En estos casi 4 años del gobierno de Macri el empleo registrado del sector privado sufrió una caída de 126.000 puestos de trabajo desde fines de 2015. En tanto la tasa de desocupación pasó de 6,6% a 10,6%, comparando el segundo trimestre de 2015 con el mismo trimestre de 2019. Esto además de las suspensiones de los que todavía tienen trabajo y de la precarización de los que todavía no lo consiguen en condición de registrados.
A la caída de los ingresos –agravada en términos reales por la inflación–, que afecta no sólo a los sectores que sufren la falta y precarización de los empleos sino también a la mayoría de los sectores de la producción y el comercio nacionales, se suma la pérdida en los ingresos de los trabajadores registrados. Así en el caso de los asalariados registrados, el índice de la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (Ripte) hasta septiembre pasado, comparado frente a igual mes de 2015, ya había registrado una reducción del 19,9% en términos reales (descontada la inflación), lo que ha generado una pérdida del poder adquisitivo por parte de esos trabajadores que equivale a unos $11.000 mensuales de hoy.
Todo esto explica que el número de personas que han caído por debajo del llamado índice la pobreza haya pasado del 28,7% en 2015 a un estimado del 38%-40% para este año, más de 10 puntos porcentuales sobre un total incrementado de población en estos 4 años. Lo que aún es más grave económica y socialmente, es que a más de la mitad de esa población caída en la pobreza ya no les alcanzan los ingresos siquiera para cubrir la canasta mínima alimentaria: el número de indigentes ya llega en 2019 al 22,3% de la población de todo el país, afectando en mayor proporción a los chicos de 0 a 17 años donde la tasa de indigencia llega este año al 30,1% de los mismos, teniendo en cuenta los últimos datos de la Universidad Católica Argentina (UCA).
Además el gobierno de Macri muestra récords en materias como la inflación, el endeudamiento y las elevadas tasas de interés, lo mismo que en la caída del crédito y reducción de la inversión, dejando tierra arrasada en todo el país. Los pocos datos que aquí consignamos sobre la destrucción y precarización del empleo, y en consecuencia de los ingresos, son el resultado de la mayor explotación y opresión de la mayoría de los que habitamos este suelo agravada por la política oligárquica proimperialista del gobierno de Macri. Política que, con su llamada “inserción en el mundo”, nos ha subordinado aún más a un mundo regido por un pequeño número de grandes potencias imperialistas que explotan y oprimen directamente a sus trabajadores y productores e indirectamente a los de la mayoría de los países convertidos en dependencias comerciales, financieras y políticas de esas potencias que se disputan el dominio de todo el mundo. Eso sí ahora ya no se nos llama “países subdesarrollados” sino “países en desarrollo”, para encubrir el verdadero carácter de la relación y el daño que provocan al desarrollo de nuestras economías, y por tanto a los que aquí vivimos, el latifundismo y la dependencia de los imperialismos. Todo esto para mayor beneficio de esos imperialistas y de un pequeño grupo de grandes terratenientes y monopolistas asociados a ellos, también en nuestro caso disputando el dominio del país.
Hoy N° 1794 04/12/2019