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23 de November de 2010

El viernes 19 se proyectó el documental El Tucumanazo y se realizo un debate posterior en el marco de la conmemoración de los 40 años del Tucumanazo.

A 40 Años del Tucumanazo, un merecido homenaje

En San Miguel de Tucumán

Minutos antes de las 20 hs. ya se fueron ubicando los que iban a participar de la proyección y el debate posterior. Poco a poco fue colmándose con casi 300 personas el teatro del Gymnasium de la U.N.T.

Luego de la lectura del documento acordado por la comisión y la presentación del video por parte de Diego Heluani, su director, los presentes se sumieron en 80 minutos de imágenes que les permitieron rememorar a algunos y conocer a otros, una de las puebladas más importantes que sacudió a nuestra provincia.

Minutos antes de las 20 hs. ya se fueron ubicando los que iban a participar de la proyección y el debate posterior. Poco a poco fue colmándose con casi 300 personas el teatro del Gymnasium de la U.N.T.

Luego de la lectura del documento acordado por la comisión y la presentación del video por parte de Diego Heluani, su director, los presentes se sumieron en 80 minutos de imágenes que les permitieron rememorar a algunos y conocer a otros, una de las puebladas más importantes que sacudió a nuestra provincia.

Luego de la proyección se dio la palabra a los protagonistas que fueron hablando uno por uno: el Chino Moya (dirigente estudiantil, miembro del PST, actualmente colabora con el MST), Carlos Zamorano (dirigente estudiantil, preso político, miembro del PC) y Rosa Nassif (Presidenta del Centro de Estudiantes de Filosofía y Letras, miembro de la Junta Representativa de la FUA y actual miembro del Comité Central del PCR). También hicieron uso de la palabra Salvador Agliano, secretario de la CTA y Daniel Blanco por el PO.


 

Intervención de Rosa Nassif en el panel de debate

Pensemos en el Tucumanazo pensando la vigencia de ese camino

 

No me referiré a los hechos del Tucumanazo que están magníficamente reflejados en el video que hemos visto.

 

Quiero felicitar a los realizadores del mismo y a los integrantes de la Comisión de Homenaje que han tenido esta iniciativa tan buena, porque creo efectivamente que era muy importante rescatar para la memoria histórica un hecho importante – que no es un hecho sino un periodo de la vida de Tucumán-  injustamente secundarizado, no sólo por el tema de un recuerdo. Habría que pensar qué otros hechos hicieron quizás, que se corriera a ese lugar esta gesta popular en el modo en que se recordaría las luchas de los tucumanos de ese período.

 

Pero me parece que es muy importante esta memoria no como un recuerdo de tipo nostálgico, de  aquello que fue pero que ya no puede ser; sino que tiene importancia para este presente y sobre todo para el futuro. Creo que es la forma en que la  historia adquiere dimensión real.

 

Pertenezco efectivamente a esa generación, que-como decía Angelita Nassif  en el video-. habíamos llegado a la conclusión que eran necesarios cambios de fondo revolucionarios y que no se podían hacer sólo desde la universidad, entonces nos planteábamos la necesidad de la unidad obrero-estudiantil.

 

Quisiera decir que en Tucumán esto era natural; no nos costaba demasiado encontrarnos en esa unidad. Recuerdo la Marcha del Hambre del año ’61, durante el gobierno de Celestino Gelsi, un radical que reprimió primero a los docentes y luego a más de 25 mil obreros y cañeros chicos y medianos que con sus familias llegaron a acampar  a la Plaza Independencia varios días. Siendo estudiantes secundarios salíamos de la Escuela Normal a solidarizarnos con ellos.

 

Recuerdo también un acto que quiero mencionar porque creo que grafica perfectamente lo que fue ese periodo. Un acto del 27 de mayo de  1969, dos días antes del Cordobazo, y de esa gran pueblada que se produjo en Tucumán simultáneamente con lo de Córdoba en repudio por la muerte del estudiante Cabral en Corrientes y que fue como un ensayo del Tucumanazo que hoy recordamos.

 

Fue un acto en el que desde los balcones del gremio de la FOTIA, hablamos Benito Romano, dirigente peronista revolucionario –no montonero- que había sido dirigente de la FOTIA, e integraba el secretariado de la CGT de los Argentinos y había sido electo diputado por el partido que tuvo que armar el peronismo proscripto, con Fernando Riera.

 

Habló también Leandro Fote, dirigente del ingenio San José, luego  integrante del PRT y del ERP; Ángel Manfredi, dirigente del PCR y de los obreros ferroviarios de los Talleres Tafí Viejo. Nos da tanta bronca e indignación ver ese simulacro hace un año, que armó el kirchnerismo de hacer andar un tren por un día, manteniendo los talleres cerrados hasta hoy, mientras este gobierno nos endeuda en 10 mil millones de dólares con China para traer de allá los vagones que se podrían hacer en Tafí Viejo. Habló también Isauro Arancibia, el legendario dirigente de los maestros tucumanos. Y hablaba yo, por la Federación Universitaria Argentina. Quiero decir con bastante amargura que soy la única sobreviviente de estos cinco que hablamos en ese acto de FOTIA, todos asesinados o secuestrados y desaparecidos durante la dictadura militar.

 

Ese acto simboliza la unidad que habíamos logrado gestar entre distintos sectores políticos y sociales para enfrentar aquella dictadura. Y me parece muy importante que nosotros pensemos en el Tucumanazo pensando la vigencia de ese camino,- el de las puebladas, la lucha en las calles, de las barricadas, de los levantamientos populares- de enfrentar la violencia con la violencia, pero con una violencia de masas. Porque este era uno de los debates de aquel período; efectivamente, estábamos convencidos que la revolución no podía ser la obra de un grupo por esclarecido, valiente o importante que fuera, sino que era una tarea de masas.

 

Ese camino volvió a demostrar su vigencia ante una nueva gran crisis como la que vivimos en la 2da mitad de los ’90, con los Cutralcazos, los hechos  de Gral Mosconi, los Jujeñazos y que culminó en ese gran levantamiento popular en medio de una situación revolucionaria, que fue le Argentinazo.

 

Quiero decir para terminar, que no creo de ninguna manera que la revolución sea el lugar de la utopía; la revolución, si es necesaria, los revolucionarios tenemos el deber de luchar para hacer posible lo necesario. No hemos sobrevivido para guardar estas cosas como utópicas y dejarle para otros, aunque nos parece importante que se sumen los jóvenes; y sigo pensando en la validez de lo que dijo el Che Guevara: que el deber de todo revolucionario es hacer la revolución.