El coordinador de la CCC comenzó diciendo que “estamos junto a la clase obrera que en todo el mundo está enfrentando esa crisis de sobreproducción del sistema capitalista-imperialista, que quieren descargar sobre las espaldas de los trabajadores y los pueblos del mundo”, para asegurar que acá en la Argentina esto se hace con el ajuste brutal que estamos enfrentando.
El coordinador de la CCC comenzó diciendo que “estamos junto a la clase obrera que en todo el mundo está enfrentando esa crisis de sobreproducción del sistema capitalista-imperialista, que quieren descargar sobre las espaldas de los trabajadores y los pueblos del mundo”, para asegurar que acá en la Argentina esto se hace con el ajuste brutal que estamos enfrentando.
Destacó Ardura el intenso trabajo político y gremial de la CCC, la CTA y sectores combativos de la CGT –de más de dos meses en cada lugar de trabajo de la ciudad y el campo–, para concretar el paro del 10 de abril, partiendo de las necesidades de los trabajadores, paro con el que enfrentó el ajuste del gobierno, y también el pacto de gobernabilidad del conjunto de las clases dominantes. “La clase obrera tuvo que hacer enormes esfuerzos frente a los que querían dividir a las distintas CGT entre sí, a ellas de la CTA, de los clasistas. Pero un solo paso de la clase unida vale más que un millón de palabras. Hay que pelear la unidad de la clase y por abajo una línea de hegemonía clasista para que encabece, recuperando los cuerpos de delegados”.
Destacó el programa político del paro, las reivindicaciones de cada sector y las medidas de fondo para mostrar que es posible otro camino.
Luego Ardura se explayó sobre cómo la clase obrera se hace cargo de “un problema que agobia al pueblo, que es la llamada inseguridad y la droga”. Y destacó que a los clasistas no nos es indiferente este problema, por eso “además de pelear contra el impuesto a las ganancias, por el 82% móvil para los jubilados, por aumento de salarios y de planes sociales, y contra la precarización planteando una ley de emergencia contra los despidos y suspensiones, debemos abordar la inseguridad”. Denunció que esto viene ligado a los narcotraficantes y al problema de las adicciones, que afectan a miles de jóvenes. Afirmó que “esto lo generó una cúpula de comisarios, de jueces y de políticos”, y que el Estado no está “ausente”, sino que “el Estado es el promotor del más grande negocio que se está haciendo con la llamada seguridad privada en la Argentina”, y que el Estado es parte de los carteles de la droga. Frente a esto, Ardura afirmó que la clase obrera tiene un solo camino, que no es pedir más policías ni mano dura para judicializar a los pobres, sino mano dura para los narcotraficantes y sus cómplices, organizándose porque “nos metieron la droga en las fábricas”. Remarcó que la clase obrera tiene que abordar este tema en profundidad, “y por izquierda, porque este pueblo no quiere ir por derecha”. Ardura finalizó convocando a las movilizaciones de la CTA del 8 de mayo, y a la de la CGT del 14, con el objetivo de preparar el paro de 36 horas, uniendo todo lo posible de ser unido.
