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n° 1161

miércoles 11 de abril de 2007

Maestrazo nacional

El infame asesinato de Carlos Fuentealba conmovió al país. El repudio fue masivo, exigiendo la condena a los autores materiales y a Sobisch. También se repudió la política represiva de Kirchner y Sancho en Santa Cruz y de Romero en Salta; y se redobló la lucha salarial.
1 – El fusilamiento de Carlos Fuentealba Carlos Fuentealba fue fusilado por reclamar un salario digno para los maestros y una mejor educación para la juventud. Hasta ahora, el único responsable directo de ese infame asesinato, es el sargento de la policía neuquina, Darío Poblete, condenado dos veces por “apremios ilegales” (es decir, por torturar); la segunda condena es de 2 años de prisión y 4 de inhabilitación. En esas condiciones fue incorporado al GEOP, un grupo para “operaciones peligrosas”, que dispone de todo tipo de armas de fuego, supuestamente para combatir a “bandas” fuertemente armadas. Para que un delincuente condenado e inhabilitado como Poblete esté en el GEOP tiene que haber jefes que oculten su prontuario; jefes que lo pueden usar para cualquier trabajo sucio. ¿Por qué Sobisch mandó a una organización superarmada como el GEOP a reprimir una lucha docente pacífica? Porque quiso demostrar la “eficacia” de la política represiva de la derecha fascista para acabar con los cortes de ruta, imponiendo a sangre y fuego el orden que garantice salarios en la línea de pobreza. Son los que consideran que hay que cerrar, de cualquier manera, la crisis de hegemonía que tuvo su pico en el 2001. Por eso Sobisch, con cinismo, afirmó: “Yo soy el responsable político”. 2 – La lucha salarial Carlos Fuentealba no es el primer asesinado por la represión durante el gobierno de Kirchner. Antes, la policía jujeña asesinó a los jóvenes Marcelo Cuéllar y Cristian Ibáñez, en Libertador (Jujuy), en medio de…

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