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25 de January de 2023

La Revolución China y el medio ambiente (nota 2)

Las comunas de Taching y Tachai

Los revolucionarios chinos, en el largo proceso de liberación de su país, libraron combates durante muchos años, contra los nacionalistas de Chiang Kai Shek, en alianza con éstos contra la invasión imperialista de Japón, y luego contra los nacionalistas apoyados por distintas potencias imperialistas, en particular los yanquis. En ese largo proceso, que no es cuestión de esta nota, las masas y las tropas del Ejército Popular de Liberación del Partido Comunista de China fueron liberando grandes regiones, hasta el triunfo en 1949, con la proclamación de la República Popular China.

En las regiones liberadas primero, y luego en todo el país asiático, se desarrolló una profunda reforma agraria, por la que millones y millones de campesinos accedieron por primera vez a un pedazo de tierra para vivir y producir. Dentro de la intensa batalla política que significó esta reforma agraria, el cuidado del medio ambiente, aunque sin ese nombre, ocupó un rol fundamental.

En medio de la batalla por el avance del socialismo en China, entre los “seguidores del camino capitalista” dentro del Partido Comunista y en el Estado, y los que, con la línea maoísta querían avanzar por el camino revolucionario, se desarrolló el proceso de cooperativización agrícola.

Así avanzaron en una profunda y desconocida transformación de la producción agrícola e industrial, desde los “grupos de ayuda mutua”, las cooperativas “de tipo inferior” con rasgos socialistas, las cooperativas de “tipo superior”, y las comunas populares, que no sólo planificaban de conjunto la producción y la distribución, sino que eran unidades políticas que tomaban resoluciones de manera autónoma.

La batalla por qué camino tomar estaba presente en cada una de las grandes decisiones del poder central, y también en las que se tomaban en las cooperativas y los centros de producción industrial. Los afiches de propaganda mostraban, al mismo tiempo, lo bueno que era engordar a los chanchos (una parte importante de los cuales muchos campesinos vendían en el mercado) mientras otros levantaban los principios de la colectivización y la necesidad de terminar con la propiedad privada en el campo.

En medio de esta batalla, los maoístas apostaron al protagonismo de las masas también para la realización de obras en beneficio del medio ambiente. En una nota anterior mencionamos la pelea por “transformar los ríos dañinos en beneficiosos”. Ya al poco tiempo de la proclamación de la República Popular, se veían en las aldeas y ciudades afiches que decían “Haz que la patria sea verde. Cuidar bien los árboles es responsabilidad de todos”, y otros en ese tono.

Ya en la década del 60, y en pleno enfrentamiento con los dirigentes revisionistas que habían restaurado el capitalismo en la URSS, los maoístas chinos con la línea de “independencia, autodecisión y autoabastecimiento”, pelearon por generalizar dos experiencias concretas de las comunas populares. Estas fueron las comunas de Taching (una brigada de producción petrolífera) y Tachai (una pequeña brigada de producción agrícola que formaba parte de la comuna del mismo nombre).

Alrededor de estas experiencias concretas, y de la lucha política e ideológica por avanzar en la construcción de una sociedad socialista, los maoístas chinos fueron construyendo también una política con relación al medio ambiente.

La comuna de Tachai tenía cerca de 12 mil personas. A partir de una gran inundación a comienzos de la década de 1960, discutieron y acordar eliminar tanto las parcelas agrícolas privadas, como la propiedad privada de animales como los cerdos. Pusieron todo en común, acordaron un sistema de puntaje por trabajo y llevaron a fondo la línea que planteaba el PCCh de la localidad. Además de la planificación agrícola, el control de las inundaciones, construcción de represas, rutas, etc., tomaban decisiones políticas como la instalación de pequeñas industrias en el campo, y se descentralizaba en parte la organización política y militar.

A lo largo de los años, la gente de Tachai transformó la naturaleza. Cada año siguió trabajando en los períodos invernales para rehacer los siete barrancos y ocho cumbres que caracterizaban sus tierras y transformarlos en terrazas que podían ser cultivadas, con desagües para evitar anegamientos y retener las fugas de agua en pozos. Las 2900 pequeñas parcelas que había en 1949, en los 70 se redujeron a 1500, trabajadas colectivamente.

