¿Se puede esperar al 2015? No. Porque la situación se agrava día a día. Los efectos de la crisis mundial y del modelo K de salarios bajos, precarización, de profundización de la dependencia y el latifundio, se descargan brutalmente sobre los trabajadores y la pequeña y mediana empresa agropecuaria, industrial y comercial, sobre el pueblo todo, beneficiando a especuladores financieros y monopolios imperialistas.
¿Se puede esperar al 2015? No. Porque la situación se agrava día a día. Los efectos de la crisis mundial y del modelo K de salarios bajos, precarización, de profundización de la dependencia y el latifundio, se descargan brutalmente sobre los trabajadores y la pequeña y mediana empresa agropecuaria, industrial y comercial, sobre el pueblo todo, beneficiando a especuladores financieros y monopolios imperialistas.
La inflación de más de 40%, la brutal carga impositiva sobre los trabajadores y los sectores populares, la crisis energética, la crisis de las economías regionales, la recesión económica, ya llevan medio millón de despidos, miles y miles de suspensiones. Hay que parar esta situación. Dos años más esperando un nuevo gobierno nos va a dejar peor que en el 2001.
No se puede esperar más. Hugo Moyano está equivocado, no se puede ceder más a las presiones de la gobernabilidad que proponen los opositores del sistema, cuando Cristina sigue a la ofensiva con su política.
La clase obrera no es desestabilizadora ni golpista, pero no puede seguir pagando la crisis, porque no tiene espaldas como los que “la juntaron con la pala” estos años. El hambre avanza, junto con la pérdida de trabajo, la precarización, la inseguridad y la droga. Hugo Moyano que ha liderado en la unidad de acción, junto a Micheli y Barrionuevo, tres paros generales, no puede cortarse solo para conseguir una cifra de fin de año para su gremio y otros de la CGT. Tiene una responsabilidad política primero hacia la clase obrera, más allá de los temores, más allá de la incertidumbre sobre la situación. Exige que se actúe ya. Pretender tácticamente unirse con Caló, o con los Gordos –unos están con Scioli y otros con Massa– es ceder ante la ofensiva de Cristina y además es disgregar el reagrupamiento logrado con el ultimo paro general del 28 de agosto. Grave error: objetivamente se le hace el juego a sectores de las clases dominantes que acuerdan con los K en que paguen los de abajo.
Muy bien ha hecho el compañero Pablo Micheli que convoca multisectorialmente a luchar por la suspensión del pago de la deuda ilegítima y usuraria y contra la ley de Hidrocarburos del gobierno K, que profundiza la entrega y la crisis.
Bien han hecho ATE y la CTA, junto a la CCC y otras organizaciones, en movilizar contra la propuesta de presupuesto ajustador del gobierno. Muy positivo los paros dispuestos por los bancarios, por la supresión del impuesto a los salarios. Y está en el camino correcto la propuesta de una jornada nacional multisectorial de lucha para el 20 de noviembre. Trabajaremos a fondo por abajo, en todo el país, para preparar esa jornada, tratando de lograr el paro nacional en unidad de acción con las CGT.
Hoy necesitamos lograr la absolución del Tano Nardulli y Diosnel Pérez en el juicio oral que se les está aplicando como parte de la criminalización de la protesta social.
El miércoles 29 debemos realizar, junto a la Multisectorial en el Congreso, y en todas las provincias petroleras, movilizaciones contra la Ley de Hidrocarburos del gobierno K. Además, el 6 de noviembre en Plaza Once, debemos garantizar un masivo acto por el 20 aniversario de la CCC.