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02 de April de 2022

¿Cómo pagar? O ¡derogar el acuerdo con el FMI!

Análisis de Arnoldo Gómez en su columna de los viernes en Argentina “Ayer y Hoy”, programa con la conducción de M. A. De Renzis del 1 de abril 2022

Vamos  a hablar de aquel seguro de cambio con el cual nos endeudaron para toda la historia. Y lo planteo porque está en discusión, por ejemplo, esta idea de “estamos en contra del acuerdo con el FMI, pero… ya se firmó, discutamos quién lo paga”. Y, entonces, surgen ideas como la de la ley de blanquear los fondos de los argentinos que están en el exterior, y no se va al caracú del problema que es que hay que negarse a pagar. Pero estos fondos se necesitan reintegrar a la producción nacional para reparar el daño que ya han provocado. Este acuerdo con el FMI, de algún modo y en algún momento hay que lograr derogarlo y establecer las leyes  por las cuales se repare el daño provocado con la evasión y también con la fuga “legal”.

Hay que empezar por aquel seguro de cambio, por el cual se les planteó a las empresas -Cavallo- que consiguieran préstamos en el exterior cuando el dólar estaba a $5, que el Banco Central (BCRA) se hacía cargo de la devolución de los dólares a su vencimiento, y la empresa  devolvería al BCRA 5 pesos por dólar. La realidad fue que al año después, año 1982, el dólar estaba a $45, por lo que el que tomó el crédito lo licuó en un 90%. Como el BCRA no tuvo dólares, de los 23.000 millones de dólares que contrajeron los privados, el BCRA tuvo que emitir bonos externos por 17.000 millones de dólares. Así se estatizaron con una quita del 90% toda la deuda privada.

Ese es el origen clave de nuestra deuda externa, porque esto se lo refinanció. Primero se hizo la moratoria de Alfonsín, aumentando los intereses, después se refinanció con el Brady, posteriormente el megacanje, después… y esa es la bola de nieve que nos llega hasta hoy, con el canje del 2005-2006, su incremento fabuloso con Macri y  la convalidación que acabamos de hacer el año pasado y ahora con el FMI.  Esa es la bola de nieve de nuestra deuda pública.

Si yo nombro, a la familia Macri, los Rocca, los Pérez Companc, los Bulgheroni, los Madanes, los Lacroze,  los Acevedo, los Escasani, los Supervielle, los Werthein, reconocemos a los factores reales de poder actual, y estoy hablando de quienes fueron financiados con esta toma de crédito, que les posibilitó ser el núcleo, o parte del núcleo del poder económico criollo hasta el día de hoy en Argentina. Pero si además nombro el Banco de Londres, el City, el Deutsche, del AMRO de los holandeses, del Río Santander español, estoy hablando del núcleo financiero externo que quedó incrustado en la Argentina. Y si hablo de IBM, de Mercedes Benz, de la Ford, de Pirelli, de John Deere, de la Fiat, estoy hablando del núcleo de empresas extranjeras que siguen incrustadas en el caracú que controlan la economía argentina. Este fue el núcleo de los que tomaron aquel seguro de cambio.

Hoy sufrimos el otro gran salto del endeudamiento que lo hizo Mauricio Macri con la fuga de 86.000 millones de dólares financiada por los bonistas y en última instancia por el FMI. En esta fuga algunos nombres se repiten con aquel endeudamiento de origen. Por ejemplo, en parte de los fugadores está el Galicia con 218 millones de dólares; tendrá que explicar Rocca por qué sacó del país 222 millones de dólares; los Madanes con 190 millones… Y se agregan nuevos nombres, Mindlin, que fugó 901 millones de dólares, los Urquía, los Pagani,  a través de sus empresas; también están los fugadores particulares: los Esquenazi con 79 millones; Belocopitt, ó Carlos Kirchner. Entre las extranjeras: Telefónica con 1284 millones de dólares, pero también está Telecom, Monsanto, Shell, automotrices como Fiat, John Deere, General Motors.

O sea, la entrega de la deuda consolidó a toda esta burguesía intermediaria en el control interno de la economía, y siempre más ocultas esa lista de 2000 familias terratenientes fugadoras sistemáticas y por goteo de su renta anual, o los fondos que entraron para invertir en Lebacs y fugarse antes de la devaluación, amparadas por el secreto bancario. Y este es el caracú de lo que habría que cortar.

Hay  dos medidas imprescindibles para ganar soberanía: una es volver al Parlamento el tema de derogar este acuerdo que  ya es incumplible, a ojos vista por el propio FMI, y así como una ley lo aprobó una ley tiene que decir “rompemos el acuerdo”.

Y está bien una ley para los que fugaron por evasión como la que plantea el bloque K, pero esto es una parte menor de la fuga, la que se hizo por fuera de la ley como los Vicentin, pero el grueso de la fuga se hizo con las leyes vigentes que son las que hay que reformular.

Y tiene que haber una ley por la cual estas empresas que se han beneficiado con el seguro de cambio, devuelvan aquel beneficio del 90%  indexado al BCRA, que le permita a éste salir de la quiebra y financiar al Estado para los talleres ferroviarios, Astilleros y demás obras de soberanía. No para el FMI, porque si la plata que estos tránsfugas que hoy dominan la economía argentina se la fugaron o se la comieron en un seguro de cambio, ¿la vamos a recuperar para seguir pagándole al FMI? Son fondos necesarios para un desarrollo soberano y acabar con la inflación.

 

De Renzis: Estamos hablando de lo que se va, de lo que se llevan. Cristina Kirchner habló con el embajador norteamericano diciéndole que ayude al país con los datos de la plata que está afuera en los paraísos, no sé hasta dónde EEUU va a dar esos datos o va a hacer algo, pero lo cierto es que es una manera de visibilizar “ustedes nos están reclamando al pueblo argentino que paguemos una cosa de una plata que la evaporan y la llevan afuera”. No sé lo que habrá dicho el embajador, que es un abogado de los fondos buitre. Pero lo cierto es que todo el mundo sabe desde tiempo inmemorial, vos lo estás diciendo, cómo se viene usurpando el bolsillo del sufriente pueblo. Y hoy tenemos en uno de los países más ricos de la tierra gente con hambre y la mitad en la línea de  pobreza. Y eso tiene una sola explicación.

 

Arnoldo Gómez: Que la riqueza que producís se la fugan y la concentran unos pocos.