1. La invasión rusa a Ucrania y el peligro de guerra mundial
A más de 20 días del inicio de la invasión rusa a Ucrania, las tropas invasoras se han encontrado con una resistencia heroica del pueblo ucraniano, que Putin subestimó.
En el mundo se multiplican las movilizaciones de apoyo al pueblo ucraniano frente a la invasión del imperialismo ruso. También en Rusia protestan en las calles, pese a la represión de Putin.
La respuesta del gobierno ruso fue profundizar los bombardeos y ataques con misiles sobre Kiev, la ciudad portuaria Mariúpol y otras ciudades. Sin embargo, por la resistencia ucraniana, las tropas rusas no han podido aún entrar y tomar el control de estas ciudades sitiadas.
El bombardeo ruso al hospital infantil de la ciudad de Mariúpol provocó la muerte de tres niños y otros heridos. Los misiles dejaron a la ciudad sin agua, ni electricidad, ni siquiera la comida para los niños. Ya suman 85 los niños asesinados y muchos heridos. Hubo 18 ataques a hospitales.
Así son las guerras imperialistas. Los pueblos son asesinados por las armas de los invasores y estos lo llaman “daños colaterales”. Así pretendían “justificar” los yanquis y la OTAN sus crímenes imperialistas en Afganistán, Irak, Somalía o Malvinas. Es la misma estrategia que impusieron las tropas rusas en Chechenia, Georgia y recientemente en Siria: generar terror para provocar el éxodo de millones, facilitando la toma de ciudades. Ya hay más de dos millones de ucranianos refugiados.
Los yanquis, a la cabeza de la OTAN, primero empujaron a Ucrania a confrontar con los rusos, después negociaron con Rusia. Se reunían Biden y Putin para discutir el futuro de Ucrania al margen del gobierno ucraniano. Y ahora usan de carne de cañón al pueblo ucraniano en su disputa imperialista.
Ahora Biden amenaza diciendo que quiere “evitar” una “confrontación directa entre la OTAN y Rusia” porque provocaría la “Tercera Guerra Mundial”.
Por el lado de los rusos, con el ataque a la usina atómica de Zaporiyia, la mayor de Europa, pudieron haber provocado una explosión 10 veces mayor que la de Chernóbil, y afectado a toda Europa central. Esto fue al mismo tiempo de la amenaza de Putin de usar armas atómicas. Rusia tiene 4.322 cabezas nucleares, Estados Unidos tiene 3.800 y China 320.
Otra cuestión clave es el gas y el petróleo, y otros productos primarios, con aumentos del precio por la guerra que, de prolongarse, podrían provocar una crisis económica mundial.
El petróleo en la crisis de 2020 llegó a tener un valor negativo, en el 2021 subió a 40 dólares el barril, y ahora, con la guerra, llegó a un pico de 140 dólares. El gas subió de 4 dólares el millón de BTU (siglas en inglés de Unidad Térmica Británica) en el 2021 a un pico de 55 dólares.
El 43% del gas que consume el mundo viene de Rusia. Los grandes países de Europa, principalmente Alemania, Francia e Italia, están preocupados por cómo van a producir energía y cómo se van a calentar en invierno si la situación se prolonga y Rusia les corta el suministro de gas.
La apertura de negociaciones de Ucrania y Rusia repercutió en los mercados y el gas bajó a 30 dólares y el petróleo a 110, pero la situación es muy inestable.
Ya la guerra está produciendo cambios en la situación en América Latina. Una delegación de primer orden del gobierno yanqui fue a Venezuela a iniciar conversaciones para levantar el embargo y volver a comprarle petróleo.
2. Movilizaciones contra el acuerdo con el FMI
La Cámara de Diputados le dio media sanción al acuerdo con el FMI. Tuvo 202 votos a favor, 37 en contra, 13 abstenciones y 4 ausentes.
