1. Bosch, Ford y Rioplatense
Bajo una fuerte lluvia el acto de los obreros de Bosch tuvo la adhesión de comisiones internas y la presencia solidaria de la CCC y otras organizaciones. Los obreros de Bosch, como los de Kraft antes, vuelven a demostrar que plantarse frente a los planes de las patronales de cargarle su crisis, y agrupar fuerzas en un movimiento solidario, es el único camino lograr conquistas.
También abre ese camino el paro de los obreros de Ford y la lucha contra los despidos de los del frigorífico Rioplatense.
Despiden en los frigoríficos mientras la media res aumentó un 50%. El ministro Boudou dice que “no hay inflación”, sino “un reacomodamiento de los precios de la carne, los lácteos y los combustibles”. ¿No sabe Boudou que cuando los precios se reacomodan para arriba, se llama inflación? La inflación recorta el poder de compra de los salarios, las jubilaciones y las asignaciones sociales, agravando el hambre y la pobreza, y reacomodando para abajo al pueblo.
El Plenario de los Desocupados de la CCC, debatió y acordó una línea política y un plan de lucha para reagrupar al movimiento piquetero en el combate por trabajo y contra el hambre, confluyendo con el conjunto de las fuerzas obreras y populares (ver pág.16).
2. Paganinis
Mientras la clase obrera y el pueblo cargan con las brutales consecuencias de la crisis, el gobierno trata de hacer aprobar el nefasto Fondo del Bicentenario para pagar una deuda ilícita. La mayor parte de ese fondo, 4.384 millones de dólares va a los bonos que tienen los bancos socios o amigos del kirchnerismo; los 2.200 millones restantes van a la usura internacional: Banco Mundial y BID.
El gobierno, cuesta abajo, debió ceder a las presiones “institucionales” de sus rivales para darle intervención al Congreso y ahora a la Corte Suprema en el tema del Fondo del Bicentenario. Ese camino “institucional” no es para investigar la deuda que Alejandro Olmos y el fallo del juez Ballestero demostraron ser ilícita; es para negociar tajadas entre grupos de poder.
Es una negociación con sectores de la UCR, de PRO y otras fuerzas que acuerdan con el gobierno en no investigar y pagar. Son paganinis por naturaleza. Conviene recordar que Néstor K ideó una reforma política que recreó el sistema bipartidista. Kirchner con el control del aparato del PJ es el primer beneficiario; y el segundo es la UCR. Ahora, la denuncia de que los Kirchner ya habrían sacado, durante el 2009, otros 6.500 millones de dólares del Banco Central, fue presentada por fuerzas opositoras, sin la UCR.
Por otra parte, el publicitado Cleto Cobos quedó malparado con su voto pegado al gobierno, muy cuestionado en la UCR. Carrió golpeó a Cobos, y se hizo pública su reunión con Reutemann, sorprendiendo en el tablero de las candidaturas para el 2011 (Ambito Financiero, 8/2).
Mientras fuerzas de izquierda y centro izquierda se agrupan en la movilización contra el Fondo del Bicentenario y en apoyo a los reclamos sociales, Sabatella, Heller y otros –que apoyan desvergonzadamente el pago de la deuda ilícita–, trabajan alternativas para dividir a la izquierda y el centro izquierda, buscando armar un frente que sume votos al kirchnerismo en la segunda vuelta de las elecciones del 2011.
3. Europa zamarreada
Cuando se desencadenó la crisis en Estados Unidos, Cristina K aseguraba que la política kirchnerista “blindaba a la Argentina”. Ahora reconoce que, en el 2009, la crisis nos golpeó duro, pero da como un hecho que ya salimos. El objetivo de esos discursos es el mismo: hacer bajar la guardia a las masas frente a lo que estamos viviendo y vamos a seguir viviendo.
Bastó que se tambaleara Grecia para desencadenar un terremoto financiero en Europa: en dos días las acciones en las bolsas europeas perdieron 220.000 millones de euros (más de un billón de pesos argentinos). Junto a Grecia, están al borde del abismo Portugal, Irlanda, España, la mayoría de los países del este Europeo, y muy golpeados Gran Bretaña e Italia. Europa tiene 23 millones de desocupados. Francia llegará a los 5 millones. En el sur de Italia el desempleo juvenil llega al 42%. “El FMI calcula que los bancos europeos están casi tan expuestos a los activos tóxicos (incobrables) como estuvieron los norteamericanos el año pasado”, (La Nación, 4/2).
