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04 de May de 2025

Jacinto Roldán, secretario general del Partido Comunista Revolucionario de la Argentina

¡Hasta siempre camarada Jacinto Roldán!

El 2 de mayo, despedimos a nuestro secretario general Jacinto Roldán en el cementerio Parque Iraola. Reproducimos los discursos en el homenaje del camarada Tano, colaborador de Jacinto en la Secretaría Política, Luciano Álvarez, secretario de la Juventud Comunista Revolucionaria, Antonio Beltrán, del Comité Central del PCR, y cerró en nombre del Comité Central del PCR, el camarada Arnoldo Gómez.

 

El compañero Tano, colaborador de Jacinto en la Secretaría Política

“El Negro garantizó la continuidad histórica de una línea”

Camaradas, compañeros: Con profundo dolor hoy despedimos a Jacinto Roldán, secretario general del PCR, el Negro. El Negro nació en la Capital Federal. Vivió su infancia en el Bajo Flores, en la pensión de Doña Lola, junto a su mamá Elba. De muy pequeño repartía leche para ganar dinero y ayudar a su madre. Le gustaba jugar al fútbol. Fue capitán de “Corazón Juvenil”, el equipo de su barrio. De más grande jugó hasta en la reserva de Atlanta. Era hincha de Racing de Avellaneda. Le gustaba el fútbol porque es un deporte colectivo. Él decía que “las figuras son importantes, si juegan para el equipo”.

Trabajó en Aerolíneas Argentinas, en el sector Cargas, y al calor de la lucha se afilió a la Federación Juvenil Comunista. Se alistó para combatir con el Che Guevara en Bolivia, pero la dirección del Partido Comunista traicionó.

Fue parte del contingente que rompió con esa dirección del Partido Comunista, cuando ésta renunció a la lucha por la revolución. Fue uno de los fundadores del partido del proletariado, el PCR, junto a Otto y tantos otros camaradas. Tomó organización en una zona de la Capital Federal, donde trabajó con César Gody Álvarez.

El Partido, Con Otto a la cabeza, en nuestro Tercer Congreso llegó al maoísmo. Pasamos a ser marxistas-leninistas-maoístas, y así tuvimos la posición antigolpista.

Jacinto fue secretario político del Partido en el regional La Plata-Berisso-Ensenada, donde tenía parte de su corazón. Encabezó la lucha antigolpista donde hubo seis asesinatos y más de 50 encarcelados. El Negro siempre habló del papel que jugaba la dirección, no hablaba de él.

Pero fue con él a la cabeza que se enfrentó a la dictadura, se construyó en la Carne y el Partido motorizó la huelga larga del frigorífico Swift en 1979.

Viajó cinco veces a China. Conoció los logros de la revolución, donde 500 millones de personas pasaron a decidir qué se producía, cómo se producía y cómo se distribuía lo que se producía. El Negro fue uno de los que vivió la Revolución Cultural Proletaria China y la lucha contra la restauración del capitalismo.

En una de esas delegaciones de nuestro PCR, los maoístas llevaron a nuestros camaradas a un hospital y les mostraban cómo operaban y utilizaban acupuntura. El Negro dijo “qué carnicería”, y el traductor chino le respondió “carnicería no, ciencia”. Ahí, decía el Negro, aprendí que no hay que hacer comentarios al cohete.

Fue coordinador del Gran Buenos Aires durante 25 años. Jugó un gran papel en la participación de nuestro Partido en las luchas obreras como la toma de Ford, el proceso en el Astillero Río Santiago, en Terrabusi-Kraft, en el trabajo en el campesinado pobre en La Plata. Fue uno de los fundadores de la gloriosa Corriente Clasista y Combativa, y participó en el corte largo de La Matanza, por mencionar algunos hechos.

Luego del 12 Congreso fue el responsable nacional de Organización. Fue siempre donde el Partido lo necesitó. En el 2018, ante la enfermedad de nuestro querido camarada Otto Vargas, Jacinto se puso al hombro el Partido.

En el 2022, después de nuestro 13 Congreso fue elegido secretario general del Partido por unanimidad, en el Comité Central.

