1. Hambre, ajuste y riqueza
1. Hambre, ajuste y riqueza
En barrios pobres del cordón que rodea a La Plata crecen las ollas populares por cuadra. Se juntan los vecinos; alguno trae unas papas, otro un pedazo de carne de puchero o unos fideos, lo que sea, se cocina y se reparte la única comida del día. En Punta Lara hay trueque de cualquier cosa por algo de comida. ¿En cuántos lugares del país están haciendo lo mismo? En muchísimos.
En el Chaco, los campesinos pobres, qom, wichís y criollos, no pueden producir por el costo-dólar de los insumos, los tarifazos y los miserables precios que pagan los que monopolizan el mercado de sus productos, que después llegan a las góndolas 10 veces más caros, o más. Buscan trabajo, no hay; tampoco changas. Crece el hambre. Campesinos pobres y medios abandonan la tierra. ¿En cuántos lugares del país pasa lo mismo? En muchas provincias.
Estamos en el segundo semestre, para el que Macri prometió bajar la pobreza, “trabajo de calidad”, inflación “por debajo del 2%”, con la lluvia de “los dólares de la felicidad”. Y lo que tenemos es más hambre (en un país que produce alimentos para 300 millones de personas), más desocupación, más pobreza, tarifazos, la inflación “oficial” fue del 3,2% en junio, y anualizada está entre el 40 y el 45%. Con los aumentos en las paritarias, los salarios en blanco pierden del 10 al 15% en la carrera contra la carestía; y los jubilados un 30 o 35%. Y si no se hubiera derrotado el techo del 20 al 25%, que quiso imponer el gobierno, los salarios hubieran perdido entre un 20 y un 30%.
Lo que perdieron los de abajo lo ganaron las cerealeras, los mineras, los monopolios que manejan los precios y los beneficiados por los tarifazos, los bancos, los grandes terratenientes, los usureros y los monopolios imperialistas. A esos, Macri les abrió la mano.
2. La herencia, el ajuste y los ganadores
Los dólares de La Rosadita, las fortunas de Lázaro Báez y Cristóbal López, los bolsos de José López, los hoteles y ahora los las cuentas de Cristina y su hija Florencia. ¿Cuánto se robaron? Las obras públicas salían mucho más caras que en Alemania y otros países (incluso de América Latina), y en todas están las empresas K. Vaciaron el Banco Central y la Anses. Dejaron el país con 12 millones de pobres, años sin crear puestos de trabajo, economías regionales en crisis, pérdida del autoabastecimiento de petróleo y gas, destrucción de ramas de la industria con las importaciones de China y Brasil.
¡Claro que hay una herencia maldita del gobierno K! Un país más dependiente y con más latifundio.
Macri usa el destape de la corrupción K para tapar que su política es descargar esa herencia, y su ajuste, sobre el pueblo. Su gobierno es un gobierno de ricos para ricos, de dueños y gerentes de monopolios y latifundios, cómo él. Pagador serial de la usura imperialista ilegítima y fraudulenta, incluso la que viene del negociado de cargarle al Estado la deuda privada del monopolio de su familia, y de otras como la suya. El blanqueo de capitales impulsado por el gobierno, y aprobado por el Congreso, premia a los grandes evasores de impuestos, y le facilita a las mafias el lavado del dinero de la droga y la trata.
En medio de la brutal inflación, los tarifazos del gobierno de Macri han mostrado la verdadera cara del nuevo ajuste macrista. Es un golpe mortal para la mayoría del pueblo que vive con ingresos que apenas cubren un cuarto de la canasta familiar real, o menos. También es mortal para el campesinado pobre y medio, y gran parte de las 600.000 pequeñas y medianas empresas y la industria nacional. Y esos tarifazos garantizan las superganancias de los monopolios de la energía: con el precio del “barril criollo” a 67 dólares (impuesto por el gobierno de Macri), y un costo de 12 dólares, la ganancia (renta) de las petroleras es del 450%.
Macri dio un giro en el alineamiento de la Argentina. Mantuvo los acuerdos con China y Rusia, achicando las represas de Santa Cruz. Se alineó con Occidente (Estados Unidos, Italia, Francia, Alemania, España, etc.). También, sumó a la Argentina como observador del Tratado del Pacífico alentado por los yanquis.
