En la historia reciente: ¿De dónde venimos y hacia dónde queremos avanzar?
El conjunto de las y los docentes, auxiliares y la comunidad educativa, fuimos parte de las extraordinarias luchas que se dieron durante el gobierno de Macri y Vidal, enfrentamos una política que atacó y degradó a la escuela pública con declaraciones descalificadoras del propio presidente. Al mismo tiempo, tomaba medidas como la suspensión de obras de construcción y mantenimiento escolar que, entre otras cosas, significaron la explosión de la EP 49 del distrito de Moreno con el fallecimiento de Sandra y Rubén.
En línea con las expresiones que recientemente se hicieron públicas elogiando a la Gestapo -la policía secreta nazi- atacaron a los gremios sugiriendo la desafiliación, persiguieron a docentes y a sus dirigentes, invitaron a realizar denuncias contra los trabajadores de la educación, pretendieron reemplazarlos con “voluntarios” los días de paro, implementaron sumarios, etc. Además de pretender liquidar la estabilidad de los empleados públicos y atacaron al Astillero Río Santiago, emblema de la defensa de la soberanía nacional.
Asimismo, con esa práctica de tomar muchas medidas, algunas simultáneas para avanzar con sus políticas antipopulares, cerraron cursos y carreras, sacaron de las escuelas a los Equipos de Orientación Escolar, intentaron cerrar escuelas, achicar planes de estudio, pretendieron convertir en monotributistas a los docentes de Educación Física y Artística, etc. Tenían en carpeta la modificación de nuestro sistema jubilatorio al que calificaban como “régimen de privilegio” quedándose así con nuestros aportes al IPS, y, como no podía ser de otra manera, devaluaron de manera significativa el salario docente en un marco donde nos hacían responsables de la baja calidad educativa.
Luchamos contra todo esto y al mismo tiempo fuimos entendiendo la extrema gravedad de lo que podían significar 4 años más de esta política. Respetuosos de las distintas opiniones de las compañeras y compañeros y sin pretender una posición monolítica de nuestra agrupación, desarrollamos argumentos para definir a esa posible continuidad como el problema principal a enfrentar.
Por esa razón, derrotado el macrismo en 2019, con el nuevo gobierno entendimos que se daban mejores condiciones para luchar por la recuperación de la Escuela Pública, los derechos de nuestras alumnas y alumnos, sus comunidades y por el salario y mejores condiciones laborales para los docentes.
Luego vino la pandemia, situación mundial que agravó todos los problemas de los sectores que ya venían castigados. Parados desde estos sectores, entendimos que se tomaron medidas acertadas, algunas fueron necesarias pero insuficientes y otras que se debieron tomar, pero nunca llegaron.
Para atender las emergencias sociales, económicas y educativas que se profundizaron, nos dispusimos a mantener y fortalecer el vínculo con los estudiantes, buscar de distintas maneras cierta continuidad educativa, repartir bolsones de mercadería, etc. Allí fuimos construyendo un pliego de reivindicaciones que partían de nuestra sensibilidad y la demostración concreta de que en estas condiciones tan difíciles y a pesar de todo nuestro esfuerzo, una parte muy importante de las alumnas y alumnos no estaban contenidos.
No se podía sostener la educación presencial, que se demostró imprescindible e infinitamente más igualitaria. Entonces, al tiempo que era urgente una campaña de vacunación masiva para lo cual de manera muy acertada se dispusieron nuestros locales sindicales como vacunatorios, reclamamos con fuerza la resolución de la conectividad tanto para estudiantes como para docentes con la distribución de netbooks, el servicio gratuito de Internet y la generalización del reparto de alimentos a la totalidad de la matrícula. También apareció con fuerza la necesidad de las becas para aquellos estudiantes más vulnerables, muchos de los cuales dejaron la escolaridad para aportar económicamente a sus familias.
En paralelo reclamamos avanzar en la solución de los problemas de infraestructura de las escuelas, preparándonos para la vuelta a clases en condiciones más seguras, en tiempos donde varias cuestiones referidas al Covid 19 no se conocían tanto.
Al implementarse el trabajo en “burbujas” reclamamos la rápida designación de los suplentes de los docentes dispensados y la conformación de la pareja pedagógica para que fuera atendida la totalidad de la sección o curso, tanto la burbuja que asistía a la escuela como aquella que debía conectarse desde la virtualidad.