Llegamos hasta acá porque el Negro garantizó la continuidad histórica de una línea y esa era su gran preocupación. La continuidad de un Partido y su JCR capaz de sentir los sufrimientos de las masas con el corazón, pensar y hacer con el lomo. Y vos, Negro, diste todo hasta el último minuto.

Siempre decías “nosotros no nacimos para ser izquierda del sistema, nacimos para ser vanguardia reconocida por las amplias masas, para hacer posible la revolución de liberación nacional y social”.

Levantando tu bandera y tu ejemplo seguiremos la lucha por derribar las dos montañas que nos oprimen: el latifundio terrateniente y la dependencia imperialista.

El Negro hablaba de los dos aspectos que tenemos todos. Te hablaba de la dialéctica para que entendiéramos todos. Era un hombre muy sencillo y humilde, tierno y muy terco. Pero sabía escuchar. Como se dice en el barrio, un tipazo.

Con un amor sin igual para la clase obrera y el pueblo, para su Partido. Con un amor profundo para su compañera de vida, Liliana. Se quedaba con momentos hermosos de su vida, como los vividos con el Colorado, Rubén, Nicolás, Manuel, Lucía.

Negro, te vamos a extrañar todos los días. Nos dejaste un legado: hacer un Partido habitable. Preocuparnos más por los demás y discutir todo colectivamente. Dejaste un Partido unido. Estabas preocupado. Tenemos que seguir haciéndolo grande y fuerte.

Vos citabas al poeta Machado, que decía “Hay dos clase de mujeres y hombres, los que viven hablando de sus virtudes y los que se limitan a tenerlas”. Vos, sin duda, fuiste de estos últimos, y el más maoísta de todos nosotros.

Hasta la victoria siempre Negro. Te quiero mucho.

 

Luciano Álvarez, secretario general de la Juventud Comunista Revolucionaria

“Jacinto nos enseñó con el ejemplo que hay que luchar hasta el final”

Compañeros y compañeras, amigos, familia de Jacinto, camaradas de todo el país.

Es un momento muy duro porque nos toca despedir a uno de los pilares sobre los cuales se asentó la construcción de este Partido en estos 57 años.

Su pérdida es un gran golpe a nuestro Partido porque Jacinto fue un gran hombre. Fue un verdadero comunista que dedicó su vida a la lucha por la revolución y a la construcción del Partido, hasta el último minuto de su vida.

Mao Tsetung, citando a un escritor chino decía: “Aunque la muerte llega a todos, puede tener más peso que la montaña Taishan o menos que una pluma”.  Morir por los intereses del pueblo tiene más peso que la montaña Taishan; servir a los fascistas y morir por los que explotan y oprimen al pueblo tiene menos peso que una pluma. El camarada Jacinto Roldan murió por los intereses del pueblo, y su muerte tiene más peso que una montaña.

El dolor es inmenso, y la tristeza es muy grande. Iremos dimensionando con el tiempo la magnitud de la pérdida del Negro, el agujero que nos deja y lo que lo vamos a extrañar y necesitar todos los días. Nos quedamos con su ejemplo, con las anécdotas y los recuerdos desde los cuales tirar. Va a ser muy difícil.

Nos quedamos con las anécdotas de los viajes a China, que nunca quiso que grabemos para no figurar, para no hablar de él. Quedan en nuestra memoria. Nos quedamos con las anécdotas de cómo los obreros del frigorífico fueron haciendo suyo el Partido, el Partido se fue fundiendo con esos obreros y eso fue haciendo aprender al Partido de esos obreros. O las del Gran Buenos Aires, con Juan Carlos, Mariano y esos cientos de luchadores que se fueron transformando en comunistas, pelea en la que se fue construyendo ese gran movimiento de desocupados de la CCC del que el Negro fue parte fundamental. También jugó un papel clave en la construcción de la Federación Nacional Campesina entre los campesinos pobres.

