Aunque no hemos podido volcar la totalidad de nuestras fuerzas de manera sistemática, en Paraná grupos de compañeros recorren los barrios casi todos los días, de mañana y de tarde, realizando afiliaciones e invitando a participar de nuestras organizaciones.
Aunque no hemos podido volcar la totalidad de nuestras fuerzas de manera sistemática, en Paraná grupos de compañeros recorren los barrios casi todos los días, de mañana y de tarde, realizando afiliaciones e invitando a participar de nuestras organizaciones.
Seguimos trabajando en el interior, fortaleciéndonos donde ya estamos y echando raíces en nuevos lugares. Compartimos algunas de nuestras experiencias y comentarios de la gente.
“Estamos cansados de que los políticos nos mientan”
Es común escuchar estas palabras tan pronto empezamos a hablar con los vecinos. Se podría pensar que ahí se termina la charla, pero resulta que para nosotros eso es un punto de acuerdo con la gente. Nosotros también estamos hartos de la mentira, el uso y el clientelismo al que los partidos del sistema nos tienen acostumbrados.
No es sencillo lograr que la gente vuelva a confiar, pero hay una realidad que las clases dominantes generan: las necesidades insatisfechas de nuestro pueblo; y una consecuencia que mucho menos pueden evitar: la necesidad de luchar por satisfacerlas.
Nosotros también estamos cansados de los mismos de siempre. Somos un partido con políticos de la calle y el trabajo, que además ha decidido dar la lucha electoral.
“Hay piqueteros y piqueteros”
Cerca del mediodía visitamos una familia que trabaja fabricando paneles para construir casas. Comenzamos, como siempre, contando nuestra historia de lucha y la participación en la CCC. Doña Marta nos contestó: “Hay piqueteros y piqueteros, algunos cobran planes y no trabajan, otros andan al rayo del sol del mediodía como ustedes”. Nos hizo pasar a la sombra, charlamos unos minutos y luego se afilió.
“A mí hablame sencillo”
Encontramos a un hombre mayor y su hijo tomando mate en la puerta de su casa. Mientras hacíamos la introducción el hombre nos interrumpe y dice: “A mí hablame sencillo, decime qué querés y qué tenés para ofrecerle a mi hijo”. Entonces intervino la compañera Andrea, quien había vuelto a su pueblo para ayudar a crear el PTP allí: “yo también soy mayor y sigo luchando, no sólo por mí, sino más que nada por mis hijos y mis nietos, porque quiero que tengan el país que se merecen”, comenzó diciendo, y continuó contando nuestra experiencia, las luchas de la Corriente, el logro de la sanción de la Ley de Emergencia Social y cómo nos organizamos para que nuestros jóvenes puedan conseguir trabajo, capacitación, la lucha contra la droga, etc.
Pasamos unos veinte minutos charlando e intercambiando opiniones y críticas ante el descreimiento del señor. Finalmente, el muchacho se afilió y se anotó para trabajar en la CCC. Le preguntamos si tenía algún amigo o vecino para formar un grupo con otro afiliado en la cuadra y dijo que tenía un primo que necesita trabajar también. Fue, lo despertó y se terminó afiliando también.
El hombre mayor, argumentando que ya estaba viejo y estaba afiliado a otro partido, no quiso. Pero al entender nuestra posición apoyó a su hijo a que se afilie.
Cuando nos estábamos yendo nos dijo: “disculpen que los encaré mal al principio. Gracias y que tengan suerte”.
“Queremos ser parte del PTP”
Dos grupos de compañeros militantes sociales, gremiales, vecinalistas, algunos con experiencia en otros partidos y vecinos con ganas de cambiar su situación nos recibieron en dos pueblos distintos.
En cada lugar que visitamos encontramos gente buscando una alternativa, gente que conoce o se ha desilusionado con la mentira kirchnerista y que ha calado en este año pasado que el gobierno de Macri y sus secuaces locales es un gobierno de ricos para ricos.
Ya sea por transformar la realidad propia, de su barrio o del país, la propuesta del PTP, la CCC y el PCR es bien vista por la gran mayoría de la gente que nos vamos encontrando.
Estos grupos que visitamos estaban compuestos por obreros, trabajadores estatales, docentes, desocupados, jubilados, amas de casa, etc. Fueron más de veinte compañeros que se mostraron dispuestos a integrar el PTP o trabajar junto a él en sus localidades. Y en ambos casos, planificamos volver para concretar acuerdos, lo que daría lugar a varias afiliaciones más.
“Para mí, política es hacer el bien común”
No importa cuánto hayan manchado la palabra los corruptos y vendepatria. No importa cuánto nos hayan robado, mentido, empobrecido. No importa que nos hayan hecho creer que “todos son iguales”, que “cuando hacen campaña prometen y cuando suben roban”, que más vale votar a este porque es “menos peor” o a aquel porque “afana, pero hace”. No importa cuánta calumnia se haya inventado en las usinas de los medios de comunicación de las clases dominantes contra los piqueteros, los luchadores sociales y los partidos de izquierda. No importa cuánto se hayan esforzado en querer enfrentar a pobres contra pobres, al asalariado contra el que cobra el plan, al jubilado con el desocupado. No importa cuánto aparato ni cuánta guita tengan, a nuestro pueblo no le han podido quitar el deseo de luchar, ni la necesidad de creer, ni la confianza en sus propias fuerzas.
Esto es lo que comprobamos en cada barrio que caminamos. Y pone de manifiesto la imperiosa necesidad de fortalecer nuestro partido para poder organizar y dirigir a las grandes masas.
La lucha por lograr la personería y la construcción del PTP nos ha dejado nuevos afiliados, aliados, amigos, contactos. Pero sobre todo, nos ha enseñado mucho acerca de nuestro pueblo y nos ha demostrado la justeza de esta tarea en nuestro camino revolucionario.
Hemos golpeado mil puertas y nos faltan miles más. Seguiremos, ladrillo a ladrillo y con ardiente paciencia, así como decía Lenin, bajo el sol.
