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08 de January de 2014

Trabajadores de la yerba de Misiones, reclamaron con cortes de ruta, el cobro de la asignación interzafra y asistencia alimentaria para las fiestas de fin de año.

Año nuevo amargo pero en lucha

Tareferos de Oberá, Misiones

El 23 de diciembre se logró la unidad de varias agrupaciones para reclamar juntos por los salarios injustamente retenidos por la Anses por estafas de patrones. Son juicios ganados por los obreros, pero la Anses no acepta el fallo e intenta negociar hace años miserables devoluciones que no son aceptadas por los trabajadores que hicieron el juicio; algunos de ellos ya fallecieron. 

El 23 de diciembre se logró la unidad de varias agrupaciones para reclamar juntos por los salarios injustamente retenidos por la Anses por estafas de patrones. Son juicios ganados por los obreros, pero la Anses no acepta el fallo e intenta negociar hace años miserables devoluciones que no son aceptadas por los trabajadores que hicieron el juicio; algunos de ellos ya fallecieron. 
El reclamo es por el cobro de la asignación interzafra de $1.100 por 4 meses, que quedó accesible sólo para aquellos que tienen dos recibos en blanco y a su vez no son beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo. Solución encontrada por los cerebros supuestamente “nacionales y populares” del gobierno para dejar afuera del ingreso a más del 90% de los 15.000 tareferos. Al mismo tiempo se reclamaba una asistencia alimentaria para las celebraciones. 
Es así que de común acuerdo las agrupaciones, con apoyo de la CCC y otras organizaciones, salieron a la ruta el 23 de diciembre y lograron tras 10 horas de corte negociar una ayuda de emergencia de $200 para cada compañera y compañero en la ruta. 
Al sábado siguiente se hizo una reunión con almuerzo comunitario en el barrio obrero y se conversó sobre la posibilidad de continuar unidos en el reclamo en la semana siguiente. La situación de hambre y miseria es desesperante en las familias. El gobierno, en tanto, operó con sus “enviados” y llamados telefónicos a dirigentes amigos para quebrar la voluntad de algunas organizaciones. Lo logró con algunos dirigentes pero, a pesar de ello el 30 de diciembre cerca de 200 compañeros (mujeres y hombres) con las mismas banderas y acompañados por sus familias volvieron a cortar la ruta Nacional 14 en espera de soluciones ante la desesperante situación. 
Nada fue fácil: la policía hostigando, la gendarmería amenazando, algunos provocadores que atropellaron la barrera. Pero el corte se mantuvo firme todo el día con temperaturas de 40°C. Se contó con apoyo de gremios amigos, comerciantes solidarios, docentes para cocinar la olla del mediodía y paliar la sed. Hacia la noche no se había tenido ningún contacto con los funcionarios de la provincia ni de la municipalidad. Es así que se resuelve una marcha de 5 kilómetros en la tarde desde el km 3 del corte al km 8 (entrada a Oberá). En ese camino por la Ruta 14 se pasó por dos grandes supermercados, cuyos dueños temerosos y a instancias de la policía cerraron sus puertas creando una situación que se extendió al centro de Oberá con el cierre de grandes negocios, ante la propaganda sobre supuestos saqueos. 
Nada pasó y fue desmentido por los marchantes. “Sí a la lucha no a los saqueos”, fue la consigna, y ello dio la vuelta por los medios y, gracias a periodistas comprometidos con la verdad y personas y comerciantes solidarios, un importante grupo decidió pasar la noche al costado de la ruta. Se cocinó y se recibió la solidaridad popular para la comida y el agua. No hubo respuesta ni contacto con el Ministerio de Desarrollo Social, que mediante sus funcionarios en forma irónica hacían llamados tratando de disolver la lucha. Los dirigentes traidores hacían declaraciones radiales descalificando la lucha por “desorganizada y no representativa”. Atacaban fuertemente a la CCC tratando de dividir el frente de lucha de varios grupos de tareferos. 
Se impuso la firmeza empujada por la lucha contra el hambre y la injusticia ante la insensibilidad del gobierno. Se cortaron así las cuatro rutas de ingreso a la Terminal de Buses y la Ruta Nacional 14 desde la mañana. Se contó con la solidaridad de muchas personas del pueblo de Oberá, de comerciantes con galletitas, pan, agua, del ATE, CTA, de la CCC, etc. que acompañaron desde la noche y todo el día la protesta. Recién a las 16 hs del 31, cuando ya se decidía una marcha hacia el centro de la ciudad para hacer un acto, se presentó el jefe policial con una propuesta. Luego de negociaciones se acordó la entrega de 2 pollos por persona, un bolso de mercadería ($200), y uno de golosinas para los chicos ($90), como condición para levantar provisoriamente la medida. Pobre cosecha ante tanta necesidad y dura lucha. Pero eso no bajó el ánimo sino que redobló la bronca y la decisión de organizarse y unirse para seguir la lucha. Ya al final se acercó un diputado del Frente para la Victoria, “opositor” al gobierno provincial que se comprometió a gestionar soluciones. Pero la desidia y mala leche de los funcionarios no terminó allí ¡Recién a las 23.30 del 31 comenzó la distribución de los víveres!
 
Impuestazo a la yerba
Hacia fin de año el gobierno de Closs hacía conocer un impuestazo a toda la población, aumentando la alícuota del Impuesto a los Ingresos Brutos del 20% (llevando al 3 y 4% la carga). En especial creó una tasa del $0,33 a cada kilogramo de yerba verde para la elaboración de yerba canchada y molida. Ello significa que el gobierno obtendrá sobre el trabajo de miles de obreros y productores un ingreso de no menos de 280 millones de pesos. Todo para arrimar fondos ante el desbarajuste de las finanzas provinciales con la fiesta de millones en obras (plazas, faros, cruces, hoteles, contrataciones de artistas, fuegos artificiales millonarios, etc.), para sus negociados con el turismo y las obras de la “sociedad de negocios” de Closs-Rovira que gobierna Misiones. 
Mientras tanto sigue sin terminar el Censo de Tareferos que realiza la Universidad y que no tiene financiamiento desde hace 3 años. Y lo más grave no aplica el Convenio de Corresponsabilidad Gremial que llevaría a un paulatino blanqueo de todos los tareferos, y que fuera aprobado por todas las entidades de los productores incluso en sus formas operativas (sistema y formas de descuento, etc.). 
Claro, esa pequeña carga sobre el precio de la yerba (que implicaría el Convenio de Corresponsabilidad) hubiera beneficiado directamente a miles de tareferos y sus familias, víctimas de una explotación similar a la de los mensúes de principios de siglo ya denunciada por Ramón Ayala en su inolvidable canción de hace más de 50 años. 
Es una vergüenza, pues sólo con $50 millones se podrían solucionar la interzafra para los tareferos. Pero eso no pasa por la cabeza de nuestros gobernantes.
Los sectores populares, organizaciones sociales, agrupaciones, sindicatos, partidos, etc. bregamos para reagruparnos por otro modelo de provincia y de país. No nos conformamos y seguiremos por la unidad y la lucha.