Por primera vez en la historia de Colombia, en más de 200 años, gana las elecciones presidenciales un candidato progresista y democrático con Gustavo Petro y Francia Márquez a la vicepresidencia, al lograr más de 11 millones de votos y derrotar al candidato de la derecha y de los fascistas. Un gran triunfo histórico. El hecho de tener como vice a una mujer afro descendiente es sencillamente grandioso, feminista luchadora por la defensa del medio ambiente, de los intereses de las mujeres contra el patriarcado, el racismo y la xenofobia.
El programa del Pacto Histórico referido a aplicar los acuerdos de paz, las políticas sobre cambio climático, en defensa del medio ambiente, de solucionar los graves problemas sociales del pueblo colombiano, de que sea el gobierno de los excluidos, de los perseguidos el gobierno de los intereses de las jóvenes y de las mujeres, de las necesidades de las regiones y de los territorios.
Hemos entrado en una nueva fase histórica por lograr los intereses fundamentales del pueblo colombiano y en estas nuevas condiciones la lucha sigue siendo entre el fascismo y la democracia, pues no han sido derrotados totalmente. Mas el aspecto principal es el democrático y por lo tanto: a aprender a trabajar en un gobierno al lado del pueblo.
Este triunfo electoral es por supuesto una dura derrota de la derecha y los fascistas que hicieron hasta lo imposible para impedir el triunfo de Petro y Francia. En un país con presencia del narco paramilitarismo en las instituciones del Estado, y en los territorios, con unas fuerzas armadas que llamaron a golpe de Estado, con un país en guerra y con frágil proceso de paz torpedeado por el gobierno que termina de Iván Duque, con asesinatos de líderes y lideresas sociales y masacres de poblaciones por defender sus derechos, con complot para asesinar a los candidatos Petro y Márquez, con intentonas de suspender las elecciones, con unos medios de comunicación al servicio del gobierno y su candidato, con detenciones de jóvenes por terrorismo, lograr ese nivel de votación es un triunfo muy importante pues demuestra que el pueblo colombiano no se quiere someter a sus verdugos.
Y por ello mismo la felicidad del triunfo expresado en las caravanas de carros, en las marchas, plantones, fiestas, cacerolazos que se presentaron a lo largo y ancho del país mostraron la alegría por el triunfo y por la derrota de los fascistas, porque al fin se tiene un gobierno al lado del pueblo.
El levantamiento popular del 28 de abril de 2021 o el Paro nacional, puso en tensión todas las fuerzas sociales, que con crisis multidimensional incluyendo la pandemia por el covid19 llevó al pueblo colombiano con hambre, miseria, desempleo y desesperación por un necesario cambio, a esa tremenda lucha contra los poderes establecidos que de una u otra manera se reflejaron en las votaciones a favor del Pacto Histórico de Gustavo Petro y Francia Márquez.
Pero esto también ha llevado a que amplios sectores de la sociedad se atrincheren en las posiciones conservadoras, atrasadas y tradicionales socialmente, que les están sirviendo a la derecha y al uribismo fascista y a la campaña de Rodolfo Hernández, que era también la expresión de nuevas maneras del fascismo con la xenofobia, machismo, misoginia y patriarcalismo de sus opiniones y unas convicciones de las instituciones de tipo patriarcal-paternalista. Sectores del pueblo colombiano han logrado un avance en su conciencia política a favor del cambio, una conciencia demo burguesa de nuevo tipo que de todas maneras exige el trabajo para llevarla hacia la conciencia de la democracia popular.
En la campaña electoral se ha manifestado el anticomunismo y hoy se está levantando una gran campaña contra el presidente electo Gustavo Petro, llamándolo comunista en la medida en que se dice que los defensores de los derechos humanos, de la tierra y el medio ambiente, del derecho a la vida, la defensa de los derechos de las mujeres, y que además identifican con ser guerrillero, todo esto es para los fascistas y la derecha, comunismo. Esto será una dura disputa en la defensa del gobierno progresista, de las demandas del pueblo colombiano y en la necesidad de mostrar lo que sería el verdadero socialismo, sabiendo que Gustavo Petro ni es comunista ni marxista, es un demócrata consecuente, un progresista dispuesto a hacer cambios en el país.
Y debido a la campaña anticomunista también se debe estar alerta por lo que pueda pasar antes y después de la posesión del presidente Gustavo Petro y de la vicepresidenta Francia Márquez. Se debe estar alerta ante cualquier posibilidad de ataque de la derecha y los fascistas nacionales y extranjeros.
Este gobierno progresista que iniciará el 7 de agosto de este año, se enmarca en la condiciones de disputa de América Latina y el Caribe entre los imperialistas de los EEUU, Rusia, China y también de la UE. Y las polarizaciones que se han visto en Chile, Uruguay, Perú, Bolivia y en Colombia es la disputa de los pueblos por buscar derrotar las posiciones al servicio de los imperialistas, grandes monopolios y las burguesías a su servicio. Es en este marco que se ubicarán las propuestas de unidad latinoamericana y caribeña que propone el nuevo presidente ante las políticas hegemónicas de los EEUU y el llamado a que ningún país debe quedar por fuera de los diálogos, léase Cuba, Venezuela y Nicaragua.
Colombia en medio de luchas y derrotas ha logrado un presidente a su servicio, y como lo expresara la vice Francia Márquez, este triunfo también es a la memoria de las víctimas, de los asesinados y desaparecidos, es una victoria que se debe cuidar y hacer crecer.
Escribe, desde Colombia, Alejandro Tapia
Escribe, desde Colombia, Alejandro Tapia
