El 18 de abril, en una asamblea masiva, más de mil compañeros, votamos un plan de lucha por aumento salarial del 20%, más incorporación al básico de una bonificación del 40% que cobramos en negro. Se decide por mayoría paro y movilización para el 21 y el 22 de ese mes. El mismo lunes 21, al mediodía, el Ministerio de Trabajo de la provincia decreta conciliación obligatoria por 15 días hábiles.
Durante esos 15 días hubo reuniones entre las partes, incluido cuatro viajes a La Plata y no se llegó a ningún acuerdo, mintiendo y maniobrando el gobierno de Gustavo Pulti (intendente) y José Cano (secretario de Hacienda) –al igual que la presidenta Cristina Kirchner con los chacareros–, para confundir y dividir. El martes 13 de mayo el Ministerio solicitó cinco días más de conciliación.
Durante esos veinte días fueron clave las asambleas por lugar y las reuniones de cuerpo de delegados; porque no sólo decidimos un plan de lucha ya más duro que el anterior, sino porque las decisiones vinieron de las bases, y de esa forma, la Comisión Directiva del STM tuvo que jugar a fondo en el reclamo.
Segundo tiempo para llenarse de razones
Así llegamos al 20 de mayo cuando recomenzó el plan de lucha con paro y movilizaciones a la Municipalidad. Fue contundente y masivo con todas las dependencias cerradas; sólo con las guardias mínimas en tres centros de salud (hay 30) y algunos comedores escolares.
Entonces comenzó una campaña de presión, como nunca antes, por parte de la Secretaria de Salud y Desarrollo Social, donde nos decían: “Entendemos que el reclamo es justo, pero el sector más vulnerable se queda sin su merienda o los pacientes sin atención médica”. La respuesta no se hizo esperar: ahora se acuerdan del hambre y del colapso de las salas sin insumos y sin personal. Por ejemplo, hay un solo traumatólogo y dos cardiólogos para las treinta salas. No íbamos a permitir que nos enfrenten a la población y dijimos: “como la lucha del campo, la de los municipales es una lucha larga y dura, necesitamos de la solidaridad de todo el pueblo marplatense”. La CGT, que debería terminar con su eterna siesta y convocar a un paro general que una a los justos reclamos de los municipales con los obreros del pescado contra el trabajo en negro, o los judiciales y tantos otros, sólo hizo una conferencia de prensa solidarizándose. Así llegamos al miércoles 28 de mayo en una asamblea con casi 1.800 compañeros donde se aprobó por mayoría la oferta que hace Pulti. El duro Pulti, se ablanda al no poder bancar más nuestra firmeza y unidad: 500 pesos por única vez a cobrar en mayo; en junio el 20% de la bonificación al básico más el 7% de aumento; en julio el restante 20% de la bonificación al básico, más 7% de aumento y en julio el último 7%.
Estamos muy contentos porque esta pulseada la ganamos todos los municipales: por la unidad, la firmeza y la convicción de que ese aumento es un derecho que nos corresponde, aunque falte bastante para acercarnos a la canasta familiar. Además, quedó claro que si no se lucha se pierde pero más claro aún, que con la lucha se puede ganar.
