Se ha cumplido un mes del comienzo de la criminal invasión de las fuerzas imperialistas rusas en Ucrania. Un mes de que sus fuerzas armadas entraron en este país tirando misiles, destruyendo ciudades y atacando sin piedad al pueblo ucraniano. Un mes en el que, así como quedó claro el carácter imperialista del gobierno de Vladimir Putin, se evidenció la hipocresía de los Estados Unidos y la OTAN, que negocian de acuerdo con sus intereses, usando de carne de cañón al pueblo ucraniano.
El 25 de marzo las tropas rusas intentaron entrar en Kiev, la capital de Ucrania, pero fueron rechazados, se informó. Es impresionante la valerosa resistencia de los ucranianos, en desigualdad de fuerzas, al no contar con la capacidad de la aviación rusa, ni con la prohibición de circular por su espacio aéreo que el gobierno ucraniano le reclama a la OTAN. El alcalde de Kiev, Vitali Klichkó, ex campeón mundial de boxeo, dijo “Estamos determinados a combatir en cada edificio, en cada calle”.
Por otra parte los rusos destruyeron totalmente la ciudad de Mariúpol, en la que se denuncia que la gente no recibe alimentos. Según el dirigente checheno Kadyrov, que combate en el ejército ruso, ya habrían tomado la alcaldía. Los chechenos son conocidos por ser los soldados más sanguinarios del ejército ruso, por las violaciones a mujeres y atrocidades a prisioneros y civiles. Recordemos que Mariúpol es un puerto sobre el mar de Azov, al sur de Ucrania, que comunica con el Mar Negro.
También se informó la muerte, con un disparo aéreo dirigido hacia ella, de la periodista Oksana Baulina, que había tenido que salir de Rusia por formar parte de una organización que denunciaba la corrupción y ahora trabajaba para un medio independiente. La OMS (Organización Mundial de la Salud) ya verificó 64 ataques contra hospitales y centros de salud.
Por otro lado, por primera vez el Ministerio de Defensa ruso informó que 1.351 militares habían muerto y 3.825 fueron heridos. Cifras que por supuesto no concuerdan con las informadas por Ucrania, que son bastante más.
El 24 de marzo se reunió la OTAN en Polonia, con la presencia del presidente de EEUU, Joe Biden. Se informó posteriormente que la OTAN refuerza su presencia en la zona oriental y que si Rusia usa armas químicas o nucleares en Ucrania “habrá una respuesta”. Biden declaró también que la OTAN “nunca ha estado más unida” que ahora.
En realidad hay muchas discusiones entre los países europeos, especialmente por las necesidades del gas ruso. En esa reunión de la OTAN el secretario general, Jens Stolfenberg dijo que Rusia podría crear un pretexto para el uso de armas químicas, acusando a EEUU y sus aliados de preparar un ataque con ellas. Cualquier ataque con armas químicas se puede extender a otras regiones según el viento.
En cuanto a los efectos sobre todo el mundo, y por lo tanto sobre la Argentina, el precio del barril de petróleo crudo de Brent, que se toma como referencia está alcanzando niveles históricos.
La situación internacional, a partir de la invasión a Ucrania, se ha tornado mucho más inestable, y se acrecientan los peligros de que se desate una guerra mundial imperialista. El sábado 26, el vicepresidente del Consejo de Seguridad y expresidente de Rusia, Dmitri Medvédev dijo que “el peligro de guerra nuclear siempre existe”.
Reafirmamos en nuestras luchas cotidianas toda nuestra solidaridad con el pueblo ucraniano, y seguimos denunciando tanto al imperialismo ruso como a la intervención del imperialismo yanqui y la OTAN, que ponen al mundo al borde de una nueva confrontación imperialista que sólo traerá más sangre y dolor a los pueblos del mundo.
—–
Rusos contra la invasión
El sitio www.cpaml.org, del Partido Comunista de Australia (marxista-leninista), publicó recientemente, el 11 de marzo, una declaración del Partido Maoísta Ruso, de la que reproducimos extractos:
“El Partido Maoísta Ruso adopta una posición antibélica y antiimperialista consecuente contra los belicistas de ambos bandos, OTAN/Unión Europea y Rusia contra la agresión imperialista de Rusia en Ucrania.
“Si el reconocimiento de Donetsk y Luhansk por parte de Rusia hubiera sido un acto de apoyo a los residentes, hubiera tenido lugar en 2014. Pero el imperialismo ruso usó esa guerra para presionar a Ucrania que había salido de su zona de influencia. Un régimen que pretende destruir el derecho de las naciones a su autodeterminación y sueña con revivir el imperio ruso no puede ser defensor de los oprimidos.
“El imperialismo occidental con sus sanciones rechaza la ayuda militar a Ucrania ya que teme el status nuclear del agresor y en un futuro podría negociar el comercio de hidrocarburos”.
También la declaración de este partido debate con los “izquierdistas” que apoyan la agresión rusa, recordando la censura, el ataque al feminismo, la imposición del clericalismo, etc.
Por su parte, la Plataforma Marxista- Leninista de Rusia dice que luchar contra la guerra es hoy una lucha contra el propio gobierno imperialista. Afirma que los pueblos de Rusia, Ucrania y el Donbass son rehenes de un conflicto de intereses entre dos grupos de imperialistas: el imperialismo tradicional estadounidense y la Unión Europea por un lado y el nuevo imperialismo ruso por el otro, y recordaron las declaraciones de Putin abogando por la total destrucción del legado leninista.
Hoy N° 1907 30/03/2022