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06 de December de 2011

El gobierno y los monopolios pretenden descargar la inflación y la crisis sobre el pueblo con la suba de precios, el “ajuste” de tarifas y el “techo” a los aumentos salariales.

Aumento de emergencia y tarifa social

Hoy 1398 / La hora política

1. Crisis, miseria y lucha

1. Crisis, miseria y lucha
La crisis devora a Europa y castiga a sus pueblos como conocimos en la Argentina. En Alemania, la locomotora europea, 400.000 personas viven en la calle y los cartoneros de acá son los botelleros de allá. En toda Europa se organiza el “No pago”: colarse en el subte, colgarse de la red eléctrica. Cada vez más van a los comedores gratuitos (en Alemania llegan al millón de personas). Muchas familias reemplazan la estufa a gas por leña y venden lo que tienen de oro. Hay trueque de cosas usadas. Intercambian servicios, por ejemplo: enseñar música por arreglo de canillas. Abandonan a sus mascotas: no las pueden alimentar. Al mismo tiempo, todos los días hay movilizaciones de indignados o huelguistas en numerosas ciudades.
 
En Estados Unidos, el movimiento “Ocupa Wall Street” mantiene a Washington, la Capital, llena de carpas, se ha extendido a todo el país con los sin techo, desocupados, gremios, y la izquierda. Madison, con un alcalde de derecha del “tea party”, tiene todos los edificios públicos tomados. Los “indignados” dicen: “Somos el 99%”, y golpean al 1% de banqueros y monopolistas que manejan la crisis descargándola sobre las masas.
 
En China, las huelgas y protestas masivas aumentan en respuesta a los despidos para reducir los costos ante la caída de las exportaciones a Europa, lo que llevó a una contracción de la industria. El máximo jerarca encargado de “la ley y el orden” reclamó “intensificar la labor policial” y “otorgar el seguro de desempleo”.
 
El agravamiento de la crisis económica mundial confirma el análisis que hizo el PCR desde su inicio: que iba a ser profunda, prolongada, y atravesaría por distantes fases. 
 
2. El ajuste acá
Las medidas de ajuste que el gobierno K ha comenzado a tomar demuestran que hizo piruetas para llegar a las elecciones con el discurso de que “el modelo era fuerte” frente a la crisis. Pasadas las elecciones cambió el discurso.
 
Ya se habían “fugado” 20.000 millones de dólares cuando el gobierno tomó medidas, aunque ninguna de fondo. Autorizó la suba de precios de los productos de la canasta familiar, aumentaron los alquileres, las tarifas e impuestos en casi todas las provincias, y comenzó a aplicarse el plan de eliminación de subsidios. La presidenta ahora habla del “reacomodamiento de precios”. Sabe que si los precios se “reacomodan” para arriba se llama inflación.
 
La eliminación de subsidios comenzó con los barrios que Cristina K definió como “conchetos”, y se va extendiendo, paso a paso. Pero, feta a feta se proponen llegar al recorte de $ 30.000 millones. No alcanza con los barrios “conchetos”. El ministro de Vido dijo, primero, que se iban a usar las planillas de la última suba de la tarifa eléctrica, tarifazo en el que solo quedó afuera el 11% de los usuarios de la Capital Federal y el Gran Buenos Aires. La preocupación de las masas por las tarifas lo obliga al gobierno a actuar con “sintonía fina”, por temor a la protesta.
 
Ahora de Vido dijo que iban a ser exceptuadas el 65% de las familias, pero el formulario para no pagar el subsidio exige ser indigente o pobre (ver pág. 4), lo que el Indec solo le reconoce a un pequeño sector del pueblo, pese a que en la realidad alcanza a cerca de la mitad de la población. 
 
3. Aumento de emergencia y tarifa social
Los monopolios con la suba de precios y el gobierno con el “reacomodamiento”, se preparan para las consecuencias de la nueva oleada de la crisis mundial, en el 2012. Con el techo a los aumentos salariales que negociaron el gobierno y los grandes empresarios, la crisis la pagan los trabajadores y el pueblo. Gobierno, monopolios y terratenientes “se reacomodan”, y los salarios de los trabajadores quedan desacomodados. Esto se discute en las fábricas y lugares de trabajo. Es lo que enfrentan los trabajadores rurales a los que el gobierno les recortó el aumento pactado con las patronales del 35,7% al 25%.
 
El gobierno habla de un techo salarial del 18% (los empresarios dicen 12 o 14%). Hablan de las paritarias del año que viene, no de la inflación de estos meses. En los trabajadores de empresas petroleras, la alimentación, estatales y docentes, desocupados y jubilados, crece el reclamo de aumento de emergencia y eliminación del impuesto a las ganancias en los salarios.
 
Frente al discurso del gobierno sobre el “reacomodamiento”, el movimiento obrero, el de mujeres y el pueblo, deben unir fuerzas para reclamar, en las calles, tarifa social para los trabajadores y el pueblo. Que el reacomodamiento lo paguen los monopolios y grandes terratenientes que se beneficiaron durante todos estos años.
 
Aparecen grietas en el gobierno que pueden ser aprovechadas por la lucha obrera y popular. En las filas sindicales, una parte de las direcciones está quejosa de que los dejaron afuera del pacto gobierno-empresarios. Otra parte forcejea porque teme al desborde de las luchas. 
 
4. Eslabones débiles
Uno de los eslabones débiles del “ajuste” es el salario de los estatales y docentes, y el presupuesto de salud y educación. Provincias como Buenos Aires ni siquiera presupuestaron aumentos en el 2012. La CTA debe ponerse a la cabeza de la lucha de estos trabajadores, lo que, además, es la principal condición para barrer a la CTA K del colaboracionista Yasky.
 
Otro de los eslabones débiles de la política oficial es tierra y techo para vivir y tierra para trabajar. Como se puede ver en las páginas de esta edición de hoy, es un movimiento combativo que crece ante la falta de respuestas de fondo del gobierno. Ante la crisis hay que alentar la producción, con propuestas como las de un millón de lotes y viviendas populares, y un millón de nuevas chacras. Todo lo contrario a lo que hace el gobierno con el ajuste, permitiendo la salida de divisas de los monopolios, y no cobrando impuestos a la especulación financiera y el juego, o cobrando casi nada a las mineras.
 
Hay acuerdo en la mayoría de las fuerzas que integran los frentes en los que participan el PCR y el PTP para impulsar la unidad para la lucha para que la crisis no la paguen los trabajadores y el pueblo sino los monopolios, terratenientes y banqueros que se beneficiaron estos años. Hay condiciones para seguir reagrupando a las fuerzas populares, y para la campaña por la personería del PTP y el fortalecimiento del PCR, sobre todo en los centros de concentración obrera.
 
A días del 10° aniversario del Argentinazo, con la crisis zamarreando al corazón del sistema imperialista, la voluntad de lucha de las masas enciende brasas que queman, como las de aquél diciembre del 2001.