En el Frente de Todos 76 diputados votaron a favor y 28 en contra, entre ellos Juan Carlos Alderete, dirigente del PCR/PTP y la CCC y Verónica Caliva, dirigente salteña del PCR/ PTP. Además, 13 diputados se abstuvieron y hubo 4 ausencias.
Juntos por el Cambio votó casi en pleno al acuerdo con el FMI, con un solo voto en contra y 4 ausencias. Aportó 111 votos, más votos que el Frente de Todos.
Siete diputados de origen sindical del Frente de Todos se abstuvieron. Los diputados vinculados a la CGT votaron a favor.
Las presiones para el voto a favor del acuerdo con el Fondo fueron alevosas. Los dirigentes de Juntos por el Cambio se presentan como “salvadores de la patria” porque sus votos garantizaron la aprobación del acuerdo en la Cámara de Diputados. En realidad su alegría es porque cumplieron su compromiso con los yanquis e ingleses y creen (equivocadamente), que se salvaron de rendir cuentas de la mayor estafa de la historia de nuestro país, con 45 mil millones de dólares que fugaron con sus monopolios y bancos amigos.
El macrismo aprobó el acuerdo con el FMI solo en lo general. Así, descargó sobre el gobierno las medidas de ajuste y el humillante control de 142 funcionarios del Fondo, dirigidos por un inglés, imponiendo cada medida financiera y económica, con el chantaje del default.
En el Congreso y todo el país, se movilizaron numerosas fuerzas rechazando el acuerdo con el FMI. Entre ellas el PCR, el PTP y la CCC, UP, la CTA Autónoma, entre otras. Esas fuerzas entregaron en la movilización del día 9 un documento de rechazo al acuerdo, que fue presentado a la comisión que estaba sesionando.
El 10, mientras sesionaba la Cámara de Diputados, hubo incidentes fuera del Congreso, con un repudiable ataque a la oficina de la vicepresidenta Cristina Kirchner.
3. Una masiva jornada nacional
El Senado marcha a discutir el Acuerdo con el FMI. El Frente de Todos tampoco tiene quórum propio en el Senado, se lo garantizará el abrazo del oso macrista.
El gobierno decidió el camino del abrazo del oso, que abraza para triturar y comer a su presa: el abrazo de Juntos por el Cambio y el FMI. Cómo no lo van a abrazar si legitiman la deuda que dejó Macri y el FMI, decidida por el gobierno yanqui. Una deuda fraudulenta y una intromisión descarada de ese imperialismo en la Argentina.
Desde el PCR, el PTP, y las organizaciones en las que participamos, junto a otras fuerzas del Frente de Todos, venimos luchando para suspender el pago de esa deuda fraudulenta, investigarla, castigar a Macri y sus socios, y recuperar los fondos robados. Frente a la decisión del gobierno, conscientes de la gravedad de la decisión tomada, numerosas fuerzas sociales y políticas se han sumado a la lucha por rechazar el acuerdo con el FMI. Esto se expresó en la importante cantidad de diputados del Frente de Todos que votaron en contra del acuerdo o se abstuvieron.
Porque como lo expresó el movimiento de mujeres con la extraordinaria movilización del 8 de Marzo, como lo expresaron los cientos de comisiones internas, sindicatos, organizaciones campesinas, estudiantiles y populares que se siguen pronunciando: La deuda es con el pueblo, que la paguen los que se la fugaron.
Crece el debate en el pueblo enfrentando la enorme campaña del macrismo, los multimedios y otras derechas. Las movilizaciones contra el acuerdo en todo el país mostraron que el pueblo está deliberando, y va dando pasos en la pelea para dar vuelta el viento.
Es un gran debate que va uniendo la lucha por las emergencias sociales y la soberanía nacional.
El día que sesione el Senado para aprobar este acuerdo empujamos movilizaciones multisectoriales que respondan con una gran jornada de lucha en todo el país para hacer sentir el repudio popular.