Algunos de estos reclamos como la vacunación, las obras en las escuelas y cierto aumento del Servicio Alimentario fueron atendidos, otros no. Esas faltas de respuestas sumadas a una tremenda campaña de los medios de difusión hegemónicos, puso en puja la bandera de la defensa de la educación que buscó ser capitalizada a favor de la derecha macrista.
Semejante protagonismo docente frente a la pandemia, merecía una participación en la elaboración del pliego de reivindicaciones de nuestro gremio. Reafirmamos una vez más que todos estos puntos surgieron (en los territorios donde las impulsamos) de las reuniones de delegados periódicas, herramienta fundamental para ajustar la línea de una conducción gremial a las necesidades que se plantean desde las escuelas. Esa actitud de servicio que tuvieron las y los docentes, ameritaba también la consulta democrática, escuela por escuela (como alguna vez se practicó en el Suteba), cuando en paritarias surge una propuesta salarial del gobierno. Claro que son bienvenidas estas propuestas, pero deben ponerse a consideración del conjunto, máxime cuando el salario docente ha perdido tanto poder adquisitivo.
A noviembre de 2021 la Canasta Básica Total (CBT) para una familia tipo está en $74.000 mientras que un maestro de grado que recién se inicia cobra $52.500 y un preceptor tiene un salario de $45.400. Ni siquiera llegan a la CBT los cargos de MG y PR con máxima antigüedad.
Hay toda una discusión respecto a cómo impedir que ese sector de derecha que ataca a la escuela pública avance en sus objetivos de recuperar terreno. Ese sector utiliza de manera cínica y oportunista los reclamos legítimos que no se resuelven.
Desde la Agrupación Azul y Blanca del Suteba entendemos la gravedad de que esto ocurra y por eso queremos un sindicato consolidado, con el protagonismo de los y las docentes.
Tenemos que resolver, a partir de esa práctica democrática, fundada en las reuniones de delegados, todas estas cuestiones. Así, con independencia de los gobiernos, fortaleceremos a nuestro gremio si tomamos y reclamamos a fondo por las necesidades de los alumnos, alumnas, sus comunidades y docentes. No somos indiferentes a las políticas que se aplican. Apoyamos las medidas a favor de estos sectores y reclamamos con autonomía aquellas que no llegan y son necesarias.
Sabemos el daño que ocasionó en nuestro sector la derecha reaccionaria y lo que puede significar su avance. También contemplamos la situación tan grave que significa la pandemia. Pero esas medidas que reclamamos y que son urgentes sólo serán posibles si resolvemos el problema central de la deuda externa de manera soberana. Suspender el pago, investigar pagando lo que verdaderamente se debe, desechando los fraudes y estafas, como por ejemplo los U$D 44.000 millones para la fuga de capitales que el FMI le entregó a Macri, estafa que hoy pretenden cobrar.
El gravísimo problema de la deuda externa es un problema que hiere y perjudica a todas las generaciones del pueblo argentino y a las que estén por venir.
Nosotros podemos decir que si esto no se resuelve correctamente, no habrá presupuesto suficiente para la recuperación de la escuela pública, con todas las necesidades de los estudiantes resueltas, con todos los cargos necesarios, sin desempeños precarios, a término como los que hoy tenemos, con horas Institucionales y/o con la creación de nuevos cargos estables y con plenos derechos, con edificios dignos, equipamiento y herramientas, con salarios que se aproximen de manera creciente al valor de la canasta familiar para un solo cargo. Y fundamentalmente con la recuperación de la gran cantidad de alumnas y alumnos que no pudieron tener continuidad educativa durante la pandemia y aún no han vuelto a las aulas.
Una escuela pública cuya línea organizativa vaya desde los niveles iniciales a los superiores cumpliendo en cada caso con la educación que una Argentina independiente necesita, con una escuela pública conformada sobre el protagonismo democrático de las y los estudiantes, sus docentes y la comunidad educativa.
Desde estos conceptos, de cara al año que se inicia y con todos los desafíos que presenta la necesidad de cumplir con lo adeudado al pueblo argentino en salud, educación, tierra, techo, trabajo, salario y vida digna, desde la Agrupación Docente Azul y Blanca de la provincia llamamos a las y los docentes a conformar la más amplia unidad para las elecciones del Suteba con el objetivo de cerrarle el paso a la derecha reaccionaria encarnada por el macrismo y sus aliados, partiendo de profundizar aquello que nos acerca y debatir democráticamente de cara a las bases docentes las diferencias, en camino a esa unidad hoy más necesaria que nunca.
Hoy N° 1897 19/01/2022