Nos enseñó con el ejemplo que hay que luchar hasta el final, haciendo un esfuerzo gigantesco no abandonó en ningún momento la actitud militante, el esfuerzo y la entrega por el Partido. Cuando lo dominante en la sociedad es tirar a los viejos por la ventana, y para los viejos solo hay descarte, palos y represión, Jacinto se murió trabajando por el Partido hasta el último momento de su vida.

Jacinto fue uno de los principales protagonistas de uno de los grandes hitos de nuestro Partido. Fue timonel en una de las batallas políticas más grandes que dio el Partido a lo largo de su historia, que fue la lucha antigolpista. Como dijo Otto, la actitud heroica de Enrique Rusconi, y el papel del Comité del Partido de La Plata en ese momento, encabezado por Jacinto, salvaron al Partido.

Hay muchas cosas de la historia de Jacinto que no son suficientemente conocidas por los compañeros y las compañeras, porque si Jacinto tenía una característica es que nunca hablaba de él. Por eso a los jóvenes nos queda el desafío de hacer conocer por las nuevas generaciones el legado de Jacinto, su historia, sus aportes a la lucha revolucionaria y las enseñanzas que nos deja.

En una sociedad donde lo dominante es lo individual, donde está incentivada obscenamente la idea de que lo principal son las personalidades, las figuras, que lo que importa es destacarse individualmente. Siempre decía que jugando al futbol había aprendido que lo importante de las figuras es que jueguen para el equipo. Una de las enseñanzas principales que Jacinto nos deja es que siempre lo colectivo es superior a lo individual. Y que lo importante es defender una línea que pelee que las masas no deleguen y sean protagonistas. Jacinto detestaba la arrogancia, el arribismo y el afán de figurar, y lo combatía.

Era duro para discutir, nunca se preocupaba por cómo quedaba. Cuando estaba en desacuerdo te discutía a fondo. Pero nunca lo hacía personal, siempre era para defender el Partido y la línea.

Cuando a veces hacíamos cagadas, muchas veces, y nos poníamos por arriba de algo y lo personal se hacía principal, te discutía a fondo, a veces dolía. Pero siempre te ibas pensando. Para Jacinto siempre lo principal fue la pelea por el avance de una línea, que eso sea patrimonio del conjunto, y que las masas la hagan suya. Nunca lo personal. En la batalla entre el tigre y el mono como siempre decía, entre las dos partes que todos tenemos, te ayudaba a combatir al mono para que no se transforme en un orangután que se termine comiendo al gatito.

Jacinto siempre discutía con el objetivo de unir, daba batalla a las ideas incorrectas para unir al Partido. Discutía a fondo y siempre te daba salida, siempre daba lugar a la reflexión y al cambio frente al error.

Siempre peleó porque la referencia del Partido sean los sufrimientos de los más explotados y oprimidos. Para Jacinto la situación de las masas y sus sufrimientos no eran el marco, no era algo más que servía para contextualizar el momento, eso era el centro del trabajo del Partido. Y desde ahí fuimos encontrando las formas y caminos para que el Partido se integre con esas masas explotadas.

El Negro partía siempre de que el problema del Partido era parte de la situación política. De que, si el Partido funcionaba y discutía, podía incidir y ser una herramienta en esa situación política.

En un momento de tantos sufrimientos para nuestro pueblo, no es algo más si somos capaces de construir un Partido que arraigue y tenga esto como punto de referencia.

Desde la muerte de Otto, Jacinto se puso al frente y peleó por la unidad del Partido alrededor de una línea. En estos 6 años el PCR encabezado por Jacinto Roldán jugó un papel clave en las batallas políticas que protagonizamos.

Jugamos un papel en la derrota de Macri en la calle, desde la unidad de los movimientos populares, y también en las elecciones siendo parte del Frente de Todos.

Después Jacinto fue fundamental en la pandemia. Peleando el protagonismo de las masas, cuando dijo que el centro del trabajo del Partido pasaba a estar en los barrios. La línea con la que nos movimos permitió que miles de compañeros y compañeras tomen la política en sus manos en un momento muy difícil.

