Noticias

22 de April de 2015

Los trabajadores se han puesto de pie y cuando esto sucede las estructuras tiemblan.

Acindar: los trabajadores discuten todo

Luego de torcerle el brazo a Caló en el paro del 31M

El 31/3 se produjo un hecho por demás significativo y que seguramente marcará la agenda política de la Argentina. Ya no alcanza con habladurías ni justificativos, ya no alcanza con echarle la culpa a dirigentes malos o buenos, este paro fue convocado por varios gremios pero también salió desde abajo, de las bases obreras, en muchos casos de decisiones de asambleas, de petitorios por turno, de mandatos de delegados, como es el caso de los obreros de Acindar que se han convertido en un faro para el resto de los metalúrgicos al torcerle el brazo a Caló, cambiando la correlación de fuerza dentro del movimiento obrero y dejando pagando a dirigentes funcionales al gobierno. En esta importante empresa hoy trabajan 1.200 trabajadores efectivos, 1.100 de contratistas y 150 contratados.
 
Un paro contundente
En nuestra amplia zona que se extiende desde Villa Constitución hasta Puerto San Martín (Santa Fe) el acatamiento fue masivo. Pararon la CATT (trabajadores del transporte), UTA (Unión Tranviarios Automotor), Dragado y Balizamiento, Recolectores, Camioneros, Bancarios, ATE, CTA, Docentes de UTN, Sanidad, Siprus (sindicato de profesionales de la salud), Metalúrgicos de Acindar, Casilda (Gerardi) y Rosario, etc. Muchos de estos gremios tienen una importancia clave en la economía del país, al parar los puertos y el transporte en todos sus modalidades se evidencia el modelo agroexportador del que depende el gobierno. Por los puertos de estas zonas vemos cómo se desangra la Argentina a las veras del Paraná y las cerealeras y grandes exportadores no pagan ni siquiera un solo centavo de ingresos brutos. Aquí están los grandes ganadores del modelo K. Estos gremios conocen bien cómo saquean al país, por eso una medida de fuerza en estos lugares golpea las entrañas del modelo K.
 
Los metalúrgicos de Acindar le torcieron el brazo a Caló
Merece un párrafo aparte lo que ocurrió con los metalúrgicos ya que el secretario general de la UOM y de la CGT oficialista Caló hace tiempo que dejó de ser un representante de los trabajadores para convertirse en un funcionario del gobierno nacional, sin embargo el descontento por abajo le torció el brazo. En los metalúrgicos hubo mucha bronca cuando el gremio llamó a parar 4 horas cuando vino Caló: “¿por esto paran pero no adhieren al paro nacional”?, decían.
Desde Acindar de Villa Constitución, los trabajadores comenzaron firmando petitorios sector por sector para adherirse al paro nacional, esto recorrió todos los lugares y tras realizarse asambleas por sectores el 95% quería ir al paro más allá de lo que haga el gremio local y de lo que diga Caló, la Comisión Interna no dudó en convocar y hacer conocer que Acindar iba al paro, incluso ateniéndose a que el gremio no lo convoque y por ende no estar cubiertos legalmente. Esto marcó un antes y un después en los metalúrgicos de la zona y nos animamos a decir a nivel nacional, tal es así que obligó al dirigente Caló a decretar libertad de acción para los metalúrgicos. La decisión de los trabajadores no tardó en extenderse a otros lugares: pararon los metalúrgicos de Gerardi en Casilda, de Acindar en Rosario, incluso los trabajadores de Tenaris de Villa Constitución, que en su gran mayoría no son alcanzados por el impuesto a las ganancias definieron en asamblea general ir al paro.
 
Después del paro nacional
 “Los pibes están para adelante”, dicen muchos compañeros. Ahora en las secciones y en el comedor, la gente pregunta “¿qué vamos a hacer con paritarias?”, porque la preocupación principal es el impuesto a las ganancias, que pagan el 75% de los trabajadores de Acindar. 
 Al momento de escribir esta nota, antes del paro llamado por la UOM de 36 horas, se realizó el congreso de la UOM de Villa Constitución, que definió este paro para el martes y miércoles. Pero ahí mismo los dirigentes dijeron que el Ministerio de Trabajo va a meter la conciliación obligatoria, con lo que el paro se va a suspender y van a movilizar los “cuerpos orgánicos” el jueves o viernes. 
 El gremio reclama un 32%, con lo que el básico de convenio del metalúrgico se iría a $8.600. Las empresas ofrecen el 22%. 
 Hay mucha desconfianza y enojo entre los trabajadores hacia Caló y la dirección de la UOM, en momentos en que crece la preocupación por la situación de las fundiciones como Paraná Metal, donde merma el trabajo, porque las empresas de repuestos anuncian que importarán piezas de Alemania. También porque se conoce de las suspensiones masivas en Campana, por ahora cobrando el 85% del salario. Ahí hablan que el tema es la caída del precio del petróleo, por lo que cae el precio de los tubos sin costura. 
 
Los trabajadores discuten todo
Varias son las conclusiones que se sacarán luego del paro general. En nuestra zona quienes creemos en el rol protagónico de los trabajadores para las grandes transformaciones sociales nos permitimos levantar el pecho y decir que fue un triunfo de la clase trabajadora.
 Queremos aclarar que todo este proceso estuvo y está lleno de debates: si adherir o no, qué va a hacer el sindicato, por qué no convoca, quiénes son los que convocan (como en los dos paros anteriores donde se discutía si era una medida de Moyano contra el gobierno porque ya no son amigos), si está bien que los que más cobran paguen impuesto, porque no se dice nada de los que no llegan al impuesto a las ganancias, que importa si paramos acá, total quién nos va a escuchar. Muchos de estos debates aún continúan, aunque la práctica concreta fue saldando algunos de ellos. Hay un nuevo impulso para la unidad de los efectivos, contratistas y contratados, y también hay golpes de la patronal, porque sabemos que no “es gratis” este proceso.
La unidad de los trabajadores, la movilización de los lugares claves, que inciden en la economía estratégica y que son el faro para resto, demostró que el movimiento obrero puede imponer la agenda política del país, puede decidir hacia donde nos movemos, puede pasar por arriba de las conducciones que abandonan los reclamos justos, y poner en evidencia la crisis dirigencial en el movimiento obrero, pero sobre todo se demostró que la unidad y la lucha son las herramientas para una argentina más justa, equitativa e independiente.