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04 de November de 2015

Luego de 12 años, se va Alperovich de la Gobernación. Asumió con un presupuesto de 2.000 millones anuales que se fue incrementando hasta llegar a los 34.000 millones este año.

Alperovich se va, los problemas quedan

Esta política favorece a los dueños de ingenios y a los megacañeros

 

 
Alperovich comparó su gestión en forma indirecta con la de Julio Miranda (el anterior gobernador), cuando afirmó muy suelto de cuerpo que “Tucumán volvió a ser el jardín de la República”, sin reparar que fue Miranda el que lo puso primero como su ministro de Economía, cuando José Jorge, siendo un tapado del Partido “Comunista” militaba en el radicalismo, y luego lo puso en camino para ser gobernador. Sin reparar tampoco en que él fue quien ayudó al anterior gobernador a llevar esta provincia a la lamentable situación de los chicos que se morían de hambre y sin tener en cuenta que su gobierno manejó más de 140.000 millones de pesos. Sin embargo en el verano pasado media provincia se inundó por falta de obras de infraestructura. Tampoco se tomaron medidas para generar trabajo genuino liderando esta provincia el ranking del trabajo en negro con un 45,3% de informalidad.
El gobierno no hizo nada para proteger a los trabajadores azucareros ni a los pequeños y medianos productores. Dejó hacer lo que quisieron a los poderosos dueños de ingenios y a los megacañeros, como siempre lo hicieron los gobiernos de esta provincia. Por eso hoy la falta de un planeamiento estratégico tanto en la oferta como en la demanda, la caída de los precios internacionales y el enorme stock de azúcar, están poniendo en crisis a esta producción y como siempre los de arriba buscan descargarla sobre las espaldas de los trabajadores y de los pequeños y medianos productores cañeros. 
 
Crisis en la producción azucarera
La producción azucarera, una de las principales actividades económicas de Tucumán, representa el 46% de su PIB agropecuario y el 8% del PIB provincial. Es la actividad que genera más empleo en la provincia, donde trabajan más de 30 mil personas en forma directa, y unas 60 mil personas en forma indirecta giran alrededor de esa tarea. A su vez, hay 15 Ingenios que reciben la materia prima de 6.367 productores de caña de azúcar, de los cuales 4.193 (el 65,8%) son muy pequeños, con menos de 10 hectáreas cultivadas, sumidos en una crisis que podría ser terminal ya que les cuesta más la cosecha y el flete al Ingenio que el azúcar que cobrarán por su caña. Además, en muchos casos se entrega la producción y se siguen debiendo cuentas anteriores.
 En Tucumán hoy no existe otra actividad que pueda reemplazar en 290 mil hectáreas a este cultivo, y generar tanta mano de obra directa e indirecta como lo hace la producción de azúcar, por eso es imprescindible tomar medidas urgentes que resuelvan esta situación a favor de los trabajadores, los productores y el pueblo tucumano.
Las crisis azucareras por sobreproducción sucedidas desde fines del siglo 19 hasta la actualidad, siempre se resolvieron descargándolas sobre las espaldas de los obreros azucareros, de los pequeños y medianos productores cañeros y del pueblo.
Toda la vida los ingenios vivieron amenazando con las famosas “convocatorias de acreedores” para que los gobiernos corran presurosos a otorgarles créditos que nunca devuelven. Toda la vida los dueños de Ingenios en esta provincia superexplotaron a sus obreros y estafaron a los productores en el peso de la caña y en su rendimiento. 
Por eso hoy junto con una mejora sustancial de los salarios y las condiciones de trabajo de los asalariados, se debe otorgar financiamiento a los productores para que los cañeros no malvendan el azúcar con la que los ingenios les pagan por la caña. No tengan que malvender su tierra terminando en una villa miseria de una gran ciudad. Por eso es urgente en este momento instrumentar una ley nacional para planificar y regular la producción y comercialización del sector ya que la acumulación de excedentes en el mercado, es una de las causas de los bajos precios del azúcar en el mercado interno perjudicando a los pequeños y medianos productores fundamentalmente. 
Junto con eso y frente al incremento de la producción de caña se puede destinar más caña para producir alcohol si se aumenta el porcentaje de mezcla del programa Bioetanol, pasando del actual 10 por ciento al 12 por ciento de uso de alcohol obligatorio en las naftas y generando las condiciones para un mayor desarrollo de los biocombustibles en el país. 
Estas medidas las tomaría inmediatamente un verdadero gobierno popular. Pero hoy al gobernar los que siempre favorecen a los más poderosos, es necesaria la unidad de los obreros, los cañeros y el pueblo para arrancarle al gobierno las medidas inmediatas que se necesitan para defender el trabajo y la producción.