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18 de May de 2022

En oposición a la ley sobre Cannabis industrial y medicinal

Una ley “abrepuertas”…

¿No a la droga o mirar para otro lado?

Esta ley se sanciona sin una política sanitaria al respecto, para promover la nueva “commodity salvadora”, la exportación de Cannabis.  Partimos de decir NO A LA DROGA. La droga obstruye la lucidez y disminuye la fuerza necesaria para participar en tres ámbitos de la práctica social: a) la lucha por la producción y el trabajo digno con una retribución justa b) la lucha por el conocimiento y la investigación científica, y c) la lucha por una Argentina Independiente de toda dominación extranjera con democracia grande. Separamos a las víctimas (los adictos) de los narcotraficantes. La drogadicción es un tema de Salud Pública, y de políticas sociales de un Estado distinto al actual. A los adictos no se los debe sancionar, sino ayudarlos con planes de salud pública integrales, promoviendo su participación activa y la de sus familiares y amigos, desplegando toda la actividad juvenil. En cambio, el narcotráfico debe ser eliminado. Es un delito de lesa humanidad, un mecanismo de debilitamiento del pueblo y un negocio de grupos económicos que detentan fracciones del Estado.

La omisión de lo anterior y la mezcla con temas como el sanitario y el industrial, abre puertas a la legalización del narcotráfico en general y de la marihuana en particular.

En los proyectos de legalización de la marihuana con “fines recreativos” se mezclan intencionalmente tres usos: a) el industrial de la fibra de una variedad distinta del cáñamo, en tamaño y contenido de principios activos b) el terapéutico, en plena actividad de investigación científica, lo  que exige estudiar efectos positivos o negativos de cada fracción o componente, establecer seguridad y dosificación para usos médicos para cada caso en cuestión como se hizo, por ejemplo, para las vacunas para COVID19, y c) el supuesto “uso recreativo” o “cultural”. La ley se dedica a los dos primeros. Pero omite prevenir y atacar al tercero. Es un “abrepuertas”, para la marihuana narco. Encubierta en el uso médico o industrial, se podría derivar parte de la producción al narco.

La ley coloca bajo la misma autoridad de aplicación al cannabis para uso industrial y al producido con fines medicinales. Crea un super organismo, con autarquía administrativa, funcional, técnica y financiera en la órbita del Ministerio de Desarrollo Productivo, el ARICCAME (Agencia Regulatoria de la Industria del Cáñamo y del Cannabis Medicinal). Un “superministerio”, con 5 secretarías y de extensión nacional, regulará la cadena de producción y comercialización nacional y/o con fines de exportación de la planta de cannabis, sus semillas y sus derivados para uso industrial o medicinal, etc. Dará autorización al sector público, privado o mixto para que produzca.

 

Preguntas…

El cáñamo de uso industrial no es igual que el de uso terapéutico o adictivo. Es una especie que da una planta grande que casi no tiene THC, el principio de efectos adictivos. A esta planta Europa le puso un límite de THC de 0,3%. Pero, si se quiere exportar a un país que eventualmente fije valores más altos, nada impide que se autorice esa exportación. ¿Nos convertiremos en exportadores de marihuana narco como lo fuimos de efedrina? ¿Se podrá asegurar que parte de ese producto no se derive al uso interno?

El ARICCAME dará autorizaciones de siembra y producción. ¿Puede controlar esa producción y qué y cuánto se produce? ¿El control se hará en todas las áreas de siembra y producción o sólo en alguna de ellas, por muestreo? ¿O por declaración jurada, como hacen las petroleras o las megamineras? Argentina no puede controlar lo que sale y entra por el Paraná ¿podrá controlar que el cannabis y derivados vayan al consumo en adicciones aquí o afuera? ¿puede asegurar que en la producción y siembra de cannabis industrial o medicinal no se filtre la producción narco? El cultivo personal o de pequeños productores, terminará en manos de monopolios. Esta ley beneficiará a personajes nefastos como Soros y otros oligarcas imperialistas y socios locales.

Es soberanía, para producir en medicina y no en “uso recreativo”, desarrollar semillas propias, de contenido estable. Los pacientes deben exigir productos médicos de calidad, gratuitos, provenientes de cultivos específicos y de los cuales se obtengan productos certificados de contenido controlado. La necesidad terapéutica interna seguramente es un mercado pequeño. ¿Para qué incluir al sector privado? ¿para que sobre y vaya a otros fines?

Importa el desarrollo industrial, pero se debe evitar que, con la excusa de los dos usos mencionados, se legalice el negocio de la drogadicción. Por transformar al cannabis en una commodity, vamos a terminar pagándolo a precio internacional.

La eliminación del narcotráfico es parte del Proyecto de una Argentina independiente de toda dominación extranjera. Se necesita una combinación de políticas sociales de trabajo, estudio y salud para todos y de recuperación de las víctimas que sea simultánea con una acción firme de erradicación del narcotráfico, en sus más altos niveles.

Nos va la vida en ello. De lo más importante, parafraseando a Ramón Carrillo: la mujer y el hombre argentinos en los cuales reside la verdadera Nación. Y de los jóvenes, sin los cuales no se hará realidad el Acta de la Independencia: “Independientes de toda dominación extranjera”.

Escribe Horacio Micucci

Hoy N° 1913 18/05/2022