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16 de December de 2014

Por un año de grandes luchas y el avance del Frente Popular, para torcerle el brazo a la política kirchnerista de ajuste, entrega y represión, para que lo que está en las calles esté en las urnas, y avanzar en un camino liberador.

2015: lucha y Frente Popular

Hora Política Hoy 1549

1. Ocultamiento y mentiras

1. Ocultamiento y mentiras

El gobierno realizó un acto en el “día de la democracia y de los derechos humanos” en el que habló la presidenta. En su largo discurso, no habló de la inflación, de la recesión, de los despidos y suspensiones, de los salarios licuados por la carestía, de la inseguridad, de la droga, ni de tantos otros temas que castigan a los trabajadores y el pueblo. Según la presidenta, acá estamos de 10, y “y el mundo está boqueando”.

Para Cristina K no existe la autocrítica. Fue un discurso de campaña electoral, con mucho enojo y a la defensiva. Lo foto del chorro Boudou en la primera fila del acto hizo fracasar el intento de la presidenta de tapar lo que se va destapando de la corrupción de su familia, sus testaferros, sus socios y su gobierno. Usó el viejo truco de esconder el árbol de la corrupción propia en el bosque de la corrupción del sistema (tampoco explicó por qué no la combate).

La presidenta macaneó sobre los “éxitos” en la infraestructura eléctrica y de gas en medio de la crisis energética. Reiteró la mentira del “desendeudamiento”, cuando acaba de fracasar en el intento de “patear para adelante” el pago de 6.700 millones de dólares que vencen en el 2015, ofreciendo en canje un nuevo bono de deuda en dólares que vence en el 2024, con intereses altísimos en dólares, del 8,75% (España acaba de negociar duda al 2%). Solo un 4% de los tenedores de esos bonos entraron en ese canje. “De paso”, además de los 6.700 millones de dólares para pagar esa deuda, emitió más deuda: otros 3.000 millones, en las mismas condiciones.

Macri anunció que él va a “acabar con el curro de los derechos humanos”. Massa dijo que “la Argentina tiene que cerrar la etapa de los derechos humanos”. La receta del candidato radical jujeño, Morales, dice “bajar los costos laborales”, y reclama “una interna de Macri, Masa y Unen y un gran acuerdo parlamentario de gobernabilidad, o la UCR se parte”. Estos otros promocionados del sistema muestran las garras.

 

2. La Argentina no es Disneylandia

El Producto Bruto Interno lleva 5 trimestres cayendo. Esa recesión golpea brutalmente a los jóvenes, registrando una suba de la desocupación de varones de menos de 29 años del 14,1% (datos del Indec). Cristina K considera que eso es “un éxito” de su gobierno. Otros estudios dan que 3.400.000 jóvenes no pueden estudiar ni encuentran trabajo o tienen empleos precarios. La ocupación de mujeres jóvenes menores de 29 años, bajó del 50% en el 2004/2005, al 38% ahora. La OIT(Organización Internacional del Trabajo) sostiene que, en el 2013, el 46,8% de los trabajadores estaban en negro o con ocupación precaria, y si se suman los jóvenes de entre 15 y 24 años, la cifra sube al 61,6%. La OIT usa los mismos datos de la Encuesta Permanente de Hogares del Indec con los que Cristina K ve una Argentina floreciente. El resultado de “la década ganada” es 598.000 jóvenes desocupados, 1.798.000 con empleos precarios, 983.000 que no estudian ni trabajan (datos del Indec). La realidad es peor.

Crece la desocupación. El gobierno K volvió a comprarle a China 2.500.000 durmientes para las vías del ferrocarril, que cuestan un 30% más caro que las fabricadas en la Argentina, y provocarán la pérdida de 1.000 puestos de trabajo. Da como un triunfo la importación de vagones que provocó el cierre de fábricas ferroviarias. Así es la “alianza estratégica integral” con China.

El “modelo chino”, tan admirado por el gobierno K, aplica una censura total de Internet. En Nicaragua, China construirá un canal del Atlántico al Pacífico. Ese canal aprovechará el lago Nicaragua, principal acuífero de agua potable del país, que quedará inservible por la contaminación con las aguas saladas de los océanos. El canal será administrado durante 50 años por China, con opción a 50 años más.

