El 8 de agosto se cumplen 44 años del secuestro de los compañeros Ángel Manfredi y Ana Sosa.
Fueron secuestrados de la Colonia 1 del Ingenio Concepción con camionetas de esa empresa, por tropas del ejército.
Ellos estaban organizando el Día del Niño, como parte de la resistencia a la dictadura.
Los restos de Ana fueron encontrados en el Pozo de Vargas. Un pozo de agua que fue utilizado por los genocidas de la dictadura que asoló nuestro país del 76 al 83, como una fosa común para esconder para siempre una parte de los miles de asesinatos perpetrados por los criminales represores en su afán de aniquilar cualquier indicio de resistencia a su política a favor de los más poderosos: los terratenientes, los imperialistas, los grandes monopolios.
Hasta fines de julio de 2016 un total de 78 cuerpos ya fueron identificados en ese pozo y sigue saliendo a la luz el horror, la verdad todavía negada cobardemente por los asesinos y sus cómplices. Ahí están los secuestros, las torturas, los crímenes y todos los horrores dando un testimonio irrefutable, estremecedor de lo que fue esa dictadura.
Pero también ahí está gran parte del testimonio de la lucha por memoria, verdad y justicia de muchos revolucionarios y organizaciones populares que exigieron, exigen y seguirán exigiendo cárcel común perpetua y efectiva a todos los genocidas.
Ángel Manfredi era un joven obrero ferroviario de los talleres de Tafí Viejo. Era parte de esos jóvenes obreros que estudiaba en la universidad, dentro de la cual fue dirigente estudiantil. Despedido de los talleres por su militancia política y gremial, fue parte de los fundadores de las agrupaciones clasistas 1º de Mayo, antecesoras de la CCC, junto a René Salamanca. Fundador del PCR en Tucumán, miembro de su Comité Central y secretario de la zona hasta el momento de su secuestro.
Ana Sosa era pedagoga, militante estudiantil primero, luego docente formadora de docentes. Participó de la creación, junto a otros intelectuales y profesionales, de la Primera Escuela de Psicología Social Enrique Pichón Rivière en Tucumán, trabajaba en la Escuela Normal Juan B. Alberdi de Tucumán y en la escuela Normal de Simoca, fundadora del PCR en la provincia. Integraba su Comité Zonal al momento de su secuestro y desaparición.
Compañeros Ángel y Ana ¡hasta la victoria, triunfaremos!
Escribe Juan Rodríguez
Hoy N° 1826 05/08/2020
