Organizaciones como el PO no toman en consideración al campesinado trabajador, no distinguen la diversidad de clases entre ellos y niegan el problema nacional. Sólo ven capitalistas y proletarios en el campo. Que en el campo argentino predominan relaciones de producción capitalistas no está en discusión; al menos para nosotros. Cuando rompimos en 1967 con la dirección del PC éste fue uno de los puntos centrales de debate con esa dirección.
En el mundo actual, en la época imperialista, última fase del capitalismo, el mundo se ha dividido en países opresores y países oprimidos. Esto se acentuó con la llamada globalización a tal punto que la mayoría de la burguesía agraria de un país como el nuestro, e incluso sectores terratenientes, sufren de una y mil formas la opresión imperialista. Los productores de soja, desde que compran la semilla a Monsanto, utilizan fertilizantes importados, etc., hasta que la venden a monopolios como Cargill, Bunge, o Noble, entre otros, y se someten a las reglas de un mercado que se maneja por los grandes grupos financieros en Chicago o en Londres. Más aún cuando el Estado gerenciado por el kirchnerismo expolia a la gran masa de productores nacionales y subvenciona a los grandes monopolios aceiteros, exportadores, etc.
En la producción ganadera el problema es aún mayor.
02 de October de 2010