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24 de April de 2024

Debemos abrazar la lucha por una paz justa y duradera

Argentina y América Latina frente al conflicto de Medio Oriente

Reproducimos extractos de una nota de Luciano Orellano, integrante del Foro por la Recuperación del Paraná, del Encuentro Federal por la Soberanía y miembro del Comité Central del PCR, publicada en infosoberana.com.ar.

El 13 de abril centenares de misiles balísticos, de crucero y drones fueron lanzados desde Irán a Israel, todos quedamos impactados y sorprendidos. Nuevamente la preocupación recorría el mundo, ¿estamos frente a una nueva guerra mundial? ¿O es esta la antesala? ¿Guerras que son ensayos de otras guerras que vendrán? ¿Qué respuesta producirán estas acciones? ¿Cuál debe ser nuestra posición frente a todo esto? ¿Qué posición debe tomar la Argentina? Quedamos sacudidos frente al impacto de una nueva escalada bélica que abre preguntas e incertidumbres sobre los tiempos que corren, lo que sí podemos afirmar es que estamos viendo guerras híbridas, asimétricas y convencionales que nos interpelan cotidianamente. Todos los días somos testigos de nuevos conflictos que no sólo agudizan guerras en diferentes regiones y partes del mundo, sino que también van delineando bloques que preanuncian el peligro de una nueva guerra imperialista…

Más allá de las distintas e históricas disputas nacionales, democráticas, territoriales y religiosas que caracterizan la región hay que ubicar que lo que verdaderamente está en juego y lo que la pone en el centro de la escena mundial es su ubicación geográfica estratégica, su reserva y producción de petróleo y gas y particularmente su saldo exportable, que convierten a esta zona en la principal proveedora del mundo de estos productos.

 

Alineamiento y claudicación

El presidente Javier Milei dice que sus aliados son Estados Unidos e Israel. Una de las cosas que esconde defendiendo este realineamiento desde el mundo occidental es que su alianza es también con Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, es decir con la potencia imperialista que hoy usurpa y coloniza parte de nuestro territorio. Es de destacar que, lejos de la falsa “amistad” pretendida infantilmente por el presidente, tanto Estados Unidos como Israel, nunca se pronunciaron a favor de Argentina en su reclamo por las Islas Malvinas. Por el contrario, mantienen la alianza de ocupación por parte del Reino Unido de Gran Bretaña/ OTAN y pretenden el control y la militarización de nuestro Atlántico Sur, que les garantiza el tráfico y el control interoceánico.

Durante el gobierno de Menem, Argentina abandonó la política histórica y justa de Tercera Posición, que había caracterizado la neutralidad de nuestro país. Selló sus relaciones carnales con los Estados Unidos, y nos involucró en un conflicto que no nos pertenecía, mandando tropas argentinas a la Guerra del Golfo en los ‘90. Conocidas son las consecuencias que produjo este alineamiento que parte de nuestro pueblo pagó con sangre.

Hoy, Javier Milei y el sector más reaccionario y fascista de su gobierno, quiere entrometernos en una guerra a gran escala, de la que no somos parte. El comunicado de la oficina del presidente de la noche del 13 de abril, la amenaza de romper relaciones con Irán, y la convocatoria de un Comité de Crisis para expresar el apoyo y colaboración con Israel, involucra a nuestro país de lleno en el conflicto. ¿Qué tiene que hacer un embajador de un país extranjero en una reunión de gabinete?

 

El mundo nos interpela… ¿Qué posición deberíamos tener?

Frente a la disputa por el nuevo orden mundial, Argentina debe rechazar cualquier orden que hipoteque o lesione su desarrollo independiente y unirse fundamentalmente a los pueblos hermanos de Latinoamérica para romper la cadena de la dependencia y el colonialismo. Unirnos con nuestros aliados naturales, los países hermanos de la patria grande, y particularmente con nuestros vecinos con los que compartimos fronteras. Si hay un legado que nos han dejado nuestros próceres de la Patria Grande es que la emancipación fue continental, es con ellos y no con ningún imperialismo que tenemos los principales intereses en común que hoy están en juego. Nuestra alianza estratégica debe ser con Paraguay, Brasil y Uruguay con los que compartimos nuestra defensa por la Cuenca del Plata y principalmente con Chile, porque el centro de la disputa se está desarrollando en el Pacífico y tenemos intereses comunes como los pasos bioceánicos y el control antártico. Tenemos una unidad, una causa común, está en juego nuestra integridad territorial, fluvial y marítima.

Nunca nuestra política puede ser la de la agresión constante, como viene haciendo el gobierno de Milei con Brasil, Bolivia, Colombia, México, y demás países hermanos, menos aún cuando siempre estuvieron y lo siguen haciendo en el reclamo supremo que tenemos que es la causa Malvinas ¡Hoy los necesitamos más que nunca!

La política de los imperialismos siempre fue la balcanización de esta Patria Grande, hoy más que nunca tenemos que pelear por la unidad de nuestros pueblos que representan nada más ni nada menos que lo que Laura Richardson, generala del Comando Sur detalla en una especie de “inventario”. Tomado de sus palabras: “las reservas de petróleo más grandes, incluidas las de crudo, ligero y dulce”; “los recursos de Venezuela también, con petróleo, cobre y oro”; “el triángulo del litio de Chile, Bolivia y Argentina”; “los bosques de la Amazonia que son los pulmones del mundo”; “tenemos el 31 por ciento del agua dulce del mundo en esta región”. Y agrega que a EE.UU. le “queda mucho por hacer” y que “esta región importa” ya que “tiene mucho que ver con la seguridad nacional y tenemos que empezar nuestro juego”, refiriéndose a la disputa geopolítica que mantiene con China y Rusia por estos recursos.

Nuestra política debe ser la de la unidad con los pueblos latinoamericanos, neutralidad y defensa de nuestra soberanía. Como lo hizo por ejemplo Hipólito Yrigoyen quien se opuso a entrar en el Primera Guerra Mundial (1914-1918), posición revolucionaria que fue consecuente con su política de defensa de la soberanía nacional impulsando la creación de YPF frente al control principalmente de los yanquis y la Standar Oil del petróleo argentino.

Durante la segunda Guerra Mundial (1939-1945) Argentina supo no involucrarse a pesar de las grandes presiones internacionales, luego, el presidente Juan Domingo Perón auspició una posición independiente y autónoma y así se lograron grandes avances para nuestro país en materia de comercio exterior, deuda externa, defensa y desarrollo científico nacional, entre otros apenas terminado el conflicto.

Es fundamental mantenernos en nuestra línea histórica, clara y firme de neutralidad y no entrometernos en guerras imperialistas, uniéndonos con nuestros hermanos americanos entendiendo que, si la dependencia es continental, también lo es nuestra emancipación. Los argentinos y los pueblos de América Latina y del mundo debemos abrazar la lucha por una paz justa y duradera, en contraposición a la paz de la sumisión y el sometimiento: esta pasa a ser la bandera de todos los pueblos del mundo y debe estar a la orden del día, oponiéndonos radicalmente a una guerra imperialista en la cual nada tenemos que hacer.

 

Hoy N° 2007 24/04/2024