1. Arrancó la batalla de las paritarias
Luchas ocultadas como la de los obreros de Ford y mina Aguilar enfrentan la pretensión de las patronales de aumentar el tiempo y los ritmos de trabajo, y también expresan la bronca salarial que crece en los gremios donde ya se negocia (metalúrgicos y bancarios) y otros que se preparan como los mecánicos, etc. Sigue la lucha de los trabajadores de Bosch, reprimida por la policía Federal K cuando cortaba la General Paz.
La lucha de paritarias, de hecho, la abrieron los trabajadores de la salud de varias provincias, con formas organizativas amplias como los autoconvocados, y grandes movimientos en los que se expresa el amplio apoyo popular.
Ahora arranca la pulseada en los docentes. El gobierno K impuso su oferta salarial mediante un acuerdo con la dirección de Ctera y los otros gremios. Con el aumento del 23,4% acordado, el sueldo de un maestro cubrirá menos de la mitad de la canasta familiar.
Ctera y los gremios acuerdistas firmaron el acta sin consultar a los trabajadores de la educación. Ellos empujando la provincialización de los conflictos; son funcionales al kirchnerismo al que le cuidan “la caja”. El gobierno nacional puso un techo a las provincias que incluyen a la inmensa mayoría de los docentes, y les tiró el fardo del pago de los salarios. Mantiene en esto la esencia de la Ley Federal menemista.
Numerosos sindicatos se reunieron en Paraná –los de Entre Ríos, Tierra del Fuego, Santa Cruz, Neuquén Capital, Bahía Blanca, Quilmes, Berazategui, Marcos Paz, entre otros–, rechazaron la firma del acta, y nacionalizaron la lucha al reclamar que el gobierno central ponga la plata para los aumentos y para las necesidades de los estudiantes.
El acuerdo unitario de Entre Ríos es un paso adelante muy importante. Más aún porque crea condiciones para la unidad de la lucha docente con los estatales. Y desde las escuelas y cuerpos de delegados y sindicatos combativos, unir a la comunidad educativa, y en una amplia confluencia multisectorial.
Por otra parte, habrá que prestar atención a los forcejeos entre el gobierno y la CGT por el dinero de las obras sociales. La reunión de Cristina K con Moyano y otros dirigentes habría sido “tensa” (La Nación, 22/2). Otra versión afirma que, luego de un duro intercambio, los dirigentes sindicales se retiraron abruptamente de la reunión (Ambito Financiero, 22/2).
2. El hambre y el federalismo
El miércoles 24, a la salida del Hoy, se estará realizando una jornada nacional de los desocupados con cortes de ruta en todo el país. Un nuevo paso que profundizar la lucha contra el hambre y la desocupación.
Pese a la política de la mayoría de las direcciones de la Mesa de Enlace agraria –de frenar las luchas y arrastrar al movimiento a callejón sin salida del Congreso–, desde abajo crece la bronca contra las direcciones bomberas, y la voluntad de lucha, como se expresó en la concentración y tractorazo de Federación Agraria en Chabás y en las asambleas de las zonas trigueras.
La mayoría de las provincias y municipios son rehenes del gobierno nacional, con gobiernos impotentes o serviles que peregrinan a Olivos por limosnas. El federalismo, proclamado por la Constitución, fue aplastado por la maquinaria financiera kirchnerista, y reemplazado por un ultra centralismo unitario como el de las peores épocas de historia Argentina. El kirchnerismo no escarmentó con el carácter federal de la rebelión agraria, y va a terminar chocando dos veces con la misma piedra.
3. La deuda ilegítima y los ajustes
Esta semana entra en terreno de definiciones el “Fondo del Bicentenario” (FOBI lo llaman, como si fuera un perrito), que el kirchnerismo quiere usar para pagar deuda a los usureros de afuera (BM, BID), y de adentro (usureros K o amigos de los K). El gobierno presiona a jueces “amigos” para que destrabe el manotazo al FOBI. La oposición amenaza con autoconvocar la Cámara de Diputados si el gobierno pega el manotazo.
La situación se le complicó al gobierno, que especulaba con lograr el apoyo del Senado. El miércoles 24 se definirá la situación en esa cámara. El kirchnerismo perdería la hegemonía que ha mantenido hasta ahora a manos de un frente heterogéneo de la oposición. La UCR tiene el grupo más numeroso. El pampeano Verna sumó otro grupo que tendrá el voto decisivo, que desempata en cada comisión. Verna, años atrás, expulsó a Cristina Kirchner del bloque peronista; y la hoy presidenta le respondió con duras acusaciones.
Por otra parte, el gobierno, con el apoyo de la nueva presidenta del Banco Central, se haría de los $ 24.700 millones que ese banco presenta como utilidades durante el 2009.
En suma, el kirchnerismo busca manotear, con desesperación, todas “las cajas”: bancos Central y Nación, Anses, PAMI, etc., porque la crisis le ha ido achicando los ingresos genuinos. Y el aparato político K solo funciona con el monopolio de “las cajas”.
Las derechas opositoras tratan de ganar terreno, en el Congreso y en la Justicia, con el objetivo declarado de obligar al kirchnerismo a que haga el ajuste. El gobierno ajusta, paso a paso, con la inflación; y las derechas opositoras quieren que lo haga con un hachazo, eliminando subsidios y liberando las tarifas, para que el futuro gobierno (en el que ya se ven) esté liberado de ese “trabajo sucio” y tenga “caja” para los negocios que ya preparan para cuando lleguen, como ellos piensan, en el 2011.
4. Broncas y luchas
Crisis, inflación galopante, crecimiento del hambre y la desocupación, desvalorización de los salarios, planes sociales y jubilaciones, antes la seca y ahora las inundaciones que castigan ciudades y zonas agrarias, aplastamiento humillante del federalismo. Son muchas las razones para la bronca y la lucha popular.
El movimiento de lucha por la investigación de la deuda pública, para no pagar la que es ilegítima, usuraria, fraudulenta y odiosa, golpea a la política kirchnerista sin hacerle el juego a las derechas rivales del gobierno. Impulsamos que se desarrolle en todo el país.
Así como impulsamos la unidad necesaria para enfrentar el colonialista pirata inglés sobre el petróleo argentino (ver pág.3). Los pasos dados por el gobierno son insuficientes, y dependerá, en definitiva, de la movilización patriótica del pueblo. Sobre esta cuestión, digamos además, que es notable, y muy significativo, el silencio cómplice con los ingleses de las derechas “opositoras”, y sus furiosos ataques a Chávez, el único presidente que salió, hasta ahora, a reclamarle a los ingleses la devolución de Malvinas a la Argentina.
La situación es compleja, y muy cambiante. Impulsamos las luchas y pugnamos para que la clase obrera se coloque en el centro de la política de reagrupamiento multisectorial de fuerzas. Se va avanzando en el camino de terciar. Con el objetivo de acumular fuerzas para conquistar un gobierno de unidad popular, patriótico y democrático.
