Las tucumanas de los silbatazos, las que pelean por justicia por Marita Verón, las que enfrentaron la dictadura y sentaron en el banquillo al genocida de Bussi, trabajadoras, universitarias, amas de casa, profesionales, etc., todo un año trabajaron y fueron parte de una Comisión Organizadora, para recibir a miles y miles de mujeres de todo el país que viajaron para traer sus experiencias de luchas y de vida.
Un abrasador sol tucumano acompañó el clima festivo que dominó la apertura. Aunque muchos micros no habían arribado todavía, de a decenas fueron arrimándose frente al escenario principal, desde donde se fueron leyendo los saludos. Una carta enviada desde la cárcel por Romina Tejerina, hizo llenar los ojos con lágrimas al grito de la ya clásica “para Romina, la libertad”.
De este modo, fue subiendo el clima de la apertura que tuvo su momento más emotivo cuando unánimemente se aplaudió la llegada de las obreras de Terrabusi.
Hubo conmovedores aplausos para homenajear a dos luchadoras del movimiento de mujeres: nuestra querida Angelita Nassif, y Dora Coledesky (fallecida recientemente).
Las tucumanas nos dieron la bienvenida
Luego de varias jornadas con álgidos debates, la Comisión Organizadora, unida, subió al escenario y leyó el documento consensuado.
Así quedaba inaugurado el 24 Encuentro Nacional de Mujeres.
A continuación, subieron al escenario copleras de Tafí del Valle, El Mollar y Talapazo, que cantaron los sentires y alegrías del interior tucumano. Y para cerrar, cientos de mujeres entonaron Lunita Tucumana, recordando a Mercedes Sosa.
Por la tarde del sábado comenzaron a funcionar más de 200 talleres. Son corazón del Encuentro, el espacio donde se recupera la voz de las que no la tienen.
