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06 de July de 2022

A 206 años de la Declaración de la Independencia

Ni amo viejo ni amo nuevo ¡Ningún amo!

El 9 de julio de 1816, “los representantes de las Provincias Unidas de Sud América” en el Congreso reunido en Tucumán, declaraban la independencia de España.

Llegamos a este nuevo aniversario del 9 de Julio con el mundo convulsionado por el peligro de una nueva guerra mundial imperialista, y en medio de una gran oleada de lucha para que los pueblos no sigan pagando una crisis que no provocaron. En nuestro país crece la pelea por unir las luchas populares, nacionales y democráticas, ante el agravamiento del hambre y la pobreza. Somos parte de la América rebelde que pelea por tierra, techo, trabajo, salud, educación y soberanía.

La revolución que instauró el primer gobierno patrio en Buenos Aires el 25 de mayo de 1810, como parte de las revoluciones que terminaron el dominio colonial en Hispanoamérica, pasaba en 1816 uno de sus momentos más difíciles, ya que el rey de España, Fernando 7°, había sido restaurado en el trono, con el apoyo de la Santa Alianza de los imperios más reaccionarios de ese momento (Inglaterra, Austria, Prusia y Rusia). Y aquí, en Sud América, los ejércitos realistas españoles, superiores en formación militar habían derrotado a los patriotas en Chile, en Venezuela y en Colombia, mantenían el Perú y avanzaban hacia el Noroeste argentino por el Alto Perú (hoy Bolivia), frenados solo por las heroicas guerrillas, como las dirigidas por Güemes en Salta y Jujuy, y Arias, Arenales, Warnes, Muñecas, Padilla, Juana Azurduy, los caciques Titicocha, Cáceres y Cumbay, y tantos otros en el Alto Perú.

En estas circunstancias, cuando parecía imposible que la revolución pudiera sostenerse en las Provincias Unidas del Río de la Plata, fue que desde Cuyo San Martín escribía a los congresales en Tucumán: “Pensemos en grande, y si la perdemos, que sea con honor”.” No era un voluntarista, porque veía que la revolución podía triunfar apelando a las reservas patrióticas del pueblo y armando sus ejércitos en particular con esas masas explotadas y oprimidas, principalmente indígenas y mestizas, que se habían alzado contra el régimen colonial-feudal y venían protagonizando heroicos combates, aplastadas y derrotadas muchas veces, pero cuyas luchas habían abierto el camino a la primera revolución en nuestros países latinoamericanos.

Así, el 9 de julio de 1816, en el Congreso reunido en la ciudad de San Miguel de Tucumán (que no incluyó en su seno a representantes de Santa Fe, Misiones, Corrientes, Entre Ríos y Banda Oriental, que formaban parte de la Liga de los Pueblos Libres liderada por José Gervasio Artigas), “los representantes de las Provincias Unidas en Sud América”, declararon “a la faz de la tierra, que es voluntad unánime e indubitable de estas provincias romper los vínculos violentos que las ligaban a los reyes de España, recuperar los derechos de que fueron despojadas e investirse del alto carácter de una nación libre e independiente del rey Fernando 7°, sus sucesores y metrópoli”.

 

“Libres de España y de toda otra dominación extranjera”

También en esas difíciles circunstancias había quienes pensaban que era imposible independizarse de España, sin recurrir al “protectorado” de alguna otra potencia europea. Por eso, el 19 de julio, en sesión secreta, los congresales debatieron y resolvieron agregar a la fórmula del juramento, a hacerse el 21 de julio: “y de toda otra dominación extranjera”. Con este agregado salieron al cruce de las intrigas de las distintas potencias que operaban aquí a través de sus “amigos” en la aristocracia terrateniente y comercial criolla, disputándose entre ellas el dominio de Latinoamérica en reemplazo de España. La firmeza de los verdaderos patriotas cerró paso a esas maniobras, permitiendo que se utilizara también esa disputa a favor de la lucha por la independencia.

Conocida la resolución del Congreso de Tucumán, a fines de julio Artigas le recordó al nuevo director supremo Pueyrredón: “Hace más de un año que la Banda Oriental enarboló su estandarte tricolor y juró su independencia… Lo hará V. E. presente al soberano Congreso para su superior conocimiento”.

 

Así se pudo triunfar

La guerra de guerrillas de los pueblos de Salta, Jujuy y del Alto Perú, la independencia de Paraguay liderada por Gaspar Francia, y el curso de la revolución en la Banda Oriental, encabezada por Artigas, permitieron mantener la independencia declarada en Tucumán y cubrieron la espalda de San Martín.

San Martín, apoyándose principalmente en los pueblos de Cuyo, pudo así conducir la epopeya histórica de construir el Ejército de los Andes, cruzar la Cordillera en un viaje que duró más de un mes (de principios de enero a comienzos de febrero de 1817), derrotar a los realistas en los campos de Chacabuco y Maipú, y posteriormente, con el apoyo chileno, y ya con la oposición de la oligarquía bonaerense, pudo llegar por mar a Lima y contribuir a la independencia del Perú.

Así, tras la prolongada y heroica guerra que duró hasta la derrota de los españoles en los campos de Junín y Ayacucho, en Perú en 1824, y la batalla de Tumusla en Bolivia en 1825, se logró la independencia en Sud América.

En este proceso, como marca el Programa de nuestro Partido: “La hegemonía de los terratenientes y grandes mercaderes criollos hizo que fuera una revolución inconclusa: no se resolvieron las tareas de la revolución democrática, principalmente las tareas agrarias. Cuestión que aflora en todas las luchas posteriores y que aún hoy, entrelazada con la nueva cuestión nacional y social en esta época del imperialismo y la revolución proletaria, sigue sin resolverse”.

 

Por una nueva y verdadera independencia

Más de 200 años después de la Declaración de Independencia, seguimos la pelea por liberarnos de las cadenas del latifundio terrateniente y la dependencia de las potencias imperialistas. En ese camino, al frente de la lucha por resolver las emergencias populares y por la soberanía de nuestros recursos, impulsamos la unidad de las fuerzas populares y patrióticas dentro del Frente de Todos, para aislar y derrotar a la derecha reaccionaria que trabaja para profundizar la división del pueblo y sacarlo de las calles para volver al gobierno.

Nuestro PCR tiene un programa de medidas de emergencia, y al calor de las luchas en las que participamos, de los frentes que formamos parte, y de cada una de nuestras actividades, reafirmamos la necesidad de una segunda revolución liberadora de América que remueva la dependencia y el latifundio que nos sojuzgan.

Como muestra la experiencia histórica de estos más de 200 años de lucha popular, el triunfo de la revolución continental depende del avance y del triunfo de la revolución de liberación nacional y social en cada uno de nuestros países, que nos permita ser verdaderamente libres e independientes.

En ese camino y con este objetivo peleamos para el crecimiento de nuestro PCR y su JCR, para que sean herramientas fundamentales para que la clase obrera pueda jugar un papel decisivo en el frente único con los demás sectores del pueblo y todas las fuerzas democráticas y antiimperialistas.

 

Hoy N° 1920 06/07/2022