Reproducimos documento de la CICOP del Hospital San Martín
Hace más de 6 meses la pandemia azota a nuestro país, les trabajadores de la salud estamos trabajando en nuestra máxima capacidad para darle atención a todo aquel que lo requiera, agotados física y mentalmente. Más de 21.356 trabajadorxs de la Salud contagiadxs y 110 fallecidxs en la lucha contra el coronavirus. Trabajamos a destajo, sin vacaciones, sin licencias para todos los grupos de riesgo, con graves problemas de infraestructura y falta de personal. Aún con todas estas dificultades estamos dando todo para que podamos superar esta pandemia de la mejor manera posible.
Somos conscientes de nuestra responsabilidad y la ejercemos con orgullo y dedicación, lo que no implica que no tengamos derechos. Muchos de nuestros compañeros y compañeras han quedado en el camino y muches están luchando por su vida en una sala de internación clínica o en una terapia, cuando hasta pocos días atrás estaban asistiendo en una sala, un consultorio, una guardia o un laboratorio del hospital. Pero también somos conscientes de que nuestra labor es poco reconocida y valorada desde hace mucho tiempo. Durante muchísimos años fuimos invisibles, aunque intentáramos ser escuchados y reconocidos, nunca obtuvimos demasiados resultados. La historia nos volvió a poner en el foco de la tormenta, y la pandemia puso en evidencia ante los ojos de todes que la salud es importante, que el cuidado de las personas es importante, que cuidar la vida es lo que importa, en pocas palabras que la salud es un derecho, el más importante.
Pero, ¿quiénes cuidan a los que cuidan?
Según la última encuesta que realizamos entre los profesionales del hospital el 73% tiene que buscarse otro trabajo para completar un sueldo que le permita llegar a fin de mes. El 43% tiene más de 2 trabajos. Nuestra calidad de vida se ha deteriorado drásticamente. Perdimos el 35% de nuestros salarios en el 2018 y 2019 frente a la inflación, y eso que ya veníamos con magros salarios, siempre muy por debajo de la canasta básica familiar. Por eso, en estas paritarias estamos planteando que frente a una situación extraordinaria, exigimos de parte del Estado respuestas extraordinarias, respuestas acordes a nuestros derechos. No alcanza con un aumento salarial acorde con la inflación, necesitamos una verdadera recomposición salarial.
Es por eso, que creemos necesario reactivar un plan de lucha escalonado que permita arrancarle al gobierno un reconocimiento por nuestro trabajo que no sea solo testimonial, y lograr la recomposición salarial que necesitamos y merecemos.
Los puntos que creemos centrales a discutir además de la recomposición salarial y cláusula gatillo, son un aumento de presupuesto para salud, licencias para nuestros compañeros y compañeras con factores de riesgo, licencias de descanso (hay que tener en cuenta que la emergencia sanitaria se extendió por 6 meses), cumplimiento del acuerdo de pase a planta de todes los becarios, interinatos y firma de las funciones.
Es necesario estar más unidos que nunca, el gobierno tiene que entender que mejorando nuestras condiciones de trabajo será la única forma de enfrentar adecuadamente esta pandemia y poder seguir garantizando una atención de calidad para nuestros pacientes.
La salud es derecho.
La salud no se vende se defiende.
No hay sistema de salud que funcione con trabajadores sin derechos.