Fue también Jacinto el que dijo que nosotros éramos parte del Frente de Todos, pero que no éramos parte del gobierno. Eso nos permitió movernos con independencia cuando muchos nos querían embolsar, y nos permitió enfrentar en las calles el acuerdo con el FMI, sin corrernos del golpe principal en el sector más reaccionario del bloque de las clases dominantes.

Después, cuando asumió este gobierno reaccionario con su proyecto fascista, y muchas fuerzas políticas estaban desorientadas, planteó que los íbamos a enfrentar, mientras íbamos viendo el cómo. Eso nos permitió ponernos al frente de la pelea contra el ajuste, la represión y la entrega del gobierno de Milei desde el primer día.

Cuando despedimos a Otto en la Chacarita, Jacinto dijo: “Es muy grande la responsabilidad que tenemos hoy todos los comunistas revolucionarios, los viejos, los no tan viejos y sobre todo los jóvenes ante el legado que nos deja. Garantizar la continuidad histórica de una línea proletaria para la revolución en la Argentina.”

Yo quiero decir, compañeros y compañeras, que esa responsabilidad es hoy aún más grande, la tarea es más complicada, y sin Jacinto eso va a ser mucho más difícil. Pero como diría nuestro querido Negro Jacinto, vale la pena intentarlo.

Por eso decimos que vamos a trabajar sin descanso por la unidad del Partido. Vamos a pelear la continuidad histórica de una línea proletaria para la revolución en la Argentina. Vamos a mantener en alto las banderas del marxismo leninismo maoísmo. ¡Y vamos a defender el legado de Otto Vargas y Jacinto Roldán!

¡Vamos a seguir tu ejemplo con más firmeza que nunca, peleando para que el pueblo argentino tenga en el PCR una herramienta útil en la lucha por la revolución!

¡Te vamos a extrañar mucho Negro Jacinto querido! ¡Hasta la victoria siempre!

¡Viva Jacinto Roldán! ¡Viva el Partido Comunista Revolucionario!

 

Antonio Beltrán, miembro del Comité Central del PCR

“Su preocupación principal era que protagonicen las masas”

En primer lugar, venimos a despedir a un querido camarada que jugó un papel fundamental en la historia de nuestro Partido. Saludamos a todos los compañeros, a los amigos, a Liliana y a toda la familia y a todos los compañeros que han venido de distintos lugares, les agradecemos su presencia.

Como acá se dijo, Jacinto era un hombre del Bajo Flores, y fue un hombre del Bajo Flores toda su vida, en el sentido de que ese Jacinto que se crió ahí, fue el hombre sencillo y humilde que todos conocimos, y que nunca perdió su esencia.

Cuando en esos años jóvenes se conectó con gente ligada al Che Guevara, Jacinto entrenaba con un grupo cuyo objetivo era ir a combatir con el Che en el norte argentino y en Bolivia. Grupo que después fue desbaratado porque fue detectado por la policía federal.

A Jacinto le gustaba el fútbol, era un gran jugador, jugaba muy bien, jugaba en Corazones Juveniles con su barra de amigos, que era un club que habían fundado los anarquistas del Bajo Flores. Y la mayoría de esa barra se afilió a la Fede, allá a mitad de la década del 60.

Cuando viene la ruptura con el PC, esa barra se suma al PCR -hubo compañeros de esa barra que ayer estuvieron en el velorio-. Inmediatamente toda esa barra fue encarcelada en Devoto, fueron los primeros presos de la Ley Anticomunista de Onganía. Eso fue en el año 1968. Y a la salida Jacinto va de secretario de Organización a una zona de la Capital Federal, donde era secretario Gody Álvarez, zona que jugó un gran papel en lo que impulsaba Otto Vargas en ese momento, que era hacer estallar el polvorín con grandes luchas de los municipales que conmovieron la ciudad de Buenos Aires.