Y pase lo que pase en el Senado, seguiremos la lucha para que se suspenda el pago de esta estafa, se investigue y castigue con cárcel a los responsables.
4. Sigue la pandemia
La pandemia sigue castigando al mundo. China tuvo un brote en Changchun, por lo que impuso una cuarentena a 9 millones de habitantes, en la que solo una persona por familia, cada dos días, puede salir de compras.
En la Argentina siguen bajando los contagios y los fallecidos. El 70% de los casos graves se trata de personas que no se vacunaron. El 12 de marzo hubo 2.986 contagios y 71 fallecidos.
Se comenzó a aplicar la cuarta dosis. Y sigue la preparación de una vacuna nacional.
5. Crece la bronca y las luchas
La inflación no para de crecer. Fue de 4% en febrero y 5,5% en los alimentos. Para colmo, con la guerra, al ser Rusia y Ucrania exportadores de trigo, subió a su máximo precio histórico. Como venimos planteando desde nuestro Partido, la suba de los precios internacionales de los granos que producimos en nuestro país, lejos de ser una buena noticia para el pueblo argentino es una condena. Las superganancias se la llevan un puñado de terratenientes, monopolios de los agronegocios, y el resultado para los argentinos, con la bolsa de harina a $2.000, es el kilo de pan a $500.
La Mesa de Enlace le pidió al gobierno “no seguir provocando al campo con amenazas de retenciones”. Claro que para ellos “el campo” son esa runfla de terratenientes y monopolios que se quedan con la renta y las ganancias de lo que produce el campesinado y los obreros rurales que trabajan la tierra.
El gobierno discute aumentar las retenciones. Si no se segmenta al campesino y al chacarero, ni se da respuesta a los reclamos de tierra para trabajar y se aumentan los salarios al obrero rural, el resultado va a ser el mismo que el de “la 125”.
Algo parecido pasa con el petróleo. Con el precio del barril a un promedio de 110/120 dólares y manteniendo los costos de producción por barril en Argentina (que en ningún caso llegan a 20 dólares por barril con impuestos incluidos), los grandes monopolios petroleros que saquean nuestro subsuelo obtienen superganancias. Crece la presión para aumentar el precio del “barril criollo” (lo que pagan las destilerías argentinas) lo que ya llevó a un aumento de la nafta y del gasoil entre el 9,5% y el 11,5% y todos los productos de la industria petroquímica.
Frente a las superganancias de estos monopolios, la lucha de los petroleros patagónicos plantó bandera en la pelea por sus salarios. En las paritarias en curso para muchos gremios la oferta patronal es 40% en varias cuotas, muy por debajo de la inflación.
En la jornada nacional del 8 de Marzo, en todo el país, en el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, miles y miles de mujeres tomaron las calles. Reclamando: “La deuda es con nosotras, no con el FMI. Que paguen los que la fugaron ¡plata para las emergencias!
En Mondelez hicieron paro una hora por turno por el día de la mujer trabajadora: un gran ejemplo de un contingente de la clase obrera encabezado por el clasismo para el conjunto de los trabajadores.
Este sábado 12, casi mil campesinos pobres del Gran La Plata, nucleados en Asoma/FNC se reunieron en asamblea para reafirmar lo hecho en la pandemia, discutir el nuevo plan de lucha que se inició el 17 de febrero, y se aprobó movilizar esta semana por sus reivindicaciones y en contra del acuerdo con el FMI.
Esto, junto a los cortes de ruta realizados en la jornada del 10/3 en el interior del Chaco por campesinos pobres y originarios de la FNC, son expresiones de un contingente de los más pobres del campo que avanza con su lucha en todo el país.
Los jóvenes de Ni un Pibe Menos por la Droga realizan múltiples actividades de lucha.