3. Reagrupamientos de fuerzas
Está en curso un proceso de disgregamientos y reagrupamientos de fuerzas, a partir de la derrota electoral del Frente para la Victoria; proceso que se aceleró con el destape de la corrupción del grupo Kirchner.
El peronismo fue huyendo de Cristina K, alineándose una parte con los gobernadores, que negocian con Macri fondos a cambio de gobernabilidad, y buscan reagruparse hacia las elecciones del 2017 y 2019.
Hay que ver “los colores” en que se va disgregando el kirchnerismo. El cristinismo orgánico se ha reducido a La Cámpora, el PC, D’Elía, la CTA de Yasky, y poco más. Otros sectores, como el Movimiento Evita, han tomado distancia.
Por otra parte, la política de ajuste y el alineamiento de Macri con Occidente, también va provocando el distanciamiento de sectores que lo votaron por su rechazo al kirchnerismo. La situación también es movida en las fuerzas del centroizquierda.
Se marcha hacia la reunificación de las 3 CGT que, después del gigantesco acto del 29 de abril, en conjunto con las 2 CTA, pisaron el freno en cuanto al paro nacional, aunque muchos de sus gremios protagonizaron importantes luchas que aportaron a la ruptura del tope salarial que pretendía el gobierno.
El PCR ha reafirmado su decisión de defender la unidad de la CTA Autónoma contra la política de ajuste y entrega de Macri.
Con el tablero político removido, el kirchnerismo que paga por su política y su corrupción, y Macri por su ajuste y su entrega, se ha abierto una situación muy buena para el reagrupamiento de las fuerzas obreras, campesinas y populares, con un programa que exprese el conjunto de los reclamos que están en las calles, unido a una propuesta de acumulación de fuerzas para una salida popular, patriótica, democrática y antiimperialista.
Todas las fuerzas políticas ya trabajan con vistas a las elecciones distritales del 2017, que prepararán el terreno para las elecciones presidenciales del 2019.
4. Torcerle el brazo al ajuste y la entrega
Hay un reguero de luchas que enfrentan el hambre, los tarifazos, la inflación, la desocupación, los despidos, los bajos salarios. Crecen los reclamos de los jóvenes, las mujeres y los jubilados, el campesinado, los originarios, los intelectuales y profesionales, los sectores nacionales del agro, la industria y el comercio.
Esas luchas han logrado conquistas que forzaron al gobierno a abrir la mano. Se pararon parte de los despidos, se rompieron topes salariales, se conquistaron alimentos y planes sociales para desocupados y jóvenes, se frenó, por ahora, parte del tarifazo, tiene media sanción la ley de emergencia en la violencia contra las mujeres, entre otros logros. Son pasos importantes, pero insuficientes para la gravedad de la emergencia social que vive el pueblo.
Hubo mucho disgusto en el pueblo por el abrazo de Macri con el “rey emérito” de España, en el Bicentenario oficial. Los herederos de aquellos gauchos, originarios y afroamericanos que conquistaron con su sangre la independencia, se hicieron oír, gritando ¡Argentina, Argentina!, al paso de los gauchos y los veteranos de Malvinas. Ese sentimiento patriótico también se vio en la marcha, el recital y el encuentro de legisladores y organizaciones sociales y políticas, el 7,en Tucumán y numerosas actividades en muchos otros lugares del país.
La situación es muy buena para encabezar las luchas y trabajar para su unidad multisectorial, y para un muy amplio reagrupamiento de fuerzas, tanto para las tormentas sociales y políticas, como para las elecciones del 2017. Al mismo tiempo, en sectores de las masas hay temor a la pérdida del trabajo; también, a que se precipite una situación sin que haya una salida popular a la vista. Por eso, es imprescindible unir la lucha económica a la lucha política, para torcerle el brazo a la política de ajuste y entrega, y para acumular fuerzas hacia una salida popular y antiimperialista.