 

Su preocupación era cómo nos unimos en política alrededor de una línea justa

Después, en el año 1972, el Comité Central lo envía a La Plata. Porque esa era otra cosa de Jacinto, que siempre lo decía “hay que ir donde te manda el Partido”. Y en La Plata, a partir del año 1972, se dio un proceso de crecimiento del Partido, de la Juventud, de arraigo en el movimiento obrero. Hacía muchos años que no triunfaba ninguna lucha obrera en La Plata. Y a principios del año ‘74, con un papel importante de nuestro Partido, triunfó la lucha de Propulsora. Cuando vino la decisión antigolpista del Comité Central del Partido, el Comité de La Plata, dirigido por Jacinto, lo tomó con todo. Miles de declaraciones, lo planteamos en las asambleas de todos lados. Y ahí vinieron los asesinatos. El asesinato de Enrique [Rusconi]. En seis meses fueron seis asesinatos y más de 50 detenciones, como se dijo acá.

Y en medio de esa lucha difícil, porque cuando hay sangre de por medio uno entiende que la lucha con el enemigo es a muerte, ese Partido jugó un papel importantísimo en el año 1975 para recuperar el cuerpo de delegados del frigorífico SWIFT de Berisso, con una alianza entre los peronistas antigolpistas y el clasismo impulsado por el PCR. Y así el Partido de La Plata giró alrededor de los obreros de la Carne. Que fue la base para la histórica huelga larga del año 1979, cuyo balance es una joya que entiendo que sería bueno que todo el Partido conozca.

A la salida de la dictadura Jacinto pasó a ser coordinador del Gran Buenos Aires. Y ahí jugó un papel muy importante, principalmente, en garantizar la unidad política de ese contingente del Partido, porque esa era la preocupación de Jacinto. Cómo nos unimos en política alrededor de una línea justa. Y para eso hay que discutir mucho. Y como se dijo acá, Jacinto nunca le tuvo miedo a la discusión, sino que por el contrario la impulsó y la promovió. Y en su idea insurreccional, siempre tuvo como idea central el tema de los centros de concentración obreros, campesinos y populares. No se puede entender la lucha de Ford, el proceso de Terrabusi, lo del Astillero sin Jacinto. Pero no lo digo formalmente, incluso a algunos de los compañeros que están acá presentes, de esas luchas, los afilió el propio Jacinto.

También impulsó el trabajo entre los campesinos pobres del Cinturón Verde. Siempre recordaba las conversaciones con Ken Piao en China, un maoísta que se hizo amigo del Partido, que decía que “sin los campesinos nunca van a hacer la revolución”. Nos contaba esas cosas y nos impulsaba, así impulsó Jacinto la fundación de Asoma en La Plata y el trabajo entre los campesinos pobres. Y cuando explotó el hambre y empezó la lucha de los desocupados en La Matanza con la olla de San Justo, Jacinto tomó aquello que había dicho Otto, la necesidad de organizar a los desocupados como parte de los tres torrentes del movimiento obrero, ocupados, desocupados y jubilados.

Y peleó porque esa experiencia que encabezaba Juan Carlos Alderete en la Matanza fuera tomada en todo el Gran Buenos Aires. Y así creció el movimiento de desocupados en todo el Gran Buenos Aires. Lo mismo junto al camarada Mariano Sánchez en relación a la organización de los jubilados y el Movimiento Independiente de Jubilados y Pensionados de la Corriente.

Gran enseñanza del camarada Jacinto, porque nos enseñó que disputar la dirección política de las masas en un centro de concentración exige mucho trabajo gris. Y solo es posible si avanza un contingente clasista y se va construyendo una corriente comunista de masas.

 

Jacinto era ejemplo principalmente en lo que hacía

Otro aspecto de la militancia del Negro es el manejo del maoísmo, el Negro era un maoísta, y su manejo con los maoístas chinos. Fue el camarada que más veces viajó a China. Fue cinco veces, durante la revolución cultural, en el proceso de transición y cuando ya China había cambiado de color. Esa fue brava. Y fue testigo directo de la lucha de líneas entre el camino capitalista y el camino socialista. Levantó e hizo conocer en todo el Partido los logros de la revolución y cómo esa revolución estaba en lucha. Y en China defendió valientemente los principios maoístas de nuestro Partido ante las presiones y ofertas de los sectores antimaoístas.

