El habitual recorrido por las calles estuvo inundado otra vez por el multicolorido de banderas, pancartas y carteles que las organizaciones comenzaron a desplegar, luego del cierre de los talleres.
Con el “paso, paso, paso, se viene el mujerazo”, fue avanzando en su recorrido la Comisión Organizadora, y a su paso iban sumándose más integrantes de esa comisión, que venían de terminar de redactar las conclusiones de los talleres. El “Y ya lo ve, y ya lo ve… para Cristina que lo mira por TV”, puso al rojo las gargantas de la cabecera de la marcha, quienes sacaron de adentro la bronca contra el gobierno. Abrazos y apretones, lágrimas de emoción, expresiones de haberlo logrado.
Los silbatos de las tucumanas que denuncian a los violadores y abusadores sonaron por las calles neuquinas. Columnas que se tiñeron con los rostros de Romina Tejerina, de nuestra querida María Conti, de muchas chicas secuestradas y desaparecidas por la trata de blanca, y de tantas otras víctimas de violación.
Gran adhesión por parte de los vecinos provocó el paso de las columnas de las mujeres agropecuarias en lucha. También fue para destacar la participación de contingentes de trabajadoras de Terrabusi, de la recuperada Renacer y de las docentes, estas dos de Tierra del Fuego.
La creatividad popular adquirió todas sus formas: lesbianas con una torta gigante, artistas callejeras haciendo parodias…No pasó desapercibida una pingüina de metro y medio que vio su fin en la culminación de la marcha. La pingüina Cristina había nacido unas horas antes, producto del trabajo colectivo de varias jóvenes que en esa jornada prepararon pancartas para la marcha y canciones, entre ellas la que acompañó la cremación de la desgraciada pingüina y que contagió a muchas a cantarla:
“Creíste pingüina / que eras invencible / las patotas del Francés, te cagás en el Indec / Pero ahora no podés creer / el Encuentro no lo pudiste romper / ahora con la lucha somos miles más / es que tu gobierno vamos a repudiar / las mujeres ya no nos callamos más”.
