“Mis condolencias al pueblo y al gobierno del Reino Unido, así como a los miembros de la Casa Real, por el fallecimiento de su monarca, quien se desempeñara con honor como Jefa de Estado durante siete décadas.” (Mauricio Macri).
Tal vez rememorando los Acuerdos Malcorra-Duncan y Foradori-Duncan, hechos a medida del pedido de la entonces primera ministra Theresa May y bajo los efluvios alcohólicos de la diplomacia macrista, Mauricio Macri no pudo evitar lamentarse (y hablar de “honor”) por la muerte de la casi centenaria Isabel II, monarca del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte.
No se equivoca el lector si recuerda que fue esa reina quien envió a nuestros mares la llamada Misión Shackleton en 1975-1976. El gobierno argentino de entonces, presidido por la Sra. María Estala Martínez de Perón, en enero de 1976 retiró al embajador argentino en Londres y reclamó el retiro del embajador del Reino Unido de nuestro país.
El 4 de febrero de 1976, la presidenta de la nación ordenó expulsar a la nave pirata. El destructor de la Armada Argentina ARA Almirante Storni, ese día, se dispuso a detener al buque de investigación oceanográfica británico RRS Shackleton que navegaba a 78 millas al sur de Malvinas. Desde el destructor se ordenó: “Detenga las máquinas o abriré fuego”. La presidenta de la nación dio venia al posible ataque.
El capitán del buque británico, actuando bajo órdenes radiales del Foreign Oficce, no detuvo la marcha, se rehusó a recibir un grupo de abordaje o seguir al Storni al puerto de Ushuaia. Con el fin de aumentar la presión, las acciones del destructor fueron apoyadas por un avión de reconocimiento marítimo Neptune de la Armada. El destructor entonces hizo varios disparos sobre la proa del Shackleton que a pesar de ello prosiguió su ruta hacia Puerto Argentino. El buque argentino no persistió en su accionar pero siguió a la nave inglesa hasta seis millas de ese puerto donde finalmente emprendió el retorno.
Tampoco se equivoca el lector si asocia a la fallecida reina con la agresión imperialista británica luego de la recuperación el 2 de abril de 1982 de los territorios usurpados en 1833 por los ingleses.
La misma que junto a Margaret Thatcher decidieron el artero ataque al Crucero General Belgrano y el consiguiente asesinato de 323 compatriotas. Quien año a año celebra la ocupación colonial militar británica que se extiende desde el 14 de junio de 1982 a nuestros días, enviando a su delegado imperial y verdadero gobernador de Malvinas, el jefe de la base militar de Monte Agradable (Mount Pleasant).
Todo esto sin mencionar cuanta tropelía contra pueblos y naciones cometió el imperialismo inglés durante sus 70 años de reinado. A este “honor” le rinde tributo Macri.
El gobierno de Macri fue, sin dudas, el más pro inglés luego del de Carlos Menem, quien, recordemos, firmó los tristes célebres Acuerdos de Madrid I y II, así como otros también entreguistas, y la Ley de Garantía a las inversiones británicas Nº 24.184, que significaron en la práctica la rendición incondicional ante la potencia ocupante.
Tanto los Acuerdos de Madrid como Malcorra-Duncan y Foradori-Duncan están plenamente vigentes.
La vergüenza de la cobertura de la muerte de la reina por parte de los medios merece un completo repudio. Pero detallarla nos llevaría muchas páginas de nuestro periódico.
Escribe Alberto F. Cordelli
Hoy N° 1930 14/09/2022