Estos son solo algunos aspectos de su vida. Y está lo que han dicho acá los camaradas en relación al último periodo que, efectivamente, Jacinto garantizó una línea que nos permitió llegar hasta acá.

Lo último que quiero decir sobre el Negro, para los compañeros que lo conocieron menos, primero que era un camarada que cultivaba rigurosamente el estudio. No había día que Jacinto no estuviera leyendo algo. Y tenía un manejo, como decía el Tano, asombroso de la dialéctica. No de una dialéctica libresca, sino de la dialéctica como herramienta para la lucha revolucionaria diaria. Para entender en cada momento qué era lo principal y que era lo secundario, que es tan difícil. El Negro era un maestro en ese sentido. Y no solo estudiaba, sino que peleaba para que todos los obreros, campesinos, desocupados y personas sencillas que se incorporaban al Partido comprendan, estudien y se formen en el marxismo. Como nos decía “nunca delegues la teoría en otro. Si yo que apenas pude terminar la primaria pude aprender, ¿por qué no vas a aprender vos?”  Y así, Jacinto peleó por la formación de muchos cuadros de este Partido.

Su preocupación principal en cada proceso que encarábamos era que protagonicen las masas, que decidan las masas y que en el Partido protagonicen todos los afiliados y que cada discusión, cada dificultad, todo, lleguen al conjunto. Porque él, que tenía problemas auditivos, no escuchaba bien, sin embargo era el que más escuchaba a la hora de sentarse con los compañeros, peleaba siempre porque partamos de las necesidades de las masas más explotadas y al calor de las luchas trabajemos entre esas masas para que su esperanza sea la revolución. Y siempre con la idea de grandes masas, como lo decía Jacinto, a la cabeza de la lucha y teniendo en cuenta al último.

Con su pasión revolucionaria hizo mejores personas y mejores comunistas a todos los que compartieron la militancia con él, porque Jacinto era ejemplo no solo en lo que decía, era ejemplo principalmente en lo que hacía.

Era enemigo de las trenzas y el liberalismo en las relaciones del Partido. Impulsaba a fondo la democracia y el funcionamiento colectivo para ir a una unidad superior.

Y podríamos decir muchas cosas más del Negro, pero seguramente él se enojaría porque no le gustaba hablar de él. Cuando le mencionaban el tema de los imprescindibles decía “de imprescindibles está lleno el cementerio y el mundo sigue dando vueltas”.

Así era el Negro. A él le gustaba mucho un poema que decía que había que vivir con el arado atado a la estrella, donde el arado era la lucha diaria y la estrella la revolución. Nosotros somos conscientes que es una gran pérdida, que sin Jacinto tenemos un desafío grande para que esa línea que él impulsó en el Partido siga presidiendo nuestra accionar con un Partido unido.

Y es nuestro compromiso con el Negro tomar ese arado que él dejó, atarlo al destino del pueblo argentino y llevarlo triunfante hacia esa revolución a la que él le dedicó hasta el último minuto de su vida.

 

Arnoldo Gómez, por el Comité Central del Partido Comunista Revolucionario

“Vamos a avanzar con las banderas que nos legó Jacinto”

El camarada Arnoldo comenzó dando “un saludo y un abrazo a la familia”, y afirmó que la pérdida de Jacinto nos conmueve y nos afecta, porque el Partido pierde “un gran camarada que permitió que el Partido esté unido en las condiciones muy difíciles que atravesamos después de la muerte de Otto, que salvó la unidad del Partido en el 13 Congreso, y planteó una táctica correcta en la última Conferencia. Quien no se conmueva está fuera de la lucha política por la construcción del Partido”.

Agregó Gómez que “Esto que se dijo de que él dio su vida hasta el último minuto en la construcción del Partido y la lucha por la revolución, lo vivimos colectivamente en nuestro Comité Central, viéndolo presidir nuestra última reunión hace 5 días, cuando le faltaba el aliento. Sin embargo, tenía la lucidez de hacer el informe que todos ustedes pueden ver en el último hoy. (aplausos).

