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05 de January de 2021

Hora Política Hoy N° 1846

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1968 – 6 de enero – 2021. 53 años luchando por la revolución

Este 6 de enero el Partido Comunista Revolucionario de la Argentina cumple 53 años. Seguimos junto a la clase obrera y al pueblo luchando por la revolución de liberación nacional y social que necesita la Argentina.

Cumplimos 53 años, a pocos días del segundo aniversario del fallecimiento de nuestro querido camarada Otto Vargas, quien fuera secretario general del Partido desde su fundación hasta su fallecimiento el 14 de febrero de 2019. Como dijo Otto en el 2016, “nunca abandonamos el campo de lucha por los intereses de la clase obrera y del pueblo”, y “hemos mantenido en alto las banderas del marxismo-leninismo-maoísmo”.

El PCR hizo su aparición pública el 6 de enero de 1968 poniéndose a la cabeza de las crecientes luchas contra la dictadura de Onganía. Eran tiempos de grandes combates obreros y populares en todo el mundo: la China que defendía el socialismo y llevaba adelante la revolución Cultural Proletaria con Mao Tsetung al frente, el Mayo Francés, la lucha contra la intervención imperialista yanqui en Vietnam, entre otros hitos.

Surgimos frente a la traición de la dirección del Partido Comunista, reivindicando el camino de la lucha revolucionaria, levantando las banderas del marxismo-leninismo y del Che Guevara. Ante su asesinato los fundadores del PCR realizamos la única manifestación solidaria con el comandante. Eran tiempos donde sosteníamos que había un polvorín reseco de odio popular bajo los pies de la dictadura y que teníamos que trabajar para hacerlo estallar. El polvorín estalló, fueron  años de grandes puebladas: Correntinazo, Rosariazo, y el glorioso Cordobazo, que bocetaron un camino para la lucha revolucionaria en la Argentina. En medio de grandes luchas el clasismo recuperaba el Smata Córdoba, en un frente único encabezado por René Salamanca, con la activa participación de nuestro Partido en Córdoba, dirigido por César Gody Álvarez. A partir de 1972 fuimos adhiriendo al maoísmo, pero estábamos lejos de ser reconocidos por las grandes masas. El maoísmo nos ayudó a dar la pelea por integrar las verdades universales del marxismo-leninismo a la realidad de la revolución en la Argentina.

 

¿Fracaso o derrota?

Nuestro PCR alertó y jugó un papel activo para enfrentar  el golpe de Estado que se avecinaba desde fines de 1974, luego de la muerte del general Perón. Fue un periodo donde la disputa por el control del mundo entre las dos superpotencias imperialistas EEUU y el ya por entonces socialimperialismo soviético (socialista de palabra, imperialista en los hechos) impregnaba la política mundial. Nosotros denunciamos que todos los imperialistas (yanquis, rusos, ingleses, entre otros) y las clases dominantes trabajaron para voltear el gobierno constitucional de Isabel Perón y frenar el auge de lucha de masas. Nuestro Partido y su JCR tuvieron en esta lucha mártires y presos.

El papel jugado en la lucha antigolpista y la sangre de nuestros mártires sellaron con sangre la unidad con las masas peronistas.

Pasado el golpe fascista del 24 de marzo de 1976, nos quedamos en el país para organizar la resistencia a la dictadura desde el inicio. Mantuvimos en la clandestinidad nuestra prensa quincenal y los materiales de nuestro Comité Central. Estuvimos al frente de las luchas obreras y campesinas, y participando de la organización de las Madres de Plaza de Mayo desde su inicio. Tuvimos presos, torturados, perseguidos, deportados y detenidos desaparecidos. En medio de la represión sangrienta encabezamos en el frigorífico Swift de Berisso la heroica lucha larga contra la dictadura. Enfrentamos el intento de guerra fratricida con Chile y también en 1979 denunciamos la restauración capitalista en China.

El 2 de abril de 1982 se recuperan las Islas Malvinas. El PCR apoyó esta guerra justa de un país dependiente y con parte de su suelo colonizado. El pueblo que venía luchando contra la dictadura concentró su odio, con justeza, contra el agresor inglés. La línea de la dictadura nos llevó a la derrota, pero el pueblo no abandonó las calles. La dictadura golpeada llamó a elecciones buscando una salida negociada y pudo elegir su camino de retirada.

Con el gobierno de Alfonsín, fuimos parte de los trece paros generales que desenmascararon su política. En 1985 nuestro Partido jugó un papel destacado en la ocupación de la planta de Ford en Pacheco contra los despidos, por parte de sus 4.500 obreros, que pusieron en marcha la producción. Seguimos la lucha por el juicio y castigo a los responsables del genocidio dictatorial frente a las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. Fuimos motor de la organización de los Encuentros Nacionales de Mujeres, desde el primero en 1986.

Formamos parte del Frejupo en la derrota electoral de Alfonsín. Pero a poco de andar Menem traicionó el programa que lo había llevado al gobierno.

