Acciones: son papeles que representan una pequeña parte del capital de una empresa, que dan derecho a dividendos: una parte equivalente de las ganancias de la empresa. Cuando hay exceso de producción en relación a las posibilidades de venta, como ocurre con las crisis del capitalismo, las expectativas de ganancias se vienen abajo, todos quieren desprenderse de las acciones y cae su precio en la Bolsa.
Activos: se llaman activos en la jerga financiera a los papeles que representan una determinada cantidad de dinero, sea como parte del capital de una empresa (acciones) o de una deuda (bonos), que se comercializan en las Bolsas.
Activos “tóxicos”: son papeles que representan deudas de dudosa cobrabilidad, porque no están respaldados en garantías reales. Por ejemplo, en esta crisis, los respaldados por los créditos hipotecarios subprime (de baja calidad) en Estados Unidos.
Aplacamiento: compra de activos (bienes o papeles que los representan) usando dinero prestado para financiar la operación. Es riesgoso: si la inversión fracasa no se puede pagar la deuda.
Bancos de Inversión: ofrecen dinero y tramitan créditos para grandes clientes o inversores institucionales. Llamados “mayoristas”, no son regulados como la banca minorista. Ayudaron a generar la crisis. Muchos quebraron o fueron comprados como Lehman Brothers o Merrill Lynch, en Estados Unidos.
Banco Mundial: organismo internacional (como el FMI o la ONU) por adhesión de los distintos países. El directorio ejecutivo y la junta de gobernadores, con sede en Washington, lo integran las grandes potencias que tienen el poder de decisión. Como instrumento financiero de los países imperialistas, presta dinero para emprendimientos que ellos consideran necesarios. Por ejemplo los que acompañaron a los planes de ajuste: Plan Trabajar, Proyecto Joven, Reforma Educativa.
Bolsa: es un tipo de mercado donde no se compran y venden productos, sino que se compran y venden papeles que representan una determinada cantidad de dinero: por eso se los llama valores. Y a la Bolsa: mercado de valores. Esos papeles son las acciones y los títulos o bonos. Estos últimos representan pequeñas partes de una deuda (del gobierno o de una empresa), y reciben un porcentaje de interés. Cuando con las crisis caen las acciones en las Bolsas, se encarece el dinero: suben las tasas de interés (fundamentalmente porque sube el riesgo de prestar dinero) y caen también los bonos.
Bonos: el bono es una promesa de pago, de una empresa (privado) o de un gobierno (público). Al comprar un bono público se le está prestando dinero al Estado, que luego devuelve el capital con sus respectivos intereses. Es una herramienta que tiene el gobierno para conseguir efectivo. Las Letras del Tesoro son, como los bonos, un instrumento de endeudamiento público, pero a corto plazo.
Burbujas: en las últimas décadas, el capitalismo atravesó varias crisis de las que salió inflando distintas “burbujas” (aumentos de precio sin sustento real) que al estallar precipitaron las crisis. Son “timbas” especulativas: los inversores “apuestan” en las empresas o ramas de la economía que suponen darán grandes ganancias. Así asistimos a burbujas bursátiles, con fiebres especulativas que aumentan los precios de las acciones por supuestas superganancias a futuro; las tecnológicas, referidas a los productos informáticos; las inmobiliarias (o hipotecarias), con créditos basados en el aumento de los precios de las propiedades en determinadas ciudades, donde se desarrollaban nuevos negocios, se localizaban empresas por los bajos salarios, etc. (o cuando en Estados Unidos bajaron las tasas para incentivar el consumo dando crédito a las familias, con hipotecas sobre las casas, inflándose los precios para dar más créditos), o las de materias primas, sobre los minerales, los cereales y oleaginosas, el petróleo, etc., que al estallar produjeron gigantescas quiebras.