¡Aguante la lucha de Terrabusi!

Una nueva etapa
El lunes 7 de septiembre los planes patronales recibieron “un golpe en el estómago”, como decía un compañero, al lograr el reingreso a la planta de un núcleo de despedidos encabezados por la mayoría de la Comisión Interna y varios delegados.
Esa madrugada, con la planta militarizada con efectivos de la policía bonaerense, se volvió a mostrar la justeza de una línea que plantea que el centro de la pelea está dentro de la fábrica, porque allí es donde se puede lograr la unidad de los trabajadores despedidos y no despedidos. Ni la represión policial con balas de goma, gases lacrimógenos, y trabajadores y familiares heridos dentro y fuera de la planta, ni los aprietes de la patronal, pudieron impedir que se concrete una asamblea de los trabajadores del turno mañana en el comedor, junto a los despedidos, que resolvió el cese de tareas hasta que todos los despedidos estén en su puesto de trabajo. Allí comenzó una nueva etapa en el conflicto.
Al momento de escribir estas líneas, los trabajadores, en más de veinte asambleas, a veces más de una por turno, han ratificado la medida, en una muestra impresionante de la firmeza y profundidad de la lucha, y protagonizaron dos nuevos cortes en la Panamericana.

Los planes de la Kraft
Va quedando claro para el conjunto de los compañeros que los 150 despidos son parte de un plan de reestructuración resuelto por la casa matriz de Kraft en EEUU, vinculado a la crisis económica internacional, que ya afecta a la industria de la alimentación en nuestro país, y a su oferta por el monopolio inglés Cadbury por miles de millones de dólares.
Los trabajadores de Terrabusi tienen una larga experiencia en estas “fusiones”. Como nos decía la compañera María Rosario, integrante de la Comisión Interna, “Acá ya vivimos muchas fusiones, y en cada una de ellas hubo despidos.  Canale, Mayco, Capri, múltiples marcas han traído acá, y yo le planteaba a las compañeras ¿cuántas vinieron para acá? y te cuentan que a lo sumo el 10%”.
La patronal alega como causal de despidos “desmanes” durante la lucha por medidas sanitarias contra la gripe A, una tarde que se marchó a las oficinas de la presidencia. Esto no explica por qué la mayoría de los despidos se produjeron en el turno noche, y también hubo despidos en el turno mañana, que no participaron de esta marcha. Como dice la Comisión Interna, “Terrabusi Kraft miente”.
Miente, porque tiene que ocultar que ellos son parte de los responsables que en la Argentina haya más de 250 mil nuevos desocupados (según el Indec, sin contar los trabajadores en negro), producto de la política del gobierno.

“Terra, escucha, tu lucha es nuestra lucha”
La semana que pasó se ha multiplicado la solidaridad de manera extraordinaria; esta lucha se ha ganado el corazón de la clase obrera y el pueblo. Miles se han movilizado, y millones están a la expectativa de cómo se resuelve este conflicto.
Los pronunciamientos se suman en todo el país y el extranjero. Desde el sindicato de la alimentación de Colombia están impulsando una cadena de correos a la dirección de la Kraft. Han sumado su solidaridad el PCR del Uruguay, el MLPD de Alemania, el Partido Bolchevique de Italia.
A los celulares de los compañeros de la interna llegan mensajes de adhesión de trabajadores de todo el país. La puerta de la empresa es un constante desfile de personas solidarias, que acercan dinero o mercadería para sostener la lucha.
Los trabajadores han tenido entrevistas con diputados nacionales que se han solidarizado con el conflicto, y la Legislatura de la Provincia de Buenos Aires aprobó un pedido de intervención al gobernador Scioli.

Los hijos del Argentinazo
En esta lucha vienen teniendo un gran papel una camada de jóvenes obreras y obreros que expresan a esta generación que no está dispuesta a dejarse pisotear.
Como en otros lugares de la Argentina, son jóvenes que muestran con orgullo su rebeldía, que quieren trabajar pero no que los superexploten, y que han sabido unirse a los obreros más antiguos, para potenciar esta gran lucha.
Cantan “eso que está prohibido me hace feliz”, desafiantes, dentro de un predio que, producto del odio y temor de los yanquis, ha sido rodeado por alambres de púa, en el que se encuentran decenas de efectivos de la bonaerense, hasta con caballos, como se vio el último sábado.