“Que dio su vida hasta el último aliento, no es una metáfora. Lo vivimos, lo vimos. Esta es una de las grandes enseñanzas y legados que nos deja: trabajo duro y vida sencilla. Esto es un legado muy importante en la construcción de un Partido que se haga respetar por las masas que sufren, que todos los días tienen una vida dura y que es necesario encauzar en la lucha.

Yo podría repetir que Jacinto fue un puntal en la lucha antigolpista, cuando los asesinatos recayeron sobre el Partido y sus militantes. Pero lo quiero asociar al tema de su sencillez, su valoración permanente de la opinión política de los más humildes. Porque esas dos cosas son las que hicieron, como dijo Jacinto, que esa sangre derramada nos abriera la puerta de las casas de los obreros del Swift.

Su actitud en la lucha en la respuesta a esa dictadura que se venía, unida a estrechar los vínculos con lo más explotados y lo más sufridos de la clase obrera y nuestro pueblo cristalizó, como señalaba Antonio anteriormente, en esa fuerza que recuperó el Cuerpo de Delegados del Swift. Y que enlaza con la lucha antigolpista. Este Partido permaneció en medio de la dictadura. Cavamos trincheras junto a Otto, Jacinto y los camaradas del Comité Central y dimos batalla a esa dictadura desde el primer momento. Fue la huelga larga del Swift en el ‘79 uno de los hitos que deterioró a esa dictadura, que fue la más feroz, la que cometió un genocidio, la que nos metió más de 400 centros de concentración y campos de exterminio. Esa dictadura fue la que menos duró en América Latina, porque hay una clase obrera y un pueblo que resistió. El primer paro general se hizo en el año 1979. Esto está borrado de la historia.

La resistencia de la clase obrera y del pueblo argentino, de las Madres, de los organismos de derechos humanos, fue una oleada que deterioró y acorraló a la dictadura hasta que la llevó a la necesidad de retroceder. Esto, la lucha antigolpista y la resistencia antidictatorial tuvieron en Jacinto un pilar ineludible en el funcionamiento del conjunto del Partido y de nuestro Comité Central.

 

Jacinto difundió los logros de la Revolución China

Acá se señaló la importancia de su divulgación de la construcción del socialismo en China. A Jacinto su entusiasmo lo desbordaba, se lo veía en cómo lo transmitía en cada uno de los relatos y de los hechos de cómo, en una parte muy importante del mundo, la clase obrera había dado vuelta la tortilla, tenía el poder, lo ejercía contra los mercenarios, pero practicaba la más profunda democracia entre los obreros, los campesinos y el pueblo, llevando al nivel más alto al que llegó la humanidad en practicar la verdadera democracia de masas.

Y eso lo transmitía Jacinto al contarnos de las comunas populares, de las asombrosas hazañas en la producción de Taching y Tachai. De cómo esa clase obrera iba sostenidamente construyendo el camino que llevara realmente a la libertad y a un Estado que pase a dejar de ser Estado, para transformarse cada vez más en ese camino que nos llevara hacia el comunismo. Hacia la sociedad sin explotadores ni explotados, en la que el pueblo, como dijo el camarada Luciano, podía decidir cómo se producía, qué se producía y cómo se distribuía el producto. Jacinto también, como dijo Antonio, viajó a China, cuando ya el capitalismo había sido restaurado. Y resistió, tanto los mensajes almibarados como los mensajes directos para que nos pronunciáramos, aunque sea brevemente, contra la Revolución Cultural.  En condiciones difíciles, cercado allá, Jacinto los enfrentó decididamente. Esa era su templanza en la lucha directa de clases y en la lucha teórico política ideológica. Pero en China se restauró el capitalismo.

Y ese recorrido que, como muchas veces nos decía Otto comenzó cuando Babeuf organizó a los primeros comunistas en la Revolución Francesa, tuvo un hito cuando los obreros de París en la Comuna dieron el ejemplo y los pilares de cómo construir el Estado obrero, y que después de la insurrección rusa gobernó un tercio del mundo durante 40 años, desde el ’17 hasta el ‘597.

Y China fue la cima. La Revolución Cultural llegó a alturas a las que nunca antes había llegado a la humanidad. Esto no solo está oculto. Hoy, cuando este fascistoide que tenemos de presidente se ufana en criticar a los comunistas y de enlodar todo lo que sea el esfuerzo de las masas por liberarse, es necesario volver a las charlas de Jacinto, a divulgar que es lo que se consiguió con el socialismo. También pensaremos por qué fuimos derrotados. Porque si estuvo la Comuna y después la Insurrección de Octubre, en el medio hubo un gran período de reacción, de más de 50 años.

 

La revolución volverá en un grado superior

Bueno, este Partido atravesó estos 47 años sin socialismo en el mundo (aplausos), porque es un Partido que sabe sostener las banderas porque la revolución en definitiva volverá. Porque el capitalismo y el imperialismo que hoy domina el mundo lleva a las guerras más atroces, despedaza naciones y aniquila pueblos, porque empuja a todas las sociedades al sufrimiento, al hambre, al exilio, como lo hace este fascista de Milei en la Argentina, apoyado por Estados Unidos, por Inglaterra y por Israel. Pero que aplauden todos esos otros imperialismos que gobiernan del mundo. Esto empuja sistemáticamente a las masas a la lucha. Y esta lucha inevitablemente va a hacer crecer la Revolución.

Cuando nosotros salimos de la dictadura, pensábamos que la mayor tragedia la habíamos sufrido nosotros y cuando asomamos la cabeza nos dimos cuenta de que el socialismo estaba derrotado en el mundo. Estábamos guachos. Y estos guachos recorrimos el camino, y ya vimos hoy en los saludos que muchos otros con un pensamiento semejante nos vamos encontrando, nos vamos saludando y vamos bregando por la Revolución en cada uno de nuestros países.

Inevitablemente, la revolución volverá y volverá en un grado superior, porque hoy la clase obrera se ha multiplicado, se ha extendido en forma formidable en todos los países del mundo. Y acá está este Partido que sostuvo la banderas y no la sostuvimos para verla pasar. Este Comité Central, estos militantes, el apoyo militante de cada uno de ustedes es porque vamos a tomar esas banderas y llevarlas al triunfo concreto en la Argentina. Nosotros luchamos por la Revolución, este es el legado de Otto y de Jacinto (aplausos).

Y esas son las banderas y la continuidad de la que hablaban los compañeros, que supo hacer Jacinto en estos siete años, con toda su historia previa. La continuidad en la conducción de sostener esta línea general del Partido. Y tuvimos el 13 Congreso y la Conferencia, donde con Jacinto resolvimos una táctica que es enfrentar a este gobierno facistoide. Si subsistimos en la Dictadura, a nosotros no nos va a borrar, no nos va a asustar ni nos va a sacar de las calles un fascistoide como éste, que no tiene la envergadura de lo que supimos enfrentar en aquellos años. Nosotros decidimos enfrentar y como dijo Jacinto, fuimos encontrando el cómo. Y definimos la táctica, que era que lo íbamos a enfrentar para golpear a este gobierno y doblarle el brazo, en el camino de imponer otra política y un gobierno de unidad popular democrático que dé verdadera salida a la Argentina. Nos dimos esa táctica y como dijo Jacinto y está escrito en el último hoy sobre el último informe del Comité Central, unimos nuestra táctica con nuestra estrategia. Porque esta táctica está alumbrada por nuestra estrategia, y tenemos que corregir todos los errores en la construcción del Partido, en el desarrollo de una fuerza que tiene que crecer. Que con el reempadronamiento ha mostrado su capacidad, pero que tenemos que arraigar sólidamente en las células y en los centros de concentración para hacer viva esta realidad.

Este es el legado que nos deja Jacinto y por eso, Jacinto, te decimos, lo vamos a cumplir, vamos a avanzar con estas banderas y con esta línea. El pueblo, a través nuestro, jamás te olvidará. Jacinto Roldán ¡Hasta la victoria siempre! ¡Hoy y siempre!