hermanos Pehuenches en Mendoza, y el de Amigorena y el marqués de Sobremonte con el Lonko Ranculche Carripilun. Los Tratados de 1811 de Levenopan y Carripilun con el Coronel Andrés Garcia enviado por la Primera Junta de las Provincias Unidas del Río de la Plata y con Feliciano Chiclana enviado por el Directorio, en 1819.
Pero la reunión en 1823 de la Cacique General Aonikent de toda la Patagonia María la Grande o la Reina María, con Luis Vernet, en lo que hoy se denomina Península de Valdés, y el posterior viaje en 1829 de la gobernante de la Patagonia durante 15 días a Malvinas es un antecedente de nuestro reconocimiento.
La invitación hecha por el comandante político y militar Luis Vernet designado por el Gobernador de Buenos Aires, estuvo en consonancia con el accionar del General José de San Martín con su consulta previa, libre e informada en 1816 en el parlamento de San Carlos, Mendoza antes de cruzar los Andes, reconociendo al gobierno originario por su preexistencia y su legalidad, uniendo fuerzas contra pretensiones norteamericanas e inglesas que pretendían la Malvinas.
Por lo tanto, cuando el Imperio inglés usurpa las Islas en 1833, no es sólo un acto ilegal contra las Provincias Unidas del Río de la Plata, sino y principalmente contra las Naciones Originarias que teníamos en nuestras manos el derecho de la preexistencia y la legalidad de todos los tratados desde Quilin.
El imperio Inglés sabía muy bien lo que significaba la invasión de estos territorios, de lo que hoy es Argentina. Ya en 1806 y 1807 el gran lonko ranculche Carripilun movilizó alrededor de 3000 lanzas que rodearon Buenos Aires, en cumplimiento del tratado que se había firmado con el gobernador del Virreinato en Córdoba el marqués de Sobremonte.
Por eso nuestro pensamiento no se extravió, al tener que cambiar de enemigo principal a partir del 2 de abril de 1982 y consideramos una causa justa. Este no es un problema sencillo pues en 1860 tuvimos que decidir si participábamos de la guerra de la Triple Alianza contra la Nación Paraguaya, y ninguna de las cuatro grandes Confederaciones Originarias aportó un solo guerrero a esa guerra injusta. Sólo un puñado de traidores como Cipriano Catriel se sumó a Mitre y Sarmiento. Al contrario, libramos muchas batallas contra ese ejército argentino que estaba embarcado en una guerra injusta contra la Nación hermana de Paraguay.
En 1810 tuvimos que decidir unir fuerzas contra el imperio español, en el ejército del Norte y lo hicimos dando pruebas irrefutables de nuestra posición en la guerra justa contra el Imperio español en Jujuy, Salta, Tucumán y el Alto Perú. Por estas razones acordamos con San Martín y O’Higgins para liberar a Chile y nuestro territorio, y luego Perú.
Dimos pruebas cuando tuvimos que decidir si enfrentábamos al Imperio de Brasil que nos invadía, y lo hizo activamente nuestro Hermano Andres Guaycurari junto a la nación guaraní, los afroamericanos y criollos del ejército Artiguista. Y lo hicimos activamente en 1827 derrotándolos en el Combate del Cerro de la Caballada en Carmen de Patagones. Unidos, mapuches aonikenk de Chocori, Cheuqueta y María La Grande, con los criollos.
Fuimos parte y fundadores de la Fortaleza protectora Argentina en Bahía Blanca con el liderazgo del Cacique Venancio Coñoepan, juntos a las tropas del Coronel Ramón Estomba para preparar la resistencia a Brasil. Esta fue una guerra justa y allí estuvimos.
Pero con la Dictadura de 1976 de Videla, y la de Pinochet en Chile, pretendieron y se preparaban para una guerra injusta y fratricida, nuestros pueblos sufrieron muchos esos preparativos, con deportaciones y humillaciones, sin embargo, no nos confundimos, y aun con la represión brutal, organizamos con importantísimos sectores de la clase obrera de ambos lados, con las iglesias evangélicas, sectores de la iglesia católica, intelectuales, una muy fuerte resistencia a los preparativos de esa guerra en 1979, y se logró pararla.