Debates muy profundos
Muchas cosas están pasando estos días, imposibles de contar todas. María Rosario, el jueves 10 destacaba algunos de los rasgos más importantes: “La familia apoya el conflicto, lo que es muy importante. Se mantienen cadenas de oración de 300 a 400 personas. Se han organizado para recolectar alimentos no perecederos, fundamental porque el fondo de lucha, si bien es clave y estamos muy agradecidos, no alcanza. La preocupación es que llegue el alimento a las casas. Están haciendo muchos volantes entre ellos, pidiendo trabajo para todos.
“Hay debates muy ricos en las asambleas, profundos. Hay intervenciones muy emotivas. Fue muy emocionante porque se abrió cantando el himno nacional. Yo les dije en una que estaba orgullosa de ser parte de los trabajadores de Terrabusi. Enfrentamos muchas luchas juntos. Pudimos lograr muchas cosas. Siempre con la convicción de poder lograr cosas para todos. Varios compañeros toman eso que decimos que estamos escribiendo una de las páginas más lindas del movimiento obrero, y que todos somos parte de esta historia. Muchos van a recordar los huevos y los ovarios que pusieron los trabajadores contra este monopolio yanqui que quiere llevarse por delante las leyes argentinas.
“Los compañeros se están plantando ante los jefes. Venían y te apretaban “¿vas a trabajar o no?” Y ahora los mismos trabajadores les dicen “el que tiene que resolver el conflicto sos vos ¿qué querés, que nos agarremos con los compañeros? No nos vamos a agarrar con los despedidos, porque ellos son nuestros compañeros. Y vamos a largar la línea el día que nuestros compañeros estén trabajando a la par nuestra”. Plantearon los muchachos de Amasadora. “¿Encima nos planteás que si no trabajamos no vamos a cobrar? Entonces vamos a ser los 2.800, no 150. Olvidate”. Las mujeres también han agarrado este debate y les dicen a los jefes “los que tienen que resolver este conflicto son ustedes, porque ustedes lo iniciaron”. Con mucha firmeza. Los compañeros dicen que son despidos injustos, mucha bronca con las causas penales que ha metido la empresa. “Vamos a defender a esta Comisión Interna, vamos a defender a nuestros compañeros. Si pasan estos despidos, pasan todos”, dicen.
Otro integrante de la Comisión Interna, Jorge Penayo, agrega: “Acá la gente se ha fortalecido con los días. Como que han ganado conciencia de la situación. Seguimos muy fortalecidos por esa misma razón. Cuando se vio que la empresa nos trata como delincuentes, eso potenció la bronca adentro. Los compañeros nos dan fuerza, nos dicen que no aflojemos, que tensemos todo lo que tengamos que tensar, porque hay grandes probabilidades de ganar.
“Los líderes intentaron hacer pasar un petitorio con firmas para volver a trabajar, y las mismas compañeras y compañeros les dijeron “mirá, si esto no lo resolvió el Ministerio, ni los jueces, ni los gerentes, por qué lo vamos a resolver nosotros. No nos vamos a prestar a tirarnos contra los despedidos”. Hubo lugares donde les dijeron: “dígale al directorio que baje, que le dé laburo a todos que todos queremos trabajar”.

Defender a esta Interna y los delegados
En una de las asambleas, un compañero planteó que, pese a que tiene diferencias con algunos métodos, hay que defender a esta Interna, porque siempre ha peleado al frente de los trabajadores. Esto que expresó el compañero se ha ratificado durante 16 años con el voto de los trabajadores, con porcentajes superiores al 70%.
Una dirección clasista que, a diferencia de lo que dice Moyano, no impulsó el paralelismo gremial, sino que fue el motor de las listas opositoras en el STIA, y del Cuerpo de Delegados por sector, al que el STIA se opone.