El invierno K congela los bolsillos

2. El viaje de CK a China
Cristina K viajó a China con ministros, Franco Macri y 70 empresarios. China bloqueó hace meses la compra de aceite de soja con un pretexto sanitario que no le aplica a Estados Unidos para el mismo aceite. Los imperialistas chinos pretenden bajar el precio, comprar más porotos de soja y menos aceite, y forzar a la Argentina a la importación de productos que, por la crisis, no puede exportar a otros países.
Fue la política kirchnerista de sojizar el campo la que llevó el país a este cuello de botella, igual a los gobiernos oligárquicos de los años 30 del siglo pasado, cuando se ilusionaron con la venta de carne a Inglaterra. La sojización, y el conjunto de la política agraria del gobierno K, es una de las principales causas del aumento brutal de los alimentos para el pueblo argentino. Al mismo tiempo, ha provocado una oleada de desalojos y robo de tierras de los originarios, la quiebra de más de 60.000 pequeños y medianos productores, y la extranjerización de millones de hectáreas.
Lo que ya se conoce de las “negociaciones” con los imperialistas chinos va a provocar un duro golpe a lo que aún queda de industria nacional. ¡Un desastre en plena crisis mundial!
El gobierno K le compró a China el material eléctrico para Río Turbio, perjudicando a la industria local. Ahora, de la mano de Franco Macri, asesor de negocios del gobierno chino y padre del jefe de gobierno porteño, se prepara un negociado ferroviario y de subterraneos por 7.500 millones de dólares: todo eso puede ser fabricado por la industria nacional, y a mejor precio.
Una parte de esos negocios son para el Ferrocarril Belgrano cargas, en el que fueron socios Franco Macri, Hugo Moyano, el ferroviario Pedraza, y la empresa China Sanhe Hopefull, que tienen que rendir cuentas por la compra de 279 vagones al doble del precio mundial, y por las facturas falsas para justificar los subsidios K.
Tampoco son ajenas al viaje de Cristina K, las negociaciones entre British Petroleum y la empresa que ya compró parte de las acciones de Pan American, la China National Offshore Oil Corporation (Cnooc), para la venta de sus acciones en Pan American, con lo que el monopolio chino pasaría a controlar Cerro Dragón, el principal yacimiento petrolero de la Argentina.

3. El matrimonio gay
El Senado discute el matrimonio gay, que ya fue aprobado por los diputados. Se trata de un tema democrático que divide a las masas. Merecía un debate amplio. Pero, tanto los sectores de derecha de la iglesia como el gobierno K, han hecho todo lo posible para convertirlo en una batalla entre ellos.
El matrimonio gay es un derecho democrático de una parte de la sociedad argentina. Es un reclamo justo que, como otros, han surgido en el largo y complejo proceso de la humanidad, que arrastra miles de años de opresión, y también, de lucha contra todas las formas de opresión.
Alentados desde el Vaticano, los sectores de la derecha de la iglesia, según trascendió, se habrían impuesto en la votación a los sectores moderados y progresistas, declararon una guerra ideológica, en la que también participan sectores reaccionarios evangélicos y del rabinato judío.
El actual Papa fue formado en las juventudes hitlerianas, cuando muchos curas eran asesinados o morían en los campos de concentración nazis. La presencia del Papa es reclamada en varios países por complicidad en el ocultamiento y persistencia de curas violadores y abusadores de niños en numerosos países, luego de que, por décadas, la cúpula del Vaticano acusaba de “atentar contra la institución” a obispos, curas y laicos que denunciaban esas redes de pedofilia.
El Vaticano y los sectores reaccionarios de la iglesia convocan a una guerra ideológica contra el matrimonio gay, con la misma soberbia reaccionaria con que bendecían la conquista de América y el genocidio de millones de originarios, pisoteando a los que, como fray Bartolomé de las Casas, los defendían; y asesinando a aquellos curas que acompañaron a Tupac Amaru y otras rebeliones aborígenes.
La Inquisición terminó, esa institución eclesiástica que torturó y asesinó a cientos de miles de hombres y mujeres, a científicos y pensadores, a curas y monjas. Pero bastó que se instaurara la dictadura en la Argentina, con el apoyo de esos sectores de derecha de la iglesia, para que bendijeran a las bandas golpistas y luego al genocidio de los Videla y compañía, asesinando a curas como Mujica y Angeleli, y persiguiendo a obispos como De Nevares.
El gobierno kirchnerista ha pretendido adueñarse del justo reclamo democrático del matrimonio gay. Los Kirchner se dedicaban a “hacer plata” en medio del genocidio dictatorial, porque Néstor K “quería ser gobernador”, como confesó la actual presidenta en el lanzamiento de su candidatura. Nunca hicieron un acto el 24 de marzo mientras gobernaron Santa Cruz. Cuando la policía del gobernador K Saíz asesinó a tres jóvenes en Bariloche, los K le dejaron las manos libres para organizar las manifestaciones a favor de esa policía asesina. Más de 5.000 luchadores procesados demuestra la política de criminalización de las luchas populares.
No son los derechos democráticos lo que preocupa al kirchnerismo, sino la batalla por las elecciones del 2011. Es por mezquinos intereses electorales: ganar votos, que trata de usar el justo reclamo del matrimonio gay. Y ahora, se presenta como “campeón democrático” tratando de tapar que con el anuncio del veto a la ley de aumento a los jubilados, si se aprueba, quedó a la derecha de las otras derechas, como hambreador de millones de jubilados.