El punto de partida es lo que discuten los economistas sobre lo que viene a hacer Milei; Dicen que viene a arreglar la macro, la macroeconomía, los desequilibrios heredados del gobierno de Alberto Fernández, el problema de la inexistencia de reservas, la situación del Banco Central prácticamente quebrado, la inflación.
La primera pregunta es: ¿cómo viene Milei a arreglar la macro y a favor de quién?
No es simplemente una cuestión técnica. Porque lo que ha provocado estos desequilibrios es lo que subyace en la economía argentina; el problema está en la estructura económica argentina, en las relaciones sociales de producción y la ubicación de la Argentina en el sistema mundial como país dependiente; receptor de capitales y a la subsistencia de los grandes propietarios de tierra, rentísticos y especulativos, y de una gran burguesía, asociada a estos negocios del capital imperialista.
El capital extranjero, cuando llega a la Argentina, no viene a nacionalizarse argentino, sino que viene a obtener superganancias; esas ganancias las sacan de la Argentina; porque éste es un país que limitadamente les ofrece oportunidades de reinversión; esto ha ocurrido históricamente, la salida de capitales es mayor que la inversión imperialista. Esto ha definido una macroeconomía.
El capital extranjero, para llevarse las ganancias al exterior, ejerce una presión permanente sobre nuestro Banco Central por los derechos los de exportaciones (retenciones). Hay una competencia de este núcleo con las importaciones, por los dólares obtenidos por las exportaciones. Esto es lo que los economistas trabajan desde distintas ópticas y llaman “restricción externa”; pero es mucho más que como lo trataron los economistas estructuralistas que se focalizaron en el problema de las fuerzas productivas.
Ellos decían que tenemos que exportar y esas exportaciones dependen de las importaciones porque tenemos una economía desintegrada. Lo que hay que hacer es avanzar en la industrialización y para ello, dicen, necesitamos más capital extranjero. Es el viejo postulado del desarrollismo; es decir, industrializar el país de la mano del capital extranjero, ya que, supuestamente, no habría suficientes capitales acá.
Horacio Ciafardini cambia el punto de vista cuando plantea que no se trata de un problema simplemente de las fuerzas productivas, sino que hay relaciones de producción en el medio, que se dan en el sistema mundial imperialista.
La crisis macroeconómica expresa esa puja por los dólares necesarios que el capital reclama para llevárselos al exterior.
A medida que en un ciclo económico crece la actividad económica de Argentina aumentan las importaciones, porque tenemos una industria importadora de medios de producción, de técnicas, de materias primas; una industria que ha sido muy golpeada y nunca alcanzó a integrarse. Esta cuestión se ha agravado por el curso de los acontecimientos de la dictadura para acá; se avanzó en el proceso de primarización, de destrucción productiva y apareció con gran magnitud el problema de la deuda externa, de carácter ilegítimo e impagable por su tamaño. Mientras se genera exportaciones y divisas para financiar todo esto, la economía funciona y el nivel de actividad sube y la producción crece. La macro funciona sobre la base de la explotación del pueblo argentino y por la descapitalización, porque las ganancias se van al exterior
Cuando al capital extranjero se la hace imposible satisfacer la remisión de ganancias y demás formas que tiene para saquear y sostener los pagos de la deuda externa, entonces ahí la macroeconomía entra en crisis, porque se derrumba la producción y viene la exigencia de devaluación; ésta recompone los ingresos de los terratenientes y del capital, y es tumba del ingreso de los trabajadores.
De esa manera empiezan un nuevo ciclo con la recomposición de las ganancias y la posibilidad que las remitan hasta el nuevo ciclo; esto es lo que vino ocurriendo prácticamente desde los inicios de la industrialización.
La propuesta del gobierno actual, al igual que fue la intención de la dictadura, la intención del menemismo y el macrismo es ir a fondo en una política recesiva que cree condiciones permanentes para la dependencia. Destruir lo que haya que destruir de la industrialización de las fuerzas productivas, del gasto público que para ellos es innecesario, en función de crear condiciones para que el capital extranjero y el núcleo oligárquico y de burguesía intermediaria asociados a ellos, puedan obtener sus ganancias en monedas duras y remitirlas a donde ellos quieran. Éste es el problema macroeconómico principal.
Corresponsal
Hoy N° 2008 30/04/2024