Hoy decimos que el 40 aniversario del 2 de abril de 1982, moviliza nuestros pensamientos y nuestros corazones. Se hace presente la enorme valentía de nuestros soldados, suboficiales y una gran parte de oficiales, de las tres armas, que pusieron todo para librar la guerra, más de 649 quedaron en Malvinas y en el Mar, muchos eran hermanos originarios, de distintas naciones y pueblos originarios. Esa sangre derramada será homenajeada, recordada para siempre junto a María la Grande, al gaucho Rivero, Luis Vernet.
Serán borrados de la historia los indignos y cobardes, los Menem y los Macri que firmaron los tratados de la rendición de Malvinas, humillando la sangre derramada y a los pueblos que habitamos estas tierras, originarios y criollos. Los pueblos no nos rendimos. La lucha es larga.
Debemos lograr hoy, como parte de esa lucha, la más amplia unidad de todos los pueblos que habitamos la Argentina para lograr que se investigue y suspenda el pago de la odiosa e ilegal deuda pactada por Macri con el FMI, que se la llevaron a paraísos fiscales. Ni un solo dólar fue para mejorar nuestro buen vivir. Peleamos para avanzar en castigar a los responsables de esa estafa que pretenden que paguemos los pueblos de Argentina. La lucha que estamos dando es justa, repudiamos a los que se venden a los enemigos.
Libraremos esta lucha en unidad, porque la deuda es con los pueblos. No queremos acuerdos para que haya ajuste que refuerce nuestra pobreza y condene nuestro futuro.
Queremos avanzar en la REPARACION HISTORICA de los pueblos y Naciones Originarias, queremos que se haga efectiva la ley de Relevamiento Territorial y queremos la ley de Propiedad Comunitaria.
Un acuerdo así debilita la lucha por la recuperación de nuestras Malvinas, cuando el Imperialismo Inglés refuerza su presencia militar en abierta disputa con otras potencias que buscan bases militares en nuestros territorios, como ya tiene el imperialismo chino en Neuquén. Los ingleses adentro de nuestro territorio, como lo muestra el personero de Inglaterra, Joe Lewis en Río Negro.
Hoy agitan y tratan de sembrar confusión a través de sus personeros contra la nación mapuche en la Patagonia, políticas que impulsan sectores del Macrismo, diciendo que los pueblos originarios estamos usurpando e invadiendo Argentina. Y no dicen nada de la ocupación de un tercio de nuestro territorio, violando el derecho internacional y la resolución de descolonización aprobada en la Organización de las Naciones Unidas.
Los 40 años de Malvinas nos obliga a intercambiar profundamente con nuestros hermanos que habitan Chile. Para ayudar a orientar de conjunto la unidad originaria sobre la base del legado político y militar que nos dejaron nuestros ancestros, y no permitir de conjunto ser usados en luchas inter imperialistas que se disputan nuestros territorios y las fuerzas naturales de los mismos.
También, poder intercambiar sobre una revalorización histórica que condene la posición de la dictadura de Pinochet de apoyo a los ingleses en la Guerra de Malvinas. Hoy, después de la enorme lucha del pueblo chileno junto a los pueblos originarios que logró una Constituyente, y el pueblo chileno eligió como presidente a Gabriel Boric, que asume en marzo antes del 2 de abril. Este intercambio fraterno es imprescindible para avanzar en la unidad de las naciones originarias entre sí, y de ellas con el pueblo argentino y chileno.
A 40 años de la histórica recuperación patriótica de Malvinas, con los enormes sufrimientos por la Pandemia, la crisis social y económica, recogemos las enseñanzas de ese glorioso 2 de abril. Llamamos a la unidad para enfrentar a los enemigos, abriendo un camino de lucha que nos lleve a derrotar a las oligarquías que se adueñan del trabajo y la tierra, y nos someten a las potencias imperialistas. El futuro es de los pueblos!
Movimiento de Naciones y Pueblos Originarios en Lucha
Hoy N° 1904 09/03/2022