En El Salvador, país centroamericano litoraleño con el Océano Pacífico, las llamadas “maras” son pandillas criminales que han conformado un ejército juvenil armado, del cual no se tienen cifras claras y que se financian a través de la extorsión, el secuestro, la venta de armas y drogas y el asesinato por encargo.
Hay dos más importantes. Se conformaron con delincuentes deportados de EEUU hace muchos años y fueron creciendo, con periodos de negociación con los gobiernos.
Pero ahora el gobierno de Nayib Bukele declaró el estado de emergencia, suspendió las garantías constitucionales, y ya en el 2022 destituyó a los integrantes de Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia y al fiscal general.
Ahora decenas de miles de presuntos pandilleros están siendo detenidos sin ninguna clase de juicio y siendo trasladados a una mega cárcel inaugurada a principios de febrero, con capacidad de más de 40.000 personas.
Ya fue traslado allí un primer grupo de 2.000 presuntos pandilleros y las imágenes que han circulado por los medios son aterradoras: se ve a los presos en ropa interior, sin zapatos ni camisas, con la cabeza rapada y encadenados de manos y pies.
Ha habido duras condenas de organizaciones de derechos humanos, que denuncian detenciones arbitrarias de personas inocentes y muertes en las cárceles.
Sin embargo, Bukele gobierna con comodidad después de que su partido lograra en el 2022, junto con aliados, una aplastante mayoría en la Asamblea Legislativa, y lo que es más grave, su política tiene hasta ahora apoyo de gran parte de la población.
Se ha abierto una situación para que la gente inocente no pueda defenderse. Se han detenido a más de 57.000 personas, en forma arbitraria, con acusaciones sin fundamento. Ni siquiera ha habido investigaciones preliminares para ver si los arrestados formaban parte de las maras.
Se habla de que el gobierno podría haber realizado acuerdos ilegítimos con alguno de los grupos. A esto se agrega que, aunque la Constitución no permite la reelección de Bukele, ya se habla de un cambio para permitirla.
Escribe Alicia Sourges
Hoy N° 1953 08/03/2023
