Jessica Osores, militante de la CCC de Tucumán, fue juzgada por herir mortalmente a su ex pareja en septiembre de 2020. En una provincia donde funciona una Justicia misógina y patriarcal, la única del país que se declaró provida, que nunca adhirió a la Ley de Salud Sexual y Procreación Responsable, que no adhiere a la ESI (Educación Sexual Integral, la última en adherir a la Ley Micaela tres años después y una de las dos provincias que aún no adhieren a la Ley de paridad de género. Sin embargo, gracias a la lucha popular, encabezada por la Casa de las Mujeres Norma Nassif, la CCC y la Multisectorial de Mujeres consiguieron que se cambiara la carátula de la causa –de homicidio agravado por el vínculo a homicidio en contexto de violencia de género- lo que permitió batallar por su absolución, y conseguir la libertad de Jessica.
“Lo que le pasó a Jessica es lo que le pasa a muchas mujeres que, en años de sufrir violencias, en algún momento, intentan defenderse. En medio de una golpiza muy fuerte, en defensa propia, peleando, lo mató. Esto, que es una tragedia -y que ella misma explica que está arrepentida- le pasa a las que deciden defenderse porque el destino de las mujeres en contexto de violencia es el cementerio o la cárcel”.
Jessica vive con sus tres hijos en el barrio de San Cayetano, en Tucumán y acaba de tener un bebe hace dos días, luego de su absolución.
Frente a esta tragedia el movimiento de mujeres se organizó. Nosotras tenemos una relación estrecha desde la Casa de las Mujeres con la CCC, de muchos años de luchar juntas por nuestros derechos y rápidamente nos pusimos al servicio de la causa por su absolución”.
También la violencia judicial
Jessica sufrió violencia institucional durante todo el proceso, ya que desde el primer momento estuvo con prisión preventiva, cuando no existía riesgo procesal alguno, y podría haber esperado el juicio en libertad, como ocurre con muchos femicidas en Tucumán.
Además, se observó el ensañamiento de la Fiscalía como una forma de violencia durante el juicio: ‘¡Lo que pasa es que esta mujer tiene carácter. No se deja!’. Por otro lado, argumentó el caso como violencia cruzada lo que daba lugar a la condena cuando los nueve años de sufrimiento de Jessica en su vida de pareja, mostraron que estaban frente a un caso de violencia contra las mujeres.
El juicio contra Jessica Osores es un juicio paradigmático porque muestra con claridad el destino que les queda a las mujeres que osan defenderse.
Particularmente sacó a la luz la tragedia de la violencia de género y de un Estado que no toma en sus manos la prevención y la asistencia a las víctimas de violencia.
“¿Qué hubiera pasado con Jessica si hubiera contado con asistencia mientras era víctima de violencia? ¿Qué hubiera pasado si este hombre era detenido en tiempo y forma? ¿Qué hubiera pasado si en el barrio donde ella vive existiera un refugio? Seguramente se hubiera evitado el homicidio. Jessica no tuvo esta posibilidad.
El fallo unánime del tribunal absolvió a Jessica por considerar que actuó en defensa propia y en contexto de violencia hacia las mujeres. También resolvió una reparación económica por el tiempo en que estuvo privada de su libertad y la articulación con los diferentes organismos del Estado para garantizar su salud integral y la de su grupo familiar.
Más tarde, Vicky analiza la situación del contexto en la que vive Jessica junto a sus hijos y a partir de allí se organizó una campaña solidaria desde la Multisectorial de mujeres que intenta resolver las necesidades más urgentes. Queda por delante la lucha por velar que se cumplan las resoluciones del Tribunal, la lucha por una vivienda digna como plantea la Ley de Emergencia contra la violencia hacia las mujeres en nuestra provincia y por un trabajo genuino.
Este fallo judicial es histórico porque en términos jurídicos sienta precedentes importantes para litigar en casos de violencia de género y para el Movimiento de Mujeres de nuestra provincia es un paso más en la lucha y conquista de derechos.
Hoy N° 1879 01/09/2021