5. Hacia una Marcha Federal Multisectorial
La propuesta del 2° Congreso de la Federación Nacional Campesina, de unir fuerzas en una Marcha Federal Multisectorial, que podría arrancar el 8/9, día del agricultor, desde los extremos del país hacia la Capital Federal, es una iniciativa muy importante para unificar los reclamos que llenan las calles. Es además, un eslabón clave hacia un paro nacional multisectorial. Se ha comenzado a discutir con amplitud con numerosas organizaciones sociales y políticas, para que cada sector incorpore sus reclamos y aporte su fuerza a esa gran movilización de protesta.
Al mismo tiempo, los partidos que integran el Frente Popular vienen dando pasos, abriendo conversaciones en varias provincias y nacionalmente, para ampliar el reagrupamiento de fuerzas de cada distrito, apuntando a fogonear las luchas, y para las elecciones del 2017. Es una tarea de la hora actual, que llevará un tiempo: con un tablero político tan removido, es mucho lo que es posible de unir para garantizar la presencia política hoy y el resultado electoral del año próximo. Para ese objetivo, es fundamental la conquista de la personería electoral del PTP en cada distrito.
Al cierre de la Colecta Financiera del PCR, es necesario redoblar los esfuerzos para llegar en todo el país. El aporte al PCR, un partido que se sostiene solo con los esfuerzos de sus militantes y el pueblo, es un aporte a la lucha para torcerle el brazo a la política de ajuste y entrega del gobierno de Macri, y para acumular las fuerzas necesarias para una salida popular, patriótica, democrática y antiimperialista, en la que paguen el ajuste los monopolios y terratenientes que antes y ahora saquearon y saquean las riquezas nacionales y el esfuerzo de los trabajadores, los campesinos y el pueblo.
Guerras, fascismo y luchas en el mundo
Se multiplican los hechos que remarcan la justeza de lo señalado por el Papa Francisco: el mundo actual vive una situación semejante a la que precedió a la Primera Guerra Mundial, una nueva guerra mundial por etapas.
Un atentado terrorista en Niza, reconocido por el ISIS, estremeció a Francia. Un confuso levantamiento militar en Turquía, fue seguido de una matanza de soldados, la destitución de 2.500 jueces y parte de la Corte Suprema. Estados Unidos e Italia firmaron un acuerdo que abre la posibilidad de una invasión militar a Libia. Bombardeos de la OTAN (que operan desde Turquía y desde las flotas de Estados Unidos, Francia y otros países europeos). La anexión de Crimea por Rusia fue seguida del envío de tropas y misiles de la OTAN a Estonia, Letonia y Lituania y al Este europeo. Triunfó del plebiscito por la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea. Sigue la disputa de aguas ocupadas militarmente por China.
Surgen corrientes y gobiernos (o candidatos como Trump), fascistas y racistas, en Estados Unidos y países europeos, que ponen como blanco a los inmigrantes de esos países que son súper explotados como mano de obra barata.
Estados Unidos intensificó su disputa sobre Latinoamérica. Trata de montarse sobre el fracaso de los gobiernos del “socialismo del siglo 21” que no resolvieron la dependencia, ilusionados con las “sociedades mixtas” o “alianzas integrales” con China y Rusia, ni acabaron con el latifundio al no hacer la reforma agraria.
Al mismo tiempo, hay gigantescas luchas del proletariado en Francia (junto a los estudiantes) y otros países europeos, de los migrantes, del estudiantado y los docentes en México y otros países. También en la Argentina, con paros, enormes concentraciones de los trabajadores, el campesinado, las mujeres y la juventud. Y surgen corrientes progresistas, y de rechazo a los aparatos políticos de las clases dominantes, como la que impulsó a Sanders en Estados Unidos, así como En España y otros países de Europa y Latinoamérica.
Amenazas a Juan Carlos Alderete y más compañeros
El compañero Juan Carlos Alderete, dirigente del movimiento de la CCC y del Partido del Trabajo y del Pueblo, y otros compañeros de esas organizaciones y del PCR, vienen recibiendo amenazas y acciones contra sus vidas.
La política del gobierno de Macri provoca el hambre y la desocupación, con lo que deja a los pibes a merced de las mafias de la droga y la trata. El gobierno nacional y los de provincia, son responsables de la vida de los luchadores populares, y de todo el pueblo.
En cada barrio popular es necesaria la autoorganización de los vecinos para exigir la aprobación de la Ley de Emergencia Social y los fondos necesarios para ejecutarla, y para su autodefensa.