La cultura como construcción del hombre tiene la particularidad de expresarse en los aspectos tanto material como simbólico. Ahora bien, esta cultura no es una en todo el mundo, ni siquiera en una misma sociedad. Así a grandes rasgos podemos decir que en el presente existen al menos dos grandes grupos (o subgrupos) dentro de la cultura de un país: la cultura de los poderosos y la de los que menos tienen; la de los dominantes y la de los dominados; la cultura reaccionaria (pseudo tradicionalista) y la cultura popular.
Pero está claro que esta cultura no se desarrolla aislada del contexto social y económico del país, sino que esto repercute y es parte del mismo proceso constitutivo de la cultura. Es por todo esto que cuando defendemos las banderas de lo popular, lo transformador, lo del pueblo, debemos considerar el todo (no solo lo cultural). Debemos considerar el modelo de sociedad que proponemos crear.
Siendo un poco más claros, las luchas de los obreros por dignos salarios, de los campesinos por la tierra, la pelea de los estudiantes y docentes por otro tipo de educación, la de las mujeres por alcanzar una sociedad en donde el sexo no determine tus posibilidades, son cuestiones que debemos considerar cuando hablemos de pelear por una cultura del pueblo y a favor del pueblo, donde éste sea protagonista y no un mero receptor de las estupideces que te meten de arriba. Que sea un creador de su propia identificación cultural, la cual sirva para transformar el mundo que lo rodea.
Los movimientos juveniles que venimos abriéndonos paso en torno a la cultura, las artes, las reivindicaciones democráticas, la lucha por la verdadera historia en la región, formamos parte de esa corriente de jóvenes que después del 2001, dijeron basta, asqueados por la corrupción política, la entrega del país y el desprecio por la vida del pueblo. Creamos directamente cuerpos de trabajo colectivo que adoptan posición frente a un Estado ausente a la hora de resolver los derechos populares y responsable activo, a su vez, en la entrega del patrimonio nacional, notoriamente visible en el caso de nuestro petróleo, nuestras tierras extranjerizadas, en las minas contaminantes, en empresas estratégicas que pasaron a manos de capitales imperialistas, y en la pasividad adoptada ante el reciente avance británico sobre nuestra plataforma marítima a 25 años de “Malvinas”.
En un país donde un millón y medio de pibes no estudia, ni trabaja, ni tiene posibilidades genuinas de hacerlo, en donde la pobreza y sus efectos colaterales como la droga, el alcoholismo, el vandalismo y todas las formas deshumanizantes que adopta la carestía, nos destruye día a día, donde no existen programas de contención deportiva, ni cultural, ni recreativa, para el desarrollo de nuestras bases creativas. La necesidad de unificar las acciones de estos cuerpos de dignificación humana de la juventud que se planta y levanta las banderas de sus formas expresivas, y también de extender estos espacios hacia los distintos puntos de nuestras región, se convierte en una tarea que persigue la justa reivindicación de nuestras fuerzas como parte del pueblo que sufre, es explotado, oprimido, y rebajado y silenciado en sus formas de hablar y expresarse. (Ver conclusiones del 2º Encuentro en nuestra página de Internet).
Tomarán parte del Encuentro los movimientos y centros culturales: “La Maza” (Casilda), Juventud Comunal (Conesa), Centro Cultural “La Fábrica” (Correa), Movimiento “El Hornero” (Santa Teresa), Grupo “El Brote” (Arteaga), Grupo “La Revuelta” (Roldán), y el Grupo “La Olla” (San José).
03 de October de 2010