Mao, en 1964, planteó la consigna “En agricultura, aprender de Tachai”, y a fines de 1975 se celebró una conferencia nacional del Partido Comunista, sobre la movilización para desarrollar la agricultura y construir comunas del tipo Tachai en todo el país.

Además de establecer principios como que “El comité del Partido del condado debe ser un núcleo dirigente que adhiera firmemente a la línea y la política del Partido y que esté unido en la lucha”, y que se “Debe establecer la hegemonía de los campesinos pobres y medios-bajos como clase para poder librar luchas resueltas contra las actividades capitalistas y ejercer una supervisión efectiva sobre los enemigos de clase y remodelarlos”, y que los dirigentes debía participar en el trabajo productivo colectivo, en el tema que nos ocupa plantearon: “Debe lograrse un desarrollo integral en la agricultura, la silvicultura, la ganadería, la pesca y las ocupaciones colaterales, con aumentos considerables de la producción, grandes contribuciones al Estado y una mejora constante del nivel de vida de los miembros de la comuna”.

Comunas como la de Tachai, si bien fueron minoritarias, con el desarrollo de sus actividades industriales y la propiedad colectiva de los medios de producción, fueron de las experiencias más avanzadas de la humanidad en achicar en la práctica las diferencias entre el trabajo rural y el urbano.

 

La experiencia de Taching

En el norte de China, a comienzos de la década de 1960, comenzó en Taching la construcción de un centro petrolífero desde la nada. Enfrentaron en primer lugar a los “expertos” tanto occidentales como de la URSS revisionista, que decían que en China no había petróleo. Un conjunto de trabajadores voluntarios, tras la prospección de los geólogos chinos, comenzaron la tarea de perforación alojados en humildes casas de los campesinos, guiados por el objetivo político y económico de impulsar la independencia de su patria y de su Estado. Los cientos de voluntarios se transformaron en miles y tras extraer el primer barril de petróleo al año de comenzada la tarea, comenzaron a producir en gran escala. Mao lanzó la campaña “Aprender de Taching en la industria”, como un camino concreto, impulsado por los dirigentes maoístas y trabajadores calificados con ideales revolucionarios, que estudiaron, a propuesta del comité del Partido local, los textos de Mao “Sobre la Práctica” y “Sobre la contradicción”, para avanzar en la continuación de la revolución en la sociedad socialista y conseguir resultados “mayores, más rápidos, mejores y más económicos”.

En ese campo petrolífero, en la primavera de 1962, cinco amas de casa, respondiendo al llamamiento del Comité del Partido de Taching, tomaron la delantera en roturar y cultivar tierras en la vasta pradera desierta, cada una con una pala, bajo condiciones muy difíciles. Así se estableció la primera base de producción agrícola de familiares del personal de Taching. Este trabajo arduo se conoció como el espíritu de “hacer la revolución con cinco palas”, y contribuyó en concreto a una mejora del medio ambiente en plena producción petrolífera.

Como planteó Hua Kuo Feng, presidente de China tras la muerte de Mao Tsetung, en la Conferencia Nacional sobre Aprender de Taching en 1a industria (9 de mayo de 1977) “Taching también dedica esfuerzos a la producción agrícola, la silvicultura, la ganadería, la piscicultura y las ocupaciones secundarias y ha ampliado gradualmente los servicios de bienestar colectivo y construido una zona minera de nuevo tipo que integra la industria con la agricultura y la ciudad con el campo. Todo esto contribuye a disminuir las diferencias entre obreros y campesinos, entre la ciudad y el campo y entre el trabajo manual y el intelectual, a restringir el derecho burgués y a prevenir el surgimiento de la clase de los burócratas”.

Por todo esto las comunas fueron barridas tras la restauración capitalista en China encabezada por Teng Siaoping en 1978.

 

Semanario Hoy Nª 1947  25/01/2023