 

3. Derrotar el ajuste K

El gobierno K trabaja la idea de que “peores son los que vienen”, para desviar el golpe principal de la lucha contra el ajuste K de hoy. Habla como si estuviéramos en los años de la salida de la crisis de 1999/2002, con el viento de cola de la economía mundial soplando a favor. Pero la realidad actual muestra el fracaso de su “modelo” sojero, minero y petrolero, de acoplarnos a China, Brasil, y ahora a Rusia. Cayeron los precios de la soja y los minerales.

Ahora cayó el petróleo, en Estados Unidos, por debajo de los 60 dólares el barril, como resultado del aumento de la producción yanqui, la baja de la demanda mundial por la crisis, y el acuerdo de los grandes monopolios yanquis con Arabia Saudita. Esa baja golpea a los países en los que la exportación de petróleo es clave, sobre todo, Rusia, Irán, Venezuela, entre otros. Con estos precios del petróleo se derrumbó la ilusión de Cristina K de “salvar el modelo” vendiendo Vaca Muerta en lonjas. Esto agrava, y mucho, la inestabilidad en el proceso de transición de este gobierno al que venga.

El petróleo cae, pero los combustibles siguen caros. Las provincias petroleras decidieron no bajar el precio de los combustibles.

El gobierno trabaja para llegar al 2015 en condiciones de que el grupo K, sus socios y amigos, y sus aliados estratégicos (China y Rusia), sigan teniendo palancas fundamentales de poder, cualquiera sea el resultado electoral. Los candidatos de sus rivales (dentro del bloque dominante), colaboran con la gobernabilidad para que pase el ajuste, y presionan para que el gobierno pague el costo político de ese ajuste, para que,si ganan las elecciones, no reciban un paquete envenenado. Esta contradicción entre los objetivos del gobierno K y los de sus rivales está abriendo un escenario con encontronazos (como las investigaciones sobre los negocios de la familia Kirchner, o la investigación de 4.040 cuentas en Suiza), y puede llevar a tormentas, sociales o políticas.

 

4. Las luchas siguen

El gobierno kirchnerista ganó algo de tiempo cediendo al reclamo del no pago de ganancias en el medio aguinaldo, pero no logró frenar las luchas. Crecen los reclamos por bonos de fin de año y sumas puente para llegar a las paritarias compensando la caída del salario frente a la inflación. Las sumas conquistadas, o reclamadas, van desde los $3.500 hasta los $24.000 de los petroleros (en 4 cuotas). Los pedidos de aumentos salariales para las primeras paritarias del 2015 van del 40% al 50%. ATE se moviliza el jueves reclamando $6.000, en el marco de una jornada de la CTA. La CCC y el MIJP preparan movilizaciones.

Encabezar las luchas y rodearlas de solidaridad, y seguir impulsando, en asambleas y cuerpos de delegados, el paro nacional activo, multisectorialde 36 horas, sigue siendo una cuestión central para derrotar el ajuste K. Y el 20, a 13 años del Argentinazo, a partir de una convocatoria del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia, se formó una multisectorial para marchar a Plaza de Mayo a un gran acto.

 

5. Un gran debate de masas

Hay un gran debate en las masas. Impulsar las luchas y el paro nacional, exige, hoy, meterse en ese debate, confrontando con el gobierno K, principalmente, desnudando su política de ajuste y entrega. Y demostrar, en los hechos, que es posible un Frente Popular, que contribuya, hoy, a las luchas y a la formación de las multisectoriales, y que abra las puertas para que se expresen los reclamos de los trabajadores y el pueblo, y para que sus candidatos surjan de la lucha obrera y popular. El Frente Popular es una necesidad, también, para cerrar el paso a las otras variantes electorales del bloque dominante.

La bronca contra el ajuste K, y el rechazo a los que ofrecen “libertad de mercado” y “abrir las puertas a las inversiones extranjeras” es muy grande. La campaña por la personería del PTP, en todos los distritos que no han llegado aún, es un gran instrumento para el debate en las masas, y para trabajar para que el Frente Popular sea conocido y reconocido por el pueblo, en todo el país. Eso fortalecerá la lucha, promoverá una fuerza que impulse una salida popular, y creará condiciones para que la clase obrera y el pueblo puedan actuar en cualquier escenario, incluyendo las tormentas sociales y políticas.