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30 de September de 2015

Se realizó del 25 al 27 de septiembre. Reproducimos la Declaración del Encuentro.

1º Encuentro de Mujeres de América Latina y el Caribe

Santo Domingo, República Dominicana

En República Dominicana, cuna de las hermanas Mirabal, tierra generosa por su maravillosa naturaleza y la calidez de su gente, nos reunimos mujeres de Argentina, Brasil, Colombia, Chile, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Haití, México, Paraguay, Perú, Puerto Rico y Venezuela auto-convocadas y motivadas por el lema: “Las mujeres de Latinoamérica y el Caribe presentes en la lucha por nuestra emancipación, junto a nuestros pueblos, por la liberación”.
Con enorme entusiasmo, mujeres de sectores populares, obreras, campesinas, estudiantes, docentes, profesionales, intelectuales, artistas, desocupadas, empleadas domésticas, amas de casa, jubiladas, trabajadoras por cuenta propia, mujeres de los pueblos indígenas y negro, concurrimos autofinanaciadas sobre la base de distintas actividades desarrolladas en cada país para contar con la posibilidad de viajar al Encuentro y evidenciar que las mujeres populares, somos capaces de realizar grandes cosas sin recurrir al financiamiento de gobiernos, ONGs, o cooperaciones extranjeras de los países imperialistas.
La primera actividad fue visitar la casa museo de las hermanas Mirabal y rendirles un homenaje, resaltando que su asesinato fue provocado como parte de la represión a la lucha del pueblo dominicano contra la dictadura de Trujillo; en el encuentro con Minue Tabares Mirabal, hija de Minerva, las mujeres ratificaron sus compromisos por ser parte decisiva de las luchas por la liberación de sus pueblos.
Las mujeres de Latinoamérica y el Caribe desde la lucha por la independencia del colonialismo hemos  participado activamente en la construcción histórica de nuestros pueblos, y en todas las actividades desarrolladas estuvieron más vigentes que nunca los ejemplos de Micaela Bastidas, Juana Azurduy, Manuela Sáenz, María Trinidad Sánchez y las miles de luchadoras anónimas a quienes honramos con la convocatoria.
Ya en el siglo XX continuamos los pasos de mujeres revolucionarias como Clara Zetkin, Rosa Luxemburgo, las mártires de la fábrica Cotton en EEUU, en cuyo homenaje se instauró el 8 de Marzo como Día Mundial de la Mujer Trabajadora. Ya más avanzado el siglo XX, también rendimos nuestro homenaje y seguiremos su ejemplo, de mártires como Olga Benario, Lolita Lebrón, Azucena Villaflor, Rosita Paredes y muchas más que aportaron su sangre para la reivindicación de los derechos de las mujeres y los pueblos.
Nuestros países, que además de estar hermanados por una historia en común, con características sociales, económicas y lingüísticas similares, por la lucha anticolonial y antiimperialista y contra la opresión de los sectores dominantes locales, nos unimos  en busca de un futuro y horizonte de cambios profundos que nos lleven a la emancipación y definitiva independencia de las mujeres junto a nuestros pueblos. 
Las mujeres somos las más afectadas por este sistema injusto y represivo. Luchamos contra la doble explotación y opresión, contra la violencia de género, contra la discriminación étnico-cultural y etaria; por educación sexual y reproductiva para conocer y decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir; para terminar con las redes transnacionales de trata que esclavizan a las mujeres, niñas y niños en la prostitución y el narcotráfico, redes que existen con la complicidad de los estados capitalistas y patriarcales subordinados a los designios imperialistas; por el derecho al trabajo, contra todo tipo de abusos en el ámbito laboral, por igual salario a igual trabajo; por la seguridad alimentaria, por educación de calidad y erradicación del analfabetismo femenino, salud pública y de calidad, contra todo tipo de discriminación, contra el racismo y xenofobia, por  el reconocimiento de las etnias y pueblos  originarios; por el derecho de las mujeres y los trabajadores del campo a la tierra y a garantías para su actividad productiva; por servicios sociales para los hijos e hijas de las mujeres trabajadoras en especial centros de cuidado y atención infantil; por disminución del tiempo de jubilación de las mujeres; por el reconocimiento pleno de participación política de las mujeres; acceso a educación, a la cultura, a la recreación, al deporte de las jóvenes contra el flagelo de las drogas y contra  la alienación imperialista y, por la libertad de organización. 
En todas las actividades realizadas durante el Encuentro, en los talleres y plenarias, las mujeres expresamos su rechazo a todas las formas de violencia que soportan en sus respectivos países y el intercambio de experiencias ha constituido el factor principal para establecer acuerdos y resoluciones que alentarán la lucha de las mujeres por la conquista de su emancipación y por la definitiva independencia de nuestros países.
Rechazamos firmemente las guerras de intervención imperialista que son la causa de la migración, incremento masivo de refugiados y la constitución de  un ejército de seres humanos sin techo, sin trabajo y que son la causa del sufrimiento de miles de mujeres y sus familias.
Al finalizar este exitoso Primer Encuentro de Mujeres de América Latina y El Caribe, nos com prometemos a fortalecer los lazos de unidad,  amistad y solidaridad de las mujeres trabajadoras y de los distintos sectores populares; a impulsar juntas Jornadas continentales en tres fechas que constituyen momentos históricos para las mujeres del mundo:
1. El 8 de Marzo, Día mundial de las Mujeres Trabajadoras como un día de compromiso de las mujeres por conquistar su liberación.
2. 1 de Mayo, Día Internacional del Trabajo, que debe ser ratificado su carácter de lucha por la unidad y organización de las y los trabajadores contra la explotación capitalista.
3. El 25 de noviembre, Día contra la violencia a las mujeres, recuperar el sentido histórico de la lucha  y sacrificio de las hermanas Mirabal
En la actual coyuntura, nos comprometemos a:
1. Demandar al gobierno de México, la inmediata presentación con vida de los 43 jóvenes normalistas de Ayotzinapa.
2. Retiro de las tropas extranjeras -Minustah de Haití, en particular las de Argentina, Brasil y Chile y apoyar su derecho a la libre determinación como nación independiente. 
3. Condenar y rechazar la criminalización de la lucha social en todo el continente y de manera particular en Ecuador que ha instaurado el gobierno de Rafael Correa y la solidaridad con las luchadoras y luchadores sociales que enfrentan juicios por hacer uso de su legítimo derecho a la resistencia. 
Santo Domingo, 27 de septiembre de 2015.