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18 de January de 2011


Aumento de emergencia ya

Hoy 1352 / La hora política

1. El ejemplo tunecino

1. El ejemplo tunecino

Una gigantesca rebelión popular enfrentó durante un mes a la dictadura de Túnez, hasta derrocar al presidente Ben Alí y a su primer ministro (ver pág. 15). De la mano del régimen policíaco y corrupto de Ben Alí, los viejos imperialismos europeos renovaron su dominación: los monopolios franceses se adueñaron de 1.250 empresas, seguidos por los italianos, alemanes, ingleses, españoles y yanquis. Al estallar la crisis, esos imperialismos la descargaron sobre el pueblo tunecino. Creyeron que la derecha islámica podía seguir gerenciando el saqueo. Fracasaron. El levantamiento ganó apoyo en el norte de África y los pueblos islámicos. Hay quienes comparan la situación con la del este de Europa a la caída del muro de Berlín.

La rebelión tunecina vuelve a demostrar la inestabilidad del mundo sacudido por la crisis. Una crisis que ha traído grandes sufrimientos a las masas, y también, rebeliones y revoluciones. Hasta dónde llegarán los trabajadores y el pueblo tunecino, de Marruecos, Egipto, Medio Oriente, etc., dependerá de su voluntad de combate y de la maduración de sus fuerzas revolucionarias.

 

2. Los “modelos” de dependencia

Con Túnez cae otro de los “modelos” que levantaban los imperialistas para las naciones oprimidas. A Ben Alí lo calificaban de “discípulo ejemplar” del presidente francés Zarkosy. La presidenta, Cristina Kirchner, dijo en su momento que el presidente español era su “modelo”. Hoy España tiene el 20% de desocupación, y se arrodilla ante el Banco Central Europeo y el imperialismo chino buscando un “salvataje”.

Cristina Kirchner volvió a viajar a Egipto, Kuwait y Qatar, buscando negocios con países cuyos dirigentes son de la misma calaña que el derrocado Ben Alí de Túnez. No es que este gobierno rechaza las inversiones extranjeras, la diferencia con sus rivales es adónde las busca.

El resultado de estas “alianzas estratégicas” es que, según datos del Indec K, sigue cayendo el número de empresas nacionales entre las 500 “grandes”. La caída comenzó con la dictadura, siguió con el menemismo, la Alianza y Duhalde, y se ha agravado en los gobiernos kirchneristas: ya solo un tercio de esas 500 empresas son nacionales. Los monopolios extranjeros no han hecho inversiones importantes, pero han logrado que los subsidios estatales K crezcan el 345%.

Una consecuencia de la extranjerización de la economía es la crisis de la fruta en Río Negro. Los monopolios que manejan la fruta, descargan la crisis de sus casas matrices sobre los obreros rurales y empacadadores, con despidos y bajos salarios, y sobre los chacareros con el precio de sus productos. El gobierno mira para otro lado. Los obreros bloquearon las plantas de empaque y los productores realizaron tractorazos.

Lo mismo ocurre con el trigo. La política K beneficia a las cerealeras imperialistas y los grandes molinos (ver pág. 3). Esa política K volvió a juntar a la Mesa de Enlace en un paro de comercialización de una semana.

 

3. El “clamor” y las internas

El gobierno trata de calmar las “internas” de su fuerza con un “operativo clamor” por la reelección de Cristina Kirchner. Luego de negociaciones, la apoya discretamente Scioli: si la presidenta cae en las encuestas queda como relevo, y si no, apuesta a ser el candidato del 2015. Moyano le pide “el sacrificio” a CK, pero sigue al minuto el juicio en el que está cerca de ocupar la misma celda que Zanola. Aníbal Fernández se muestra eufórico con la reelección de la presidenta, mientras le quitan la Policía Federal, y las “cajas” de la propaganda oficial (incluyendo el “fútbol para todos”). D’Elía cargó contra todos ellos, cuestionando la “distribución desigual” de los fondos. También hay rivalidades por las designaciones de la presidenta que favorecen a figuras que vienen del Frepaso, La Cámpora y, algunos, del PJ.

Otro eufórico del “operativo clamor” es Patricio Echgaray, secretario general del P“C”, lo que ha provocado mucha discusión y disgusto en lo que queda de ese partido.

 

4. Sacudones

Lo primero que ha dejado en claro el avión de los Juliá, con 944 kilos de cocaína, secuestrado en España, es que la Argentina actual dejó de ser un país “de tránsito” de la droga, y se convirtió en una de las dos vías de aprovisionamiento de Europa (la otra es Colombia). Este periódico lo ha venido señalando. Por eso la DEA yanqui no le avisó al gobierno argentino del embarque, y sí le informó a España. Y lo más duro todavía: el gobierno español no le avisó a su par argentino, y el gobierno inglés hizo trascender que el 70% de la cocaína llega a su país desde la Argentina.

Son muchos hechos: las valijas con coca de Southern Winds, los laboratorios en Río Negro (caso Balcanes) con un gobierno radical K, el caso “efedrina” y el financiamiento de la campaña presidencial, el descontrol del aeropuerto de Morón y los inocuos controles en Ezeiza…

La investigación del avión secuestrado en España es de consecuencias imprevisibles. Es una muestra de la inestabilidad política nacional, sujeta a sacudones sorpresivos. Otra muestra es la “mojada de oreja” del robo de los viáticos presidenciales para el viaje al Medio Oriente.

 

5. Lucha y campaña

El 2011 arrancó como un año de luchas, de elecciones y de sacudones políticos. La rebelión de Túnez obliga a poner las barbas en remojo a los gobiernos de la derecha islámica que creen que pueden ocultar la miseria con un doble discurso religioso. También vale para los que buscan ocultarla con un doble discurso “progre”.

El exitoso plenario de mesas zonales y provinciales de desocupados de la CCC ha convocado a una jornada por la tierra para el 26/1. Se vienen dando pasos, muy importantes, para avanzar hacia una multisectorial por la tierra para trabajar y vivir. La tierra es un tema que no existe para el gobierno ni para sus rivales. Pero la reforma agraria y la reforma urbana son cuestiones prioritarias para dar vuelta la taba de una economía nacional sometida a la dependencia y el latifundio. Es, por lo tanto, un punto clave para un reagrupamiento de fuerzas obreras y populares, patrióticas y democráticas, verdaderamente opositoras a la política kirchnerista.

La campaña del PCR con su llamamiento y sus 10 puntos, y la del PTP por la recuperación de su personería, van dando pasos hacia los objetivos planteados. Es necesario recoger y sintetizar las mejores experiencias para generalizarlas, y para desplegar a todo el partido, y articularlo con el apoyo que vienen recibiendo esas iniciativas de muchos militantes clasistas y antiimperialistas.