El gobierno imperialista inglés impulsó dos actividades en nombre de una supuesta “confraternización” con la Argentina. Lo hacen con total hipocresía, mientras refuerzan su base militar en Malvinas, y tienen agentes como Lewis que usurpan tierras en Lago Escondido, construyen aeropuertos sin control en medio de la Patagonia y apoyan la campaña de retorno del macrismo.
Lamentablemente estas actividades fueron permitidas por la Cancillería y Defensa, favoreciendo en el país la política de desmalvinización. No podemos ser “hermanos” de esa Inglaterra imperialista que coloniza nuestras islas, mares y la Antártida ¿Será eso el precio del voto inglés en el FMI?
En el pueblo hay bronca. Eso se expresó en las elecciones, donde el pueblo dijo “así no” y ganó Juntos por el Cambio. Desde ese momento hasta ahora hubo un estancamiento en la ayuda social en medio de una inflación desbocada, se retrocedió en medidas que garanticen la soberanía nacional como lo expresan la continuidad de Jan de Nul en el dragado del Paraná, y ahora esto se agrava con el acuerdo con el FMI, donde lo único seguro es que si pasa crecerá el ajuste y se profundizará la dependencia nacional.
Frente a esto crece la bronca, crecen las luchas, y se va entrelazando la pelea por resolver las emergencias, con la defensa de la soberanía nacional y el rechazo al acuerdo con el FMI.
6. Impregnar las luchas de nuestra estrategia
Estas semanas el macrismo, como expresión del sector más recalcitrante de las clases dominantes, sumó puntos en su campaña para volver al gobierno. Pudo pasar a segundo plano que también tiene grandes enfrentamientos internos fruto de los distintos sectores imperialistas, de monopolios y terratenientes que conviven en su seno.
En el Frente de Todos también crecen las diferencias y los cruces producto de las distintas posiciones frente a las medidas políticas del gobierno.
Nosotros, como parte del Frente de Todos, mantenemos nuestra independencia, y seguimos teniendo como punto de partida de nuestra política seguir encabezando las luchas por las necesidades obreras, campesinas, estudiantiles y populares, en defensa de la soberanía nacional y por una gran campaña por el rechazo al acuerdo con el FMI.
En cada lucha que participamos hacemos público nuestro apoyo a la resistencia del pueblo ucraniano y repudiamos la invasión del imperialismo ruso. Ni yanquis ni OTAN. Ucrania tiene derecho a resolver su destino.
Seguimos confluyendo con distintos sectores en la pelea por resolver las necesidades populares y también en la lucha contra el acuerdo con el Fondo, donde nos vamos uniendo en las calles. Empalmamos incluso con sectores, sobre todo peronistas, que nos dan la razón en privado, pero creen que todavía no es momento de hacerlo públicamente.
Peleamos que avance el protagonismo de las masas llevando nuestra línea al movimiento real de sus luchas, porque serán ellas, con su práctica, las que irán comprobando que es necesario avanzar en un camino revolucionario.
Desde el PCR y su JCR nos ponemos a la cabeza de sus luchas, peleamos por impregnarlas de nuestra estrategia organizando y recuperando los organismos de masas obreros, campesinos y populares, para que esos cuerpos de delegados sean instrumento de la democracia grande que profundice ese camino.
Y peleamos acumular fuerzas afiliando a nuestro Partido y nuestra Juventud, integrando a los nuevos camaradas al funcionamiento orgánico, porque no hay revolución posible sin un Partido que sea vanguardia reconocida de esas masas.
En ese camino impulsamos esta semana una gran jornada de lucha nacional cuando se trate el acuerdo entreguista con el FMI en el Senado; y nos preparamos para el 24 de marzo movilizar en todo el país, repudiando el golpe fascista de 1976 y reivindicando a nuestros mártires de la lucha antigolpista y antidictatorial.
El 2 de abril, en el 40° aniversario de la histórica recuperación nacional de nuestras islas nos movilizaremos, también en todo el país, junto a los veteranos de Malvinas.
Escriben Jacinto Roldán y Ricardo Fierro