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02 de October de 2010

La usura no abre la mano

Hoy 1278 / Las políticas anticampo de los K

Al “cortar ancho” en el tema retenciones, el kirchnerismo consiguió lo que históricamente parecía imposible: que los pequeños y medianos productores de Federación Agraria Argentina (FAA) y los autoconvocados, confluyeran en sus reclamos con los terratenientes agrupados en la Sociedad Rural y los yuppies que participan del negocio del mercado a término en las distintas bolsas del país.
Durante la prolongada lucha contra la Resolución 125 –un verdadero saqueo impositivo-, los pequeños y medianos productores lograron arrastrar al conjunto de las clases sociales del campo detrás de sus propuestas de lucha e instalaron el piquete como método de protesta. Esta modalidad había sido impuesta en la gran huelga agraria de 1994 por Mariano Echaguibel y las dos corrientes que posteriormente conformaron Chacareros Federados, que en el conflicto desde un primer momento plantearon que las retenciones debían ser segmentadas y coparticipables.
A la vez, y como prueba de los cambios producidos en las relaciones de producción con la irrupción del capital financiero –pooles de siembra-, los viejos terratenientes de la Sociedad Rural “aceptaron” la propuesta de segmentación de retenciones, reconociendo un reclamo histórico de FAA.
Pero a pesar de estos avances, convendría establecer “precisiones y límites” acerca de cómo debería plantearse la relación entre FAA y la Sociedad Rural, ya que una cosa es “golpear juntos” para enfrentar determinadas políticas y otra muy diferente llevar la misma al nivel de “relaciones carnales”.

Tres hechos
Tres hechos sucedieron en el último período sobre los cuales convendría realizar algunas precisiones. El primero tuvo que ver con la asamblea organizada en la Sociedad Rural y presidida por los presidentes de las cuatro entidades; el segundo está relacionado con el diálogo convocado desde Tucumán por la presidenta y las negociaciones entre el campo y el gobierno; y el tercero sobre la participación de FAA en la inauguración de la Rural.
La asamblea de la SRA, con un tono socarrón, insolente y exitista donde Llambías reivindicó a los Martínez de Hoz, tuvo el objetivo de evitar que los Macri, De Narváez, etc. mejicanearan el cachetazo electoral que recibió el K. Al respecto entendemos que la rebelión agraria fue la principal causa que volcó a la mayoría de los argentinos a castigar electoralmente al gobierno nacional.
En relación al diálogo político habría que decir que el mismo es un fracaso. Por ejemplo, la reunión entre el gobierno y el campo, como en otras oportunidades culminó con una provocación de Fernández quien en la posterior conferencia de prensa anunció que no se modificarían las retenciones, salvo que la dirigencia gremial haga alguna propuesta para cubrir el vacío fiscal. Sin embargo, el gobierno sigue haciendo buena letra con los acreedores, y el lunes pasado pagó 2.250 millones de dólares de los Boden 2012.
A pesar de que en la lucha los productores agropecuarios pretenden la unidad de todos los sectores, convendría no olvidar la historia ni perder la identidad. Porque, como señalamos más arriba, golpear juntos, no significa tener relaciones carnales.
Si bien la participación de Buzzi fue acordada por votación en el Consejo Directivo Central de FAA, hubo sectores que entendieron y entienden que esa tribuna, que precisamente lleva el nombre de Martínez de Hoz, “no debería ser la tribuna del campo”. La tribuna del campo es la democracia directa al servicio de la lucha.
Para enfrentar las políticas anticampo de los K, las luchas como la larga marcha de la Federación Nacional Campesina (FNC), las asambleas de autoconvocados y las propuestas de movilizaciones acordadas en las comarcales de FAA, son el camino.