El conocimiento de las cosas se logra gradualmente y requiere un esfuerzo incesante.
Sólo a partir de minuciosas investigaciones vamos conociendo, reflejando en el cerebro los múltiples aspectos de una cosa concreta. Avanzar en el conocimiento de una fábrica, por ejemplo, implica un proceso de investigación que abarca su realidad actual (cantidad de obreros, si hay tercerizados, si están divididos en secciones, los métodos de trabajo, la patronal y sus relaciones nacionales e internacionales, el sindicato y sus relaciones con la patronal y el gobierno, las corrientes políticas, etc.) y también su historia.
Es un trabajo que debemos realizar con paciencia siguiendo un método dialéctico, histórico, porque saber cómo han sido las cosas en el pasado, ayuda a entender cómo son y a prever cómo pueden llegar a ser en el futuro.
“Buscar la verdad en los hechos” dijo Mao.
No olvidemos que “los hechos” existen con independencia de nuestra conciencia y de nuestros deseos, no son como queremos que sean; que llegamos a “la verdad” sólo cuando conocemos las relaciones internas de las cosas, las leyes que las rigen; y que “buscar” es estudiar e investigar, integrando teoría y práctica (el conocimiento de algo no puede ser contemplativo).
El marxismo nos enseña que “en toda cosa existe contradicción entre la apariencia y la esencia” y que estudiando y analizando se puede llegar a conocer su esencia. Para eso sirve la investigación científica. Si uno pudiera penetrar en su esencia por intuición ¿para qué serviría la ciencia?, ¿para qué necesitaríamos investigar?
Pero debemos saber que también existe la falsa apariencia de una cosa, que difiere de su apariencia en general porque es ficticia. Hay que hacer todo lo posible para no caer en el engaño de las apariencias falsas. Tomar todo en su movimiento, eso va a expresar, en definitiva, las contradicciones propias de cada cosa.
Los múltiples aspectos de la realidad no se reflejan en forma simple, inmediata y completa en nuestro pensamiento sino que se van reflejando en un proceso complejo pasando por distintos momentos unidos entre sí por la práctica social. El criterio de verdad lo dará siempre la práctica.
Al empezar la investigación sólo tendremos una idea muy general de esta fábrica, datos parciales, impresiones sobre la organización del trabajo, sobre la patronal, sobre tal o cual compañero. Nuestra idea de la fábrica será poco clara, superficial. Pero si hacemos un análisis detallado de los distintos aspectos (las distintas partes del todo) y luego pasamos a sintetizar esos aspectos, viendo cómo están conectadas todas esas partes, cómo interactúan, cómo ha sido su historia, su conducta política, etc. nuestro conocimiento de la fábrica ya será más concreto, más profundo.
Cuanto más datos y estadísticas reunamos, tanto mejor, pero no todos los datos son siempre útiles. Debemos seleccionar aquellos que demuestren mejor las peculiaridades de lo que estamos estudiando.
A veces, por no partir de nuestra situación como país dependiente, disputado por varias potencias y no saber diferenciar a la burguesía nacional de la burguesía intermediaria, a pesar de haber “pateado” mucho, no llegamos a sintetizar correctamente los datos, no llegamos a “agarrar” lo esencial y “nos vamos por las ramas” o “regamos fuera del surco”, como se suele decir.
Por eso es bueno estudiar colectivamente y discutir sobre todas las cuestiones; trabajar en equipo, ir compartiendo las experiencias, reflexionando sobre logros y dificultades y sobre los cambios que se van produciendo, porque la realidad cambia constantemente.
hoy N° 2063 11/06/2025