La semana pasada se realizó la segunda reunión de la Comisión Nacional de Emergencia y Desastre Agropecuario (CNEyDA) en la cual participaron dirigentes del sector y el ministro de Agricultura Norberto Yahuar. De la misma fueron parte los vicepresidentes de la Federación Agraria Argentina (FAA), Curras y Gianassi.
La semana pasada se realizó la segunda reunión de la Comisión Nacional de Emergencia y Desastre Agropecuario (CNEyDA) en la cual participaron dirigentes del sector y el ministro de Agricultura Norberto Yahuar. De la misma fueron parte los vicepresidentes de la Federación Agraria Argentina (FAA), Curras y Gianassi.
En un comunicado posterior la FAA reclama que se implemente un fondo extraordinario para hacer frente a la situación crítica de miles de productores y que se prorroguen los vencimientos que los pequeños y medianos productores tienen con los impuestos de la AFIP y con el Banco Nación, al mismo tiempo exige que se suspendan las retenciones a los productores más chicos. La Comisión volverá a reunirse el 26 de enero próximo y respecto a los alcances y gravedad de la sequía se dice que para la reunión se tendrá un informe del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).
De esta reunión un dirigente de la FAA de la provincia de Buenos Aires dijo que el ministro “tiró la pelota afuera” y que manda a los productores a que arreglen con los bancos cuando lo que se necesita es que se “asista con sistemas financieros extrabancarios a los productores, contratistas y prestadores de servicios”, porque los productores no pueden ir al banco “ni a disfrutar del aire acondicionado” y agregó que “con las postergaciones e indecisiones se le está dando el tiro de gracia a los chacareros que quedan”.
El gobierno sigue concentrando
En los días previos Eduardo Buzzi, presidente de la FAA, manifestó a Radio Continental, que la sequía “es el detonante de los problemas que teníamos antes como cambios tributarios o retenciones, se han perdido más de 3 mil millones de dólares(…) y que el gobierno sigue “construyendo el relato para que la gente crea que están ayudando, como los $15 millones para el norte de Santa Fe”(…) con esta política sólo le cierran los números al productor de gran escala”, en tanto que un productor chico de 1.000 quintales está dejando $50 mil de retenciones por cada 100 toneladas”, y destacó que si se deja ese monto de dinero a los pequeños productores la realidad de los pueblos sería otra en medio de la sequía. Finalizó diciendo que el gobierno “sigue concentrando con la idea de que queden no más de 1.500 empresas sembrando toda la Argentina”.
Están expresadas de este modo dos maneras de hacer frente a la sequía que azota a la zona núcleo de la producción de cereales, oleaginosas y carnes del país, como así también a la de algunas economías regionales, sin que hasta el momento la política oficial responda a la gravedad de la situación con medidas urgentes como las que reclama FAA y otras organizaciones representativas de los pequeños y medianos productores.
Ante la gravedad de esta sequía que en caso del maíz perdió entre el 70 y el 75% de la producción y en la soja por lo menos el 30%, tratar a todos los productores con la misma vara es desconocer la realidad en el campo, tal como se hizo en ocasión de la Resolución 125, donde metieron en la misma bolsa a los grandes terratenientes, monopolios exportadores, pooles se siembras o fondos de inversión con productores de 30, 50, 100 o 200 hectáreas. Esta vez el gobierno llega hasta algunas prórrogas de intereses o impuestos, cuando muchos no tienen para pagarlos, están endeudados con los costos de la siembra y con perspectivas de mayor endeudamiento o quiebra.
La gravedad del fenómeno de la sequía es peor que la vivida en la campaña 2009/2010. En esta ocasión tocó relativamente también a algunos pooles y fondos de inversión, cuyas pérdidas o escasos márgenes de ganancias, en ese momento, fueron absorbidos por las enormes ganancias logradas durante los años 2003/2008. Para estos sectores es posible la negociación con los bancos o la AFIP, y ya se escuchan voces de sus representantes que piden que se los asista con créditos a tasas subsidiadas del tipo de los Créditos del Bicentenario, que se pagan con intereses del 9% anual. Un síntoma de esta situación es la crisis financiera de la empresa rosarina de negocios agropecuarios conocida como Compañía de Tierras, que según algunos informes de estos días acumula un pasivo con bancos y financieras por más de $20 millones y cuyos inversores no podrán cobrar el 20% de las ganancias prometidas por la abrupta caída de los rindes.
Programa de emergencia
Ante ello teniendo en cuenta que el gobierno sacó de la producción agropecuaria recursos por varias decenas de miles de millones de dólares durante sus nueve años de gestión, un programa básico de emergencia para evitar que la sequía agrave la crisis y para que ésta no la paguen los sectores populares del campo, el gobierno debería resolver:
1. Subsidios a través de un Fondo Extraordinario de Emergencia de por lo menos 3 mil millones de dólares, sin reintegros para los pequeños y medianos productores de la zona afectada de hasta 300 toneladas en el caso de la soja de la zona núcleo y sus equivalentes de zonas marginales y otras producciones de las economías regionales, que permitan pagar deudas y atender las necesidades de subsistencia de sus familias.
2. Eliminación inmediata de las retenciones de los productores de hasta 300 toneladas en el caso de la soja en la zona núcleo y sus equivalentes en zonas marginales y para la producción de otros cereales y oleaginosas.