Cachetazo a Obama
La derrota por paliza del Partido Demócarata (el de Obama) en las recientes elecciones en Massachussets (a la que gobernó por décadas), mostró que la derecha triunfante se montó sobre dos reclamos: 1) trabajo, y 2) basta de darle plata a los bancos. Mientras los bancos reparten entre sus directivos premios de millones de dólares por las ganancias especulativas hechas con el dinero con el que los salvó el Estado, la desocupación trepa por encima del 10%; cada día se presentan 8.000 solicitudes nuevas de seguro de desempleo. Cifras sin los millones de indocumentados, los más castigados por la crisis.
El ex secretario del Tesoro yanqui (ministro de Economía) de Bush se confesó en un libro: El abismo. Allí sostiene: “Me di cuenta que estábamos al borde del abismo. Podíamos llegar fácilmente a una tasa de desempleo del 20%”. Y agrega que la Economía de Estados Unidos estuvo “muy cerca del colapso”, (La Nación, 3/2).
Una nota del diario yanqui The New York Times (NYT) señala las cifras “alucinantes” del presupuesto enviado por Obama al Congreso: un déficit de 1,56 billones de dólares (6 billones de pesos argentinos); esto es el 11% del producto bruto interno (PBI) norteamericano. El presupuesto proyecta que continuarán los déficits hasta el año 2020 (será del orden del 5% del PBI). Es decir, durante los próximos 10 años, Estados Unidos vivirá de prestado. Y agrega el NYT: “Lawrence Summers, solía preguntar antes de ingresar al gobierno: ¿Por cuánto tiempo más el mayor deudor del mundo puede seguir siendo la primera potencia?”, (en La Nación, 3/2).
Y China…
¿Cómo va a “acomodar” China que tiene una economía basada en la exportación a Estados Unidos y Europa? Hay síntomas claros de que el gobierno chino busca enfriar su producción, lo que tendría consecuencias directas sobre los precios del petróleo, la soja y otros insumos.
Por otra parte, como ningún país imperialista hizo nada serio para “reglamentar” la especulación financiera (pese a los discursos), los precios del petróleo, la soja y otros productos, siguen “inflándose” y “desinflándose” al compás de los vaivenes de la crisis.
La soja ya bajó 50 dólares la tonelada en lo que va del año, y nadie puede asegurar qué pasará si China reduce sus compras.
Grandes combates obreros y populares recorren Europa, América Latina, Estados Unidos y China (donde son pocas las que logran romper la censura fascista del gobierno). Grandes y numerosas son las rebeliones campesinas en China.
A su vez, la inestabilidad de las economías imperialistas está agudizando las contradicciones entre las potencias. Obama desairó a Europa no concurriendo a la reunión programada de jefes de Estado, y las potencias europeas le recordaron que sin aliarse con ellas Estados Unidos no podrá sostener su peso en el mundo. El presidente yanqui tomó medidas a las que China consideró “provocadoras” (venta de armas a Taiwán, recepción al Dalai Lama, etc.). Un aliado de Rusia acaba de ganar las elecciones en Ucrania, desplazando a la actual presidenta apoyada por yanquis y europeos. En América Latina, con Obama, los yanquis avanzaron en Honduras con el golpe de Estado, en Colombia con las bases militares, y ahora en Chile con el triunfo de Piñera. Todas estas contradicciones interimperialistas se expresan, de una u otra manera, en la fractura del bloque dominante en la Argentina.
4. Movilizarse contra la deuda
Con la política kirchnerista los trabajadores y el pueblo siguen pagando las consecuencias sociales y políticas de la crisis.
Los obreros de Kraft antes, los de Bosch ahora, el plan combativo de los desocupados, demuestran que por abajo crece la voluntad de lucha y la conciencia de que es necesario plantarse, impulsando la confluencia de las fuerzas obreras y populares, para lograr conquistas que frenen, hasta donde den las fuerzas, la política de descargar la crisis sobre los trabajadores y el pueblo.
A diferencia del 2001, grandes luchas obreras logran colocar al proletariado en el centro de la escena política. Y los avances del clasismo revolucionario y el comunismo revolucionario, crean nuevas condiciones para que esas luchas se den con una política de reagrupar a las fuerzas obreras y populares, patrióticas y democráticas, acumulando fuerzas en la lucha por un gobierno de unidad popular, patriótico y democrático. Y también, preparándose para terciar si la situación se precipita por la feroz disputa entre las fuerzas en que se ha fracturado el bloque dominante, o si estalla la bronca de los de abajo haciendo tronar el escarmiento.
Hoy, la investigación y el no pago de la deuda pública ilícita, tanto con el Fondo del Bicentenario como por otros medios, debe unificar los reclamos de todos los movimientos sociales y y las fuerzas políticas populares. La jornada nacional multisectorial del viernes 12 es clave.