Con la caída del muro de Berlín en 1989, se lanzó una gran campaña anticomunista mundial, donde se planteaba el fracaso del comunismo y su doctrina. Ocultaron que las grandes revoluciones triunfantes del siglo XX resolvieron el pan, el trabajo, la tierra para vivir y trabajar y el dominio de la ciencia para un tercio de la humanidad. Los comunistas revolucionarios decimos que en la dura lucha de clases fuimos derrotados y se restauró el capitalismo. No fue un fracaso. Es un mérito de nuestro Partido haber mantenido en alto las banderas del marxismo-leninismo- maoísmo, y la vigencia de la lucha por la revolución.

Fueron años de grandes luchas contra la entrega menemista, cuyo emblema fue la defensa del Astillero Río Santiago y la lucha del pueblo jujeño que volteó a gobernadores. Nuestro Partido analizó el auge abierto con el Santiagueñazo de 1993, y en 1996  Otto Vargas lanzó la consigna de un Argentinazo que imponga otra política y otro gobierno. La lucha siguió contra el odiado De la Rúa, con grandes hitos como Tartagal, Mosconi y los cortes de La Matanza, que desembocaron en el Argentinazo que volteó al gobierno de De la Rúa el 19 y 20 de diciembre de 2001.

Durante los gobiernos kirchneristas encabezamos la rebelión agraria y federal de 2008, defendiendo los intereses de los trabajadores rurales y los pequeños y medianos campesinos. Protagonizamos la heroica lucha de los obreros de Terrabusi-Kraft en 2009, que marcó un camino para enfrentar la crisis, así como grandes luchas por tierra para vivir y trabajar, en todo el país. En todas estas luchas tuvimos mártires, a los que no olvidaremos, porque olvidar es traición.

 

Las luchas contra el infierno macrista

En los años de gobierno macrista estuvimos al frente del combate popular contra el hambre y la entrega. A través de la CCC impulsamos la unidad de los movimientos sociales protagonizando grandes batallas, ayudando en la conformación de “los Cayetanos” que conquistaron importantes leyes de emergencia, y luego, en un proceso esa unidad en las calles se plasmó también en lo electoral, y fuimos uno de los afluentes del Frente de Todos que derrotó a Macri en las urnas.

Somos parte de los sectores obreros y populares que enfrentaron la reforma previsional macrista y frenaron la reforma laboral, en particular en la defensa del Astillero Río Santiago, al que quisieron privatizar.

 

Fortalecer al PCR

En estos años, nuestro Partido viene siendo protagonista del inmenso crecimiento del movimiento de mujeres, y participamos de grandes luchas en la salud y en la educación en todos sus niveles, entre los originarios, y motorizando luchas de campesinos pobres y medios en todo el país, como la Marcha de 170 km en el Chaco. Trabajamos para la confluencia de las luchas, y para que las mismas tengan una expresión política y electoral, acumulando fuerzas para una salida revolucionaria para el pueblo y la Patria.

En el último período, el PCR y su JCR están a la cabeza de la lucha en todo el país frente a la emergencia sanitaria por la pandemia del coronavirus, y las emergencias social y económica.

El pueblo argentino viene de un año donde, a pesar de las dificultades del aislamiento al que obligó la cuarentena, avanzó en el protagonismo político. Miles y miles  jugaron un gran papel en la lucha contra el hambre, en las ollas, los trabajadores de la salud, los y las promotores sanitarios, la lucha contra la violencia de género, las luchas obreras, las tomas de tierra para trabajar y para vivir, las luchas de los pueblos originarios, etc., mostrando que el pueblo quiere ir por más.

Hemos crecido, hemos arraigado en muchos lugares, pero todavía somos pocos en relación a tan grandes objetivos.

El Comité Central de nuestro Partido ha lanzado una campaña de afiliación y reempadronamiento que está en curso, ofreciendo un puesto de lucha y un lugar de discusión política en círculo de lectores, en cada fábrica, barrio, lugar de trabajo, entre los campesinos pobres y medios, los estudiantes, intelectuales y profesionales.

En un mundo que continúa sacudido por la pandemia, se profundiza la crisis económica y se agudiza la disputa interimperialista. Crece la rebeldía de las masas.

Sostenemos las tareas de la solidaridad internacional. Como dijimos en nuestro 47° aniversario “En la Argentina existe el comunismo y existe el maoísmo porque existe el PCR, y ese es nuestro mayor orgullo. Existimos y vamos por más”.

Con ese orgullo reafirmamos nuestro compromiso de mantener el legado de Otto Vargas y redoblar el paso para avanzar en el camino de la revolución necesaria para resolver los urgentes problemas que viven la clase obrera y el pueblo. Una revolución que libere a la Nación de la dependencia del imperialismo, termine con el latifundio a través de la reforma agraria y abra el camino al socialismo. Una revolución democrática-popular, agraria y antiimperialista, en marcha ininterrumpida al socialismo.

 

Escriben Jacinto Roldán y Ricardo Fierro

Foto: Acto 50 años del PCR, All Boys 21